Pumas, zorros y culebras de 2 metros: más de 150 especies habitan precordillera de La Reina y Peñalolén
La sorpresiva aparición de un zorro en una estación de metro en el límite de las comunas de Ñuñoa y La Reina, aunque excepcional, según los especialistas nos hace recordar que convivimos con muchas especies salvajes.
De acuerdo la Guía de historia natural: La Reina y Peñalolén, lanzada por el Colectivo VientoSur, más de 150 especies habitan hoy la precordillera de dos comunas en Santiago: La Reina y Peñalolén.
En este espacio precordillerano es posible encontrar desde pumas, vizcachas, zorros y halcones peregrino, entre muchísimas especies de aves, hasta roedores endémicos únicos en nuestro país como el cururo y la yaca. Además, de arbustos, árboles y hongos propios del clima mediterráneo, como el boldo, el bollén, quillay, peumo, lilén, guayacán, natre, quebracho y litre.
Pumas, zorros y culebras: 150 especies habitan precordillera de La Reina y Peñalolén
De acuerdo a la publicación, solo en ese tramo del territorio capitalino, al cual se accede en un par de minutos de los sectores residenciales, es posible encontrar una abundante y sorprendente biodiversidad de tres reinos: flora, fauna y fungi. Muchas de ellas endémicas de Chile y del clima mediterráneo, es decir, que solo es posible encontrarla en Chile o en un determinado espacio ecológico.
Pero no solo estas dos comunas albergan especies salvajes. Por ejemplo, en el cerro San Cristóbal y Santa Lucía, sobre todo en primavera, se pueden ver lagartijas que salen a tomar sol entre las enredaderas del parque, pero son muy huidizas y cuesta verlas.
También es común toparse con la culebra de cola larga (Philodryas chamissonis), también llamada corredora verde de argentina, una especie de serpiente venenosa de la familia Dipsadidae, la serpiente más grande de Chile y que puede llegar a medir dos metros.
Otro visitante de temporada es el sapito de cuatro ojos. En invierno, cuando llueve, las aguas que bajan de la cordillera los arrastran. Son los únicos sapos que a veces llegan a la ciudad y se pueden ver, por ejemplo, en el Zanjón de la Aguada, pero sobreviven sólo uno par de días. En otras aguas, como la laguna del Parque O’Higgins o la de la Quinta Normal se pueden ver ranas africanas que se han adaptado a estos lugares.
En las cercanías de Colina, a veces, es posible observar a la iguana chilena, el réptil más grande del país.
En Santiago existen varias colonias de murciélagos que se alimentan principalmente de polillas. También existen ratones y guarenes. Muchas se ven en la noche caminando sobre los cables del tendido eléctrico en Las Condes.
Zorro en el metro: una de las 150 especies que habitan precordillera de La Reina y Peñalolén
Un poco más alejado de la ciudad, pero también conviviendo entre personas, existe un pequeño grupo de zorros culpeo que bajan hasta el camino a Farellones y comen lo que las personas les dejan en el camino.
De hecho, podría haber sido el origen del zorro que el viernes fue visto en la estación Plaza Egaña del metro de Santiago y que finalmente fue capturado el domingo por personal del SAG, Bomberos y de la Municipalidad de Las Condes.
Ezequiel Hidalgo, jefe de Investigación y Conservación de Buin Zoo dice que si bien no hay un dato estadístico o exacto del tema, no es común que lleguen esas especies a esos sectores o comunas de Santiago. “La Plaza Ñuñoa está bien retirada de cualquier sector periurbano donde sí sería más común verlos, como Lo Barnechea, La Dehesa, Colina, hasta La Reina, sectores precordilleranos con presencia de bosque, donde sería normal. Pero en Ñuñoa en particular es bien raro, es bien extraño verlos, cómo llegó ese zorro sin que nadie lo atropellara”, dice.
Respecto a las causas de que haya llegado tan abajo son variadas, que alguien lo tuviera en su casa de mascota o en qué condiciones, que a alguien se le haya escapado. “Pero no hay nada exacto ni claridad de cómo llegó. No hay certeza de qué pasó”.
Además de esta especia y de acuerdo a los naturalistas, en las cercanías de Colina, a veces, es posible observar a la iguana chilena, el réptil más grande del país.
En Santiago existen varias colonias de murciélagos que se alimentan principalmente de polillas. También existen ratones y guarenes.
Humanos le quitan su hábitat a pumas, zorros y culebras en precordillera de La Reina y Peñalolén
Según los expertos, la expansión de los humanos se impone a los animales. En muchos casos estos animales, como aves, se acercan porque se les provee alimentos, las personas los atraen. Su alimento muchas veces ya no existe, fue eliminado. Por ejemplo, animales que comen otros animales. Ellos se ven obligados a bajar. El problema no es que bajen, nosotros subimos.
La naturaleza reclama espacios que la expansión urbana le has quitado, particularmente en los faldeos precordilleranos. La ciudad está instalada en lugares con harta biodiversidad, y en esa expansión, la hemos ido eliminando. Tenemos una gran diversidad que refleja que seamos un valle mediterráneo, dentro de una cuenca. Falta investigación, falta mucho por saber y regular, para evitar la expansión hacia los lugares que necesitamos proteger”.
El evidente aislamiento biogeográfico, es decir, el océano más grande del planeta por el sur y oeste, el desierto por el norte, y la gran barrera andina por el este, determinaron las condiciones actuales de las especies que aquí habitan. Dichas variables de aislamiento nos heredaron un responsabilidad mayor: proteger especies endémicas que solo habitan en este territorio”, asegura Manuel Rojo.
La zona estudiada, forma parte de un todo, junto a otras comunas de la precordillera, como Las Condes o Lo Barnechea.. Es una continuación de lo mismo, la precordillera es una sola, no se rige por la división política que hemos hecho. El borde de las comunas lo hemos definido nosotros, algunas son muy recientes incluso”.
Aves sobre los cielos de la capital
Las aves rapaces también hacen de la ciudad su casa, pero no en grandes cantidades, ya que por ser especies predadoras y muy territoriales, no acostumbran a compartir su espacio con sus pares. En el edificio de la Telefónica, en pleno corazón de Santiago, por ejemplo, se sabe que una pareja de halcones peregrinos hizo allí su nido. También se les ha visto en edificios altos de la calle Carlos Antúnez y cerca del Pueblito de Los Dominicos.
Por la noche, en el centro de Santiago, se pueden ver lechuzas. Son más comunes de lo que la gente cree. Cazan sobre todo ratones.
La tórtola es otra de las aves a las que le gustó Santiago. Llegó del campo hace 12 ó 15 años y se acostumbró a los humanos. Ni siquiera huye de ellos, como sí lo hacen sus primas del campo.
Según el registro de la Unión de Ornitólogos, dice que también se pueden ver cernícalos, una ave rapaz un poco más pequeña que el halcón, que caza presas vivas al amanecer y atardecer y vive en parejas. Otra rapaz habitual de la ciudad son los tiuques, pero esta es carroñera y se puede ver en las calles comiendo incluso sobre el suelo y en grupos, porque son más sociales.
Entre los insectos, no es raro que en el verano aparezcan saltamontes, sobre todo en las casas que tienen pasto y malezas sin cortar. Con ellos aparece también la mantis religiosa porque los saltamontes son su principal alimento.
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