Macarena Vásquez estudió ingeniería comercial, pero nunca quiso ejercerla. Hace un tiempo, comenzó a viajar por el mundo haciendo “petsitter” (cuidar mascotas en ausencia de sus dueños, por trabajo, eventos o vacaciones) por lo que generó un estrecho vínculo con los animales que cuidaba.

En este contexto, surgió la idea de crear GuauYogi, el primer lugar que ofrece “Puppy Yoga” en Chile, una disciplina que combina clases de yoga con la presencia de cachorros en proceso de adopción, una tendencia global al alza.

¿Qué es el puppy yoga y por qué está ganando tanta popularidad?

Los cachorros que asisten a las clases son rescatados de la calle. Macarena tiene una estrecha relación con los rescastistas independientes y las fundaciones a las que les ofrece un servicio completo que se enfoca en el bienestar de los caninos. Va a buscarlos, los alimenta durante la sesión y se preocupa de subir fotos para que sus seguidores se motiven a adoptar.

Muchas personas, conectan con un perrito durante la clase de yoga y deciden adoptarlo. Danitza Ponce, rescatista independiente, destaca que los adoptantes que provienen de GuauYogi son muy comprometidos y responsables, por lo que tiene la certeza de que habrá una tenencia responsable.

Un centro que ha concretado un 85% de adopciones exitosas gracias a las clases y que está próximo a expandirse a regiones; Antofagasta, Coquimbo, Valdivia, Temuco y Puerto Montt.

Macarena Vásquez, creadora de GuauYogi. Foto: Pablo Vásquez

“Guau Yogi” por primera vez en Chile: desmintiendo mitos sobre la disciplina que fue prohibida en Italia

Para concretar su idea, comenzó a contactar fundaciones, hasta que conoció a Génesis Acevedo, fundadora de “Patitas de Noaytiara” una pequeña agrupación que se dedica a rescatar animales. Los cachorros participaron de una clase de prueba y el vídeo rápidamente se hizo viral en TikTok.

Fue tal el impacto que los interesados pidieron más clases, pero Macarena prefiere hacer solo dos al mes para garantizar el bienestar de los cachorros y no propiciarles ningún estrés.

“Mucha gente me dice ‘abre más cupos, haz más clases’, pero no podría”. Dice que aumentarían sus ingresos pero no quiere sobreestimular a los animales con una interaccion intensa con tantas personas.

Las exitosas adopciones y lazos a través de las clases de yoga

Danitza siempre fue amante de los animales pero no se dedicaba a los rescates hasta que recogió a Sol, una perrita que se encontraba preñada de ocho cachorros y que vagaba sola por una villa en Macul. Fueron una de las primeras camadas en asistir a la clase de yoga.

Cuatro fueron adoptados gracias a la clase. “Fue la mejor experiencia porque ellos son promocionados. Las personas que van a esas clases van con la intención de adoptar y a través de yoga arman lazos muy fraternos y reales”, dice.

Génesis dice que Macarena les hace sesiones de fotos, la gente los conoce e interactúa con ellos y así se motivan a adoptar.

Además, resalta que Macarena siempre les da un porcentaje del dinero ganado en la clase, que depende de los recursos de la fundación, agrupación o rescatista. Para Patitas de Noaytiara esto ha sido muy útil. Dice que el aporte se valora mucho “porque se gasta en alimentos, antiparasitarios y todo lo que necesitan los perritos para preparar su adopción”.

Macarena cultiva una estrecha relación con los rescatistas y grupos independientes. No solo potencia adopciones durante la clase, sino que también les entrega un porcentaje monetario y a veces, un pack con comida y otros accesorios para los perritos que participan.

Una clase de yoga con los cachorros. Foto: Pablo Vásquez

El bienestar de los perritos por sobre todo: más allá de las polémicas internacionales

El puppy yoga ha ganado popularidad en muchos países, sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos. Surgió como una tendencia alrededor de 2017, con el propósito de fomentar el bienestar físico y mental de los participantes, además de promover la adopción de animales y generar conciencia sobre su cuidado.

Pero no todos la fomentan. En Italia, el Ministerio de Salud la prohibió por sospechas de maltrato y explotación, lo que sentó un precedente para todos los otros países donde existen estos centros.

Para Macarena, la existencia de la práctica en otros países significó una inspiración, pero jamás pensó en replicar la práctica con los animales de raza que venían de costosos criaderos, pues siempre ha estado en contra de la venta de animales.

Vio su emprendimiento como una oportunidad para los cachorros que se encuentran en hogares temporales de rescatistas independientes que muchas veces no cuentan con la visibilidad de grandes fundaciones. Desde esta postura, Macarena se encarga que los cachorros tengan todos los resguardos posibles; los va a buscar y a dejar, los alimenta, los toma en brazos cuando lloran y mantiene su espacio limpio y fresco. Incluso, cuenta con mantas térmicas para que se refresquen en días de calor.

Desde un inicio, la microempresa Educaninoscl le facilitó caniles para el traslado, por lo que el viaje se realiza de manera segura.

Los rescatistas que le confían sus cachorros, aseguran que cuentan con todos los resguardos necesarios para garantizarles una experiencia positiva. “Ella me escribió comentándome su idea y confié en ella de manera inmediata. Es muy preocupada de los animales y eso se valora mucho”, reconoce Génesis.

Los beneficios de practicar Puppy Yoga

Cuando Macarena comenzó a recopilar los antecedentes internacionales de estos centros descubrió que había evidencia de lo positiva que puede ser la experiencia.

Se genera una conexión muy bonita porque el yoga hace que tú relajes tu cuerpo y puedas conectar mejor con otros seres, pueden ser humanos, animales, insectos. Al principio hacemos unos 10 minutos de meditación antes de pasar a los cachorritos”, relata Macarena, que asegura haberse documentado para planificar las sesiones.

Afirma que un estudio de la Universidad del Rosario determinó que además de los beneficios conocidos que brinda el yoga, como la reducción del estrés, al combinar esta actividad con la interacción con cachorros, se logra obtener un beneficio adicional, un impulso de serotonina y un impacto beneficioso dentro de tu equilibrio emocional. “Además de mejorar la flexibilidad y la concentración, practicar esta disciplina en compañía de animales puede traer beneficios a su salud mental”, dice el estudio.

Macarena concuerda con estos estudios. “Cuando llegan los cachorritos, los alumnos liberan endorfinas porque están ahí dándote besitos y mordidas. La oxitocina y la endorfina se generan en el cerebro, yo veo como cambia el estado de ánimo de las personas después de la clase”.

Doga, yoga con perros

Existe otra disciplina similar al puppy yoga, pero con matices. Se trata del doga -combinación entre “dog” y “yoga”- que es la práctica de yoga entre un perro y su amo, adaptando las posiciones a la fisionomía del canino. Según varios estudios, trae beneficios para la mascota como la disminución de la agresividad, mayor obediencia y la disminución de estados de estrés. Pero, hasta ahora, el foco de GuauYogi se encuentra en potenciar la adopciones de los cachorros que no han tenido la oportunidad de conseguir un hogar.

Alumnos en GuauYoga. Foto: Pablo Vásquez

El futuro de GuauYogi

En la futura expansión de GuaYogi, Macarena quiere mantener el espíritu de su centro original, sobre todo porque ella deberá delegar sus funciones a un nuevo equipo de trabajo que la reemplazará mientras debe viajar por un año fuera del país.

Dice que la esencia es no exponer a la misma camada a más de una jornada mensual.

Hay un montón de perritos en regiones que necesitan ser visibilizados. Quiero ayudar a esos rescatistas que se encuentran colapsados porque necesitan dar en adopción y pasan más de tres meses sin resultados”, dice Macarena.