Hace unos años atrás era impensable poder terminar con la epidemia del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el mundo. Sin embargo, eso cambió con la estrategia combinada implementada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacerle frente a esta enfermedad, ya que la misma indica que se deben usar todos los recursos en todas las áreas que sean posibles de trabajar para enfrentarla y eso incluye componentes médicos (medicamentos, uso de preservativos, vacunas, estudios por parte del ISP); componentes de educación, así como factores más estructurales en cuanto a los servicios de salud y las políticas públicas.
Dentro de los mecanismos biomédicos se sabe que el hecho de hacer el diagnóstico y disponer de tratamiento para todos los pacientes que hoy día no saben que tienen VIH, llevándolos a ser indetectables, evita que sigan transmitiendo el virus. Y, cuando hay población sana, que no tiene VIH, y se le otorga la profilaxis previa a la exposición o PrEP, entonces se evita que se contagien.
Por lo tanto, la PrEP viene a ser una estrategia preventiva que ha demostrado ser sumamente eficaz para evitar la transmisión o el contagio de nuevas personas con VIH. De hecho, la OMS señala que, en algunos estudios recientes, se ha demostrado que la PrEP reduce en más de 90% el riesgo de contraer la infección por el VIH durante las relaciones sexuales cuando los medicamentos se toman de manera adecuada.
Ciudades tanto en Australia como en Estados Unidos y Europa han implementado el PrEP de forma abierta y han demostrado que, en conjunto con el acceso al testeo y al tratamiento, tiene un tremendo impacto en evitar casos nuevos de VIH. En cuanto a Latinoamérica, Brasil ya hizo un estudio preliminar demostrativo y ahora implementó la PrEP a nivel del sistema público hace un año. México y Perú también han adelantado estudios demostrativos y México también lo acaba de incorporar como política pública.
Ahora bien, lo primero es realizarse la prueba para saber si la persona tiene o no la infección por VIH. Si está infectada, el médico le dará la indicación para iniciar el tratamiento contra el VIH lo antes posible. En cambio, si no está infectada, el médico indagará en su perfil y conductas de riesgo para determinar si es candidata o candidato a usar PrEP.
La PrEP está orientada a las personas que no presentan la infección por VIH, pero que evidencian un riesgo significativo de contraerla, como lo es mantener actividad sexual con más de una pareja, no usar preservativo, o tener un diagnóstico de infecciones de transmisión sexual en los últimos meses.
En cuanto al acceso, tiene que ser indicada y monitoreada por un médico, ya que no es de uso libre. En la evaluación clínica se establece si el paciente tiene un riesgo que amerite el uso de PrEP o no. En el sistema público, la PrEP va a estar disponible en algunos centros de infectología y en algunas Unidades de Atención y Control en Salud Sexual (UNACESS); en cuanto a la parte privada, en casi todas las instituciones hay infectólogos capacitados para orientar en esta materia.
La estrategia PrEP ha sido validada y recomendada en dos formas de uso, cuya eficacia en ambos casos es muy similar: de forma diaria, por el tiempo que el paciente esté en riesgo de exposición al VIH; y el uso a demanda, que es para pacientes que tienen contactos de riesgo más esporádicos. Sin embargo, el uso a demanda está indicado únicamente para varones; las mujeres siempre deben tomarla diariamente.
Es importante destacar que siempre se debe promover el uso de PrEP en conjunto con el uso de preservativos para evitar las otras enfermedades de transmisión sexual.
* Infectólogo de la Clínica Las Condes y miembro del comité consultivo de VIH/SIDA de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf)