¿Qué es realmente Brooksella? El extraño fósil del Cámbrico que desconcierta a los científicos
Con una antigüedad de más de 500 millones de años, un nuevo estudio llegó a una soprendente conclusión sobre el origen de este raro fósil.
Brooksella alternata es un antiguo fósil descubierto en EE.UU. en la llamada Formación Conasauga en los actuales etsados de Alabama y Georgia.
Fue descrito por primera vez en 1896 por Charles Walcott, quien concluyó que se trataba de medusas que probablemente flotaron en los mares del Cámbrico medio en lo que ahora es el sureste de Estados Unidos. Lo que nunca supo, es que después de un siglo de su conclusión científica, el fósil de 514 millones de años de antigüedad causaría más de una controversia.
Posteriores investigadores han ofrecido otras explicaciones sobre qué es, que van desde burbujas de gas diagenéticas hasta rastros de madrigueras. La identidad más aceptada es que son esponjas hexactinélidas, debido a las espículas , los ostium y la estructura interna observados.
Incluso, muchos e plantearon que tal vez Brooksella no es un fósil en absoluto.
Pero ahora, un nuevo estudio usó un análisis de forma y químicos combinados con imágenes 3D de alta resolución, para evaluar si Brooksella era un fósil, como una esponja, un fósil de rastro, que representaba las madrigueras de animales parecidos a gusanos, o simplemente no se trata de un fósil.
Según la investigación, Brooksella carecía de las características de las esponjas de vidrio, específicamente, las espículas fusionadas con opalina que componen el cuerpo. Tampoco creció como se esperaría que lo hiciera una esponja a lo largo de su vida.
El estudio tampoco encontró ninguna indicación de que los gusanos hicieran los icónicos lóbulos en forma de estrella. Luego, tras comparar la composición y la estructura interna de Brooksella con concreciones de sílice de los mismos lechos rocosos del Cámbrico medio, no se encontró ninguna diferencia entre Brooksella y las concreciones, aparte de que Brooksella tenía lóbulos y las concreciones no. Por lo tanto, concluyeron que el fósil no era parte de la diversificación temprana de esponjas en los mares del Cámbrico medio, sino que era un tipo inusual de concreción de sílice. Las concreciones pueden tener todo tipo de formas hasta el punto de que algunas parecen haberse formado orgánicamente.
Según los investigadores, la importancia de este hallazgo es doble: en primer lugar, hay numerosos fósiles enigmáticos del Cámbrico que deben analizarse para determinar si realmente son fósiles para ayudar a los paleontólogos a refinar las estimaciones de biodiversidad para el Cámbrico, cuando se originaron la mayoría de los principales grupos de animales de la Tierra.
En segundo lugar, esta no es la primera vez que fósiles y rocas inusuales del Cámbrico han desconcertado a los científicos, y sus hallazgos resaltan la necesidad de un examen minucioso de los primeros materiales fósiles, especialmente utilizando técnicas analíticas más nuevas y poderosas como micro-CT en combinación con laboratorio clásico y enfoques de campo.
Morrison Nolan, científico del Departamento de Geociencias, Virginia Tech y uno de los autores de la investigación, señaló en un comunicado que “Brooksella alternata me interesa porque muchos científicos han trabajado para identificarla y han llegado a conclusiones muy diferentes. Realmente ilustra lo difícil que puede ser distinguir un tipo de vida de otro, e incluso la vida de la no vida, lo cual es especialmente desafiante para los primeros materiales en el registro geológico”.
“Grupos paleontológicos/geológicos aficionados como la Sociedad Mineral de Georgia me ayudaron a aprender sobre Brooksella y otras características geológicas interesantes a mi alrededor. Dichos grupos hacen un gran trabajo al enseñar al público sobre el pasado geológico y llevar a la gente al campo para ver y aprender sobre estos características.”
Sally Walker, profesora de Paleontología en la Universidad de Georgia en Athens, Georgia, y otra de las autoras de la investigación, dijo que el fósil la intrigó porque, “a diferencia de la mayoría de los fósiles, tenía una forma 3D como un hojaldre en forma de estrella que es inusual para los animales blandos como una esponja. Una esponja generalmente se aplana como un animal atropellado durante el proceso de fosilización, especialmente un fósil de más de 500 millones de años”.
“También fue desconcertante el hecho de que nadie inspeccionó Brooksella, dónde vivía y su orientación; si lo hicieran, encontrarían que la mayoría de los lóbulos estaban orientados hacia abajo, lo que no tiene sentido para que una esponja esté comiendo barro. Por último, el rompecabezas de Brooksella continúa: “¿Cuáles son los procesos físicos, químicos y quizás biológicos que en realidad formaron estas extrañas concreciones de Brooksella? Eso lo debe resolver un futuro paleontólogo”, agregó.
James Schiffbauer, profesor asociado de ciencias geológicas de la Universidad de Missouri, otro de los investigadores que participaron del estudio, señaló que “si bien las aplicaciones de microCT han sido casi infinitas en los campos de la ciencia de los materiales y la ingeniería, sus capacidades para dilucidar el registro fósil apenas comienzan a explorarse. Este proyecto es un excelente ejemplo de los tipos de misterios fósiles que podemos resolver con aplicaciones de microCT. Cuando podemos escudriñar la construcción interna de Brooksella con referencia a sus muchas interpretaciones pasadas, se vuelve cada vez más evidente que ninguna de ellas coincide realmente”.
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