En un inusual récord de temperatura, Londres y gran parte de Gran Bretaña superaron los 40°C, primera vez en la historia de los registros climáticos del país que ocurría algo similar.

El fenómeno es parte de una ola de calor que está afectando a casi todo el continente europeo, incluyendo países como Francia, Bélgica, Países Bajos y España. Precisamente en este último país se reportó el caso de una mujer de 89 años murió el martes tras sufrir un golpe de calor a primera hora de la tarde en una calle del madrileño distrito de Carabanchel. 

La anciana, que llevaba dos horas en la calle haciendo algunos trámites, se desvaneció sobre las 14.30 en la calle Carrero Juan Ramón, en el barrio de Abrantes. Al llegar los sanitarios del Samur-Protección Civil, encontraron a mujer al principio mareada y luego entró en paro cardíaco, informó un portavoz de Emergencias Madrid.

Su muerte, como la de muchas personas en Europa, se debe a una condición médica conocida como golpe de calor. Este ocurre cuando una persona está expuestas por tiempo prolongado a temperaturas cercanas a los 40 grados y más, situación que aumenta en forma excesiva la temperatura corporal que idealmente está cercana a los 36 o 37 grados.

Sin embargo, expertos explican que no es necesario que la temperatura ambiental esté cerca de los 40 grados para que ocurra un golpe de calor ya que estos pueden ocurrir con varios grados menos, incluso con 34 y 35 grados. Todo depende de la edad de la persona expuesta, el tiempo de exposición, la actividad que está realizando, la ropa que viste y si existen o no patologías que puedan empeorar el cuadro.

Las edades extremas, es decir, niños pequeños y adultos mayores, son las edades más sensibles y las que más sufren con el calor, pero personas jóvenes y sanas que no están preparados para las altas temperaturas, como por ejemplo que hacen deporte o ejercicios físico bajo el sol y en días de calor, también pueden verse afectadas.

Signos que alertan de un golpe de calor

De acuerdo a la Clíinica Mayo, el golpe de calor se produce cuando la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y no puedes bajarla. Puede poner en riesgo la vida si provoca daños en el cerebro y otros órganos vitales. La causa puede ser realizar actividades extenuantes en clima caluroso o estar en un lugar caluroso durante demasiado tiempo, dice la reconocida clínica.

Hay varios signos que pueden alertar de un golpe de calor. El primero es la deshidratación que se traduce en niños que lloran sin lágrimas y poca o nada de orina en el pañal. Las personas que tienen niños pequeños saben que cada cierto tiempo hay que cambiarles el pañal porque han orinado lo suficiente. Si el pequeño no moja el pañal o lo moja menos de lo habitual, entonces puede ser una señal de deshidratación.

La cantidad y el color de la orina también sirve como un indicador para las personas de todas las edades. Si es oscuro o disminuye la cantidad y frecuencia de la orina, es probable una deshidratación.

En los casos más extremos de golpe de calor, hay alteración de la conciencia y convulsiones que pueden llevar a la muerte. Antes de eso, se puede presentar la sensación de desmayo, calambres, náuseas, vómitos y malestar general. Si la persona está haciendo deporte, se siente más débil.

Prevención de los golpes de calor

Para prevenir golpes de calor y deshidratación el agua es lo más recomendable, en condiciones normales se recomienda la ingesta de 6 a 8 vasos de agua, pero con temperatura ambiental sobre 30° se puede hasta duplicar esa cantidad. El consumo de frutas y verduras también ayuda a mantener el nivel de hidratación adecuado.

A diferencia de lo que se pueda creer, los líquidos no deben estar muy fríos, sino a temperatura ambiente. Cuando se bebe agua con hielo el efecto refrescante dura poco, porque al llegar el frío al estómago, centro de regulación de temperatura lo capta y lo debe llevar a temperatura normal, por lo que aumenta el calor corporal con esa finalidad, lo recomendable es líquidos a temperatura ambiente incluso tibios.

Todos los especialistas coinciden en que, sin importar la edad, todas las personas debieran estar más hidratadas durante los días de calor. En general, las personas ni siquiera llegan a la recomendación de los dos litros de agua al día. Por lo tanto, la recomendación sería que en los días de mucho calor, beba el doble de lo que bebe en un día habitual. También es bueno que acostumbremos a los niños a salir con una botella de agua. En los adultos, eso está un poco más integrado, pero todos tenemos que andar trayendo agua, porque está no siempre está disponible cuando estamos fuera de casa.

Según Clínica Mayo, si sospechas un golpe de calor, se debe llamar a Emergencias. Luego, aleja a la persona del calor de inmediato. Intenta refrescar a la persona como puedas. Por ejemplo:

  • Ponla en una bañera con agua fría o dale una ducha fría.
  • Rocíala con una manguera de jardín.
  • Moja a la persona con agua fresca, usando una esponja.
  • Abanícala mientras la rocías con agua fría.
  • Colócale compresas de hielo o toallas húmedas frías en el cuello, las axilas y la ingle.
  • Cubre a la persona con sabanas frías y húmedas.

Precaución con el aire acondicionado

Ante el aumento de las altas temperaturas, en el último tiempo, cada vez más personas han invertido en un equipo de aire acondicionado en sus casas, lo que ha llevado a que la exposición al aire frío ya no sea solo en las oficinas y edificios.

Lo ideal es “mantener la temperatura en rango de confort térmico”. Así, en un ambiente en el que se encuentran varias personas la temperatura de confort debe estar entre los 21 grados en verano y los 26 grados en invierno. Estas son medianas, ya que variarán según la actividad que se realice dentro del lugar de trabajo y la humedad del ambiente.

Idealmente se debe mantener esta área de confort, ya que los cambios bruscos de temperatura como por ejemplo de calor a frío, provocan vasoconstricción en la mucosa de la nariz. Esto quiere decir que el aire frío que entra por la nariz no se calienta y afecta el barrido ciliar favoreciendo la obstrucción del árbol respiratorio y la aparición de infecciones.

El uso desmedido del aire acondicionado en esta época podría causar crisis asmáticas, enfermedades bronquiales y neumonía.