En noviembre de 2021, el Ministerio de Ciencia, en ese entonces liderado por Andrés Couve se reunió con el jefe de operaciones de la misión del Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja (SOFIA por sus siglas en inglés) de la Nasa y un grupo de representantes de la Embajada de Estados Unidos para conversar sobre una colaboración junto a la agencia espacial, que buscaba establecer la viabilidad para operar una aeronave desde aeropuertos chilenos y realizar observaciones desde bases nacionales.
Misión que se encuentra activa desde 2010 y que funciona gracias un avión Boeing 747SP modificado que porta un telescopio reflector de 2,7 metros, con un diámetro efectivo de 2,5 metros y que alcanza hasta los 14 mil metros de altura. Esto es por encima del 99% de la atmósfera de bloqueo de infrarrojos de la Tierra, lo que permite a los astrónomos estudiar el Sistema Solar de formas que no son posibles con telescopios terrestres, y estudiar fenómenos que ocurren sobre océanos, donde no existen telescopios.
Debido a eso que este viernes 18 de marzo de 2022, SOFIA, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Santiago, y tanto la Nasa como su socio en esta misión, la Agencia Espacial Alemana (DLR por sus siglas en alemán), están entusiasmados con el primer despliegue en Chile.
Pero ¿por qué nuestro país?
El proyecto astronómico ha operado tanto en el hemisferio norte (Groenlandia) como el hemisferio sur desde Nueva Zelanda. Sin embargo, este último país cerró sus fronteras a estas actividades debido la pandemia de Covid-19, por lo que tuvieron que comenzar a buscar otro lugar de operaciones.
Fue así que gracias al contacto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y toda la información entregada sobre el territorio nacional y sus ventajas astronómicas los líderes de la misión estudiaron a Chile como una posible nueva base de investigación.
”Hay elementos de ventajas comparativas que tiene nuestro país, en términos de lo que se ha llamado laboratorios naturales, que tiene que ver con que Chile cuenta con los cielos más transparentes y las mejores posibilidades de visualización astronómica y espacial. Por eso muchos de los grandes telescopios a nivel mundial se han instalado en territorio nacional, lo que ha generado una gran capacidad y desarrollo de la astronomía nacional”, explica sobre SOFIA Flavio Salazar, ministro de Ciencia.
Además, dice Salazar, “que la Nasa pruebe acá su tecnología es una buena noticia para Chile y a nivel mundial, que permite que podamos conocer mejor nuestros cielos y el espacio, y de ahí se puedan generar conocimientos que vayan en beneficio de toda la humanidad, incluyendo a nuestro país”.
¿Qué observará SOFIA?
Esta es la primera visita de SOFIA a Sudamérica, donde cambiará temporalmente su base de operaciones de Palmdale, California, Estados Unidos a Santiago de Chile. Además de ser su primer despliegue a corto plazo que durará solo dos semanas, donde se espera observar objetos celestes que solo pueden verse desde latitudes del hemisferio sur.
Este despliegue se considera corto debido al menor tiempo de permanencia en el país en comparación con los despliegues largos de SOFIA, en los que normalmente se planifican más de 25 vuelos con múltiples instrumentos. Por eso, el equipo operará un solo instrumento, el Espectrómetro de Línea de Imagen del Campo Infrarrojo Lejano, también conocido como FIFI-LS.
El equipo operará específicamente desde el Aeropuerto Internacional de Santiago para realizar ocho vuelos científicos. Durante el despliegue, esta misión observará principalmente la Nube Grande y la Nube Pequeña de Magallanes, dos galaxias que son las vecinas más cercanas de nuestra Vía Láctea. Las dos están ligadas gravitacionalmente a la Vía Láctea y acabarán fusionándose con nuestra galaxia dentro de varios miles de millones de años, según reporta la Nasa.
Puesto que la Gran Nube de Magallanes, o LMC por sus siglas en inglés, está tan cerca de nuestra galaxia, SOFIA puede observarla con gran detalle, en escalas astronómicas relativamente pequeñas, para ayudar a los científicos a entender mejor cómo se formaron las estrellas en el universo primitivo. Ya que tener el contexto de las zonas físicas en las que se forman las estrellas es la razón por la que estas observaciones de la LMC son tan potentes.
Los científicos no pueden ver las estructuras físicas detalladas de las galaxias antiguas y lejanas, por lo que, en su lugar, las galaxias como la LMC se observan como sustitutos locales. Las observaciones previstas tienen por objeto crear el primer mapa del carbono ionizado en la LMC. Observaciones que se combinan con el próximo Observatorio Espectroscópico de Terahercios ULDB Galáctico/Extra galáctico de la Nasa, o misión GUSTO, y así ampliar el legado del Observatorio Espacial Herschel.
Se espera que SOFIA vuelva nuevamente al país entre junio y septiembre, y aunque esta misión no incluye tiempo de observación para astrónomos chilenos, abre una oportunidad de colaboración con la comunidad científica nacional.
Boeing 747SP
El Boeing 747SP modificado para el telescopio SOFIA es un avión de 44 años que entró inicialmente en servicio con la aerolínea Pan Am en 1977, antes de pasar a United Airlines en 1986. Pero la Nasa lo adquirió 1997 y lo modificó en gran medida para prepararlo para su nueva función con un telescopio reflectante que permite a los científicos estudiar el sistema solar, según reporta el medio Simpleflying.com
El telescopio a bordo está especialmente diseñado para observar el universo infrarrojo. En algunos casos, los objetos distantes pueden ser vistos sólo por la luz infrarroja que emiten, puesto que las nubes de gas y polvo bloquean la luz emitida por ellos, pero la energía infrarroja atraviesa estas nubes.
Hasta el momento, gracias a este telescopio la Nasa ha recopilado datos del nacimiento y muerte de estrellas, la formación de nuevos sistemas solares, planetas, cometas y asteroides del sistema solar, y agujeros negros en el centro de las galaxias, entre otros.
Asimismo, con SOFIA fue posible detectar por primera vez agua en la superficie iluminada de la Luna.