La Universidad de Concepción se caracteriza por acoger una gran diversidad de personas provenientes de distintas regiones, orígenes, culturas y religiones, a esto se suman las diversas capacidades y habilidades que cada joven posee, y es en esa heterogeneidad en la que encontramos su principal riqueza.

Pero esta diversidad necesita ser debidamente atendida por nuestra centenaria Casa de Estudios, teniendo en cuenta que como sociedad estamos enfrentando momentos de profundos cambios, entre los que prima la cero tolerancia a la discriminación y la segregación. Las nuevas generaciones buscan recibir un trato justo y que se respeten sus individualidades.

Precisamente en este desafío, hemos identificado cinco ejes que debemos abordar, para velar por una correcta inclusión universitaria de los alumnos y alumnas, docentes, investigadores y funcionarios.

En la agenda de lo “impostergable” en inclusión, encontramos el eliminar las barreras físicas que limitan el acceso a nuestras dependencias; pero debemos también considerar, por ejemplo, aplicar los principios de educación inclusiva desde la perspectiva de derecho al acceso en igualdad, asegurarnos que todas las personas puedan utilizar sin dificultad nuestras páginas web y sistemas informáticos, y hacer un correcto uso del lenguaje inclusivo.

El enfoque de género y la diversidad sexual también está dentro de lo que nosotros consideramos como “urgente”. Si bien la Universidad cuenta con una Dirección de Equidad y Género, es fundamental fortalecer nuestras políticas institucionales en las temáticas de la educación con enfoque de género, como así también en lo temas de acoso sexual, violencia y discriminación.

La interculturalidad en la educación está dentro de los temas “imprescindibles” de abordar. Aquí creemos que es fundamental abrir la Universidad y dar la bienvenida a las personas que se identifican con los pueblos originarios, velando por el respeto de sus derechos culturales y lingüísticos, al igual que a las personas que pertenezcan a grupos migrantes.

Lo esencial de nuestra Universidad, es la riqueza cultural en la que todos aprendemos y compartimos desde nuestras individualidades, incorporando también este enfoque intercultural en el aula.

En la agenda de lo “esencial” encontramos el apoyo que la Universidad debe brindar a los y las estudiantes que presentan vulnerabilidades económicas, nuestro rol es garantizar su continuidad a través de, por ejemplo, compatibilizar horarios que les faciliten trabajar y estudiar, junto con revisar la oferta de hogares y becas. Es fundamental contar con un catastro de estos casos y vincularlos a los aspectos académicos para abordarlos a través de un acompañamiento permanente.

Y finalmente, consideramos “indispensable” que la Universidad cuente con un Diseño Universal de Aprendizaje, el que considera un proceso de inducción y capacitación para que los docentes tengan las habilidades y competencias para atender a todos los estudiantes que ingresan a estudiar a nuestra universidad, independiente de su cultura, religión, identidad de género y situación de discapacidad.

Desde nuestra perspectiva, la Universidad de Concepción tiene todavía un camino que recorrer en temas de inclusión, vista de forma integral, donde cada uno de los ejes señalados conviva independiente entre sí, y, al mismo tiempo, en armonía y naturalidad cuando se mira a la institución completa. Transformando a la Universidad de Concepción en una comunidad donde las personas interactúan espontánea y armónicamente más allá de cualquier diferencia ideológica, confesional, física, de género u otras.

*Candidata a Rectora de la Universidad de Concepción 2022 – 2026.

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