Desde el 2 de diciembre Chile está siendo el anfitrión de la COP25 en Madrid, de la cual Chile mantuvo la presidencia y por lo tanto, el liderazgo de las negociaciones. La Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, se ha transformado en la cumbre ambiental mas importante del planeta.
Como consecuencia de una sociedad altamente carbonizada, la temperatura del planeta se ha incrementado en 1ºC desde la época pre-industrial.
Las negociaciones del Acuerdo de Paris buscan no exceder los 1,5 o 2ºC. China y Estados Unidos son responsables del 44% de las emisiones de CO2, y es aquí donde surge el primer gran desafío. Un grupo pequeño de países, liderados por EEUU, no ratifican el Acuerdo de París.
El primer fracaso es que la comunidad internacional no ha logrado que el Acuerdo de París sea vinculante. En cambio, Chile contribuye con apenas el 0,2% del CO2. Si bien esta cantidad podría parecer insignificante, el mensaje de fondo es que todos los gobiernos y todos los ciudadanos somos responsables de la actual crisis ambiental.
Chile ha mostrado sus avances en la materia: cambios en la matriz energética, nuevos parques marinos y terrestres, una anunciada ley de cambio climático, avances en electromovilidad y prohibición de bolsas plásticas.
Pero algunas deudas aún están sobre la mesa y requieren urgente solución: pobre inversión en ciencia, firma de Escazú, escaso presupuesto para áreas protegidas y reforma al código de aguas.
Pero no solo el cambio climático, sino además la extinción masiva de especies y la contaminación por plástico, todos tienen un denominador en común: la sobrepoblación y el modelo económico pro-consumo.
Wynes & Nicholas (2017) señalan que tener un hijo menos reduce cerca de 60 toneladas de CO2/año, versus reciclar que solo reduce 0,2. El cambio de paradigma del crecimiento económico infinito en un mundo finito, es inevitable si se desea transitar hacia un modelo serio de desarrollo sustentable y aquí Chile, y la comunidad internacional ha perdido una gran oportunidad.
Hasta que las causas subyacentes del cambio climático no sean puestas en la mesa parece difícil poder revertir los catastróficos procesos de degradación del planeta, y así solo estaremos traspasando las responsabilidades a las futuras generaciones, y es aquí donde el discurso de Greta Thumberg representando a millones de jóvenes sigue mas vigente que nunca.