Según la estadística de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), el último fin de semana Santiago registró 31 mm de agua caída, totalizando 45,7 en julio y 111,2 en lo que va de 2023. Si bien la situación parece alentadora, no lo es tanto. El año año pasado, a la misma fecha, la capital anotaba 125,3 mm. Con el actual registro , el déficit respecto a un año normal aún es de -40,1%.

El déficit de precipitaciones se ve directamente influenciada por diferentes fenómenos climáticos y sus fases. El último es el fenómeno de El Niño, el que provoca un aumento en las temperaturas.

¿Qué tan frío será el invierno por la presencia del Fenómeno de El Niño?

“Durante la fase El Niño de la Oscilación del Sur las temperaturas tienden a aumentar, pese a que el pronóstico estacional que realiza la DMC indica que para el trimestre julio, agosto y septiembre, las temperaturas mínimas estarán bajo lo normal”, explica Viviana Tudela, académica de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH),

Por lo que podría esperarse una menor probabilidad de que ocurra, considera Tudela, “así como también el ingreso de masas polares generando heladas polares, por lo tanto, hay que estar muy atentos a lo que ocurra, a las condiciones térmicas posteriores a los eventos de precipitaciones”, detalla.

Fenómeno de El Niño.

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que El Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés) “es una oscilación en la temperatura superficial del pacífico tropical frente a las costas de Perú y Ecuador. Estas oscilaciones en la temperatura superficial del pacífico tienen consecuencias globales, afectando tanto la temperatura como las precipitaciones en todo el planeta”.

En Chile, las consecuencias de El Niño dependen de la región, “pero en la zona central tienden a favorecer las precipitaciones durante el invierno. El Niño probablemente esté contribuyendo a que este 2023 no haya sido un año hiperárido como desafortunadamente fueron los últimos años”, añade Cordero.

El Niño también tiene una influencia global sobre las temperaturas, explica el climatólogo, “ya que las empuja al alza. Su desarrollo y persistencia explica porque este año está rompiendo todos los récord de temperatura conocidos, tanto a nivel global como a nivel local”.

Durante las últimas semanas, desde el 3 de julio pasado, “la temperatura global se encuentra en niveles récord. Cada una de las temperaturas globales registradas en los últimos 20 días ha sido un récord. Chile también ha tenido un año extraordinariamente cálido. En Santiago en lo que va a corrido del año se han registrado ocho olas de calor, y es probable que este 2023 rompa el récord de 10 olas de calor establecido en Santiago en 2020″, establece Cordero.

“Frente a las costas de Perú y Ecuador, en la región que técnicamente se conoce como Niño 1+2, la temperatura actualmente se encuentra más de 3°C por encima de valores típicos. No se había registrado una anomalía tan alta en la temperatura del pacífico tropical en esa zona, desde hace mas de 25 años, es decir, cuando se registró el Súper Niño de 1997-98″, señala el climatólogo.

Fenómeno de El Niño: aún muy lejos de un año normal

Contra todo pronóstico, y en el contexto de una megasequía, la estación Quinta Normal de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) cerró 2022 con 161 mm de agua caída. Se trata del mejor registro en dos años, aunque aún muy lejos de lo que se considera un año normal, ya que debería recibir anualmente 312 mm.

Y 2023 no se ha quedado atrás. Con la presencia del fenómeno de El Niño, a la fecha la capital anota 80,2 mm de agua caída, situación que podría mejorar aún más durante estos días, debido a la presencia de un sistema frontal. Pero eso no es todo, ya que éste, vendría acompañado de un río atmosférico, categoría 2.

Cordero explicaba anteriormente que un río atmosférico es una elongada masa de aire cargado de humedad, “que es desprendida desde el trópico, y puede desplazarse miles de kilómetros hasta alcanzar latitudes, medias o altas. Al igual que los ríos convencionales, los ríos atmosféricos transportan gran cantidad de agua, sin embargo, lo hacen en forma de vapor de agua. y no en forma de agua líquida como los ríos convencionales”.

“El vapor de agua transportado por los ríos atmosféricos puede, al alcanzar los continentes, ser forzado a ascender y condensarse, formando grandes nubes que son capaces de descargar abundantes precipitaciones. La cantidad de precipitaciones que un río atmosférico es capaz de provocar depende de la cantidad de vapor de agua que el río transporta”, señala Cordero.

Lluvia en Santiago. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE / AGENCIUNO

Existen cinco categorías para clasificar el potencial destructivo de los ríos atmosféricos. “Éstas categorías dependen de la cantidad de vapor de agua transportada por el río, la que se mide en kg/m/s. Las categorías comienzan en 250 kg/m/s y y van cambiando cada 250 kg/m/s”, establece el climatólogo (ver publicación a continuación).

La DMC anuncia cielos cubiertos y chubascos aislados a partir del viernes en la noche, mientras que el sábado se mantendría la lluvia durante toda la jornada (mañana, tarde y noche). El domingo no caerían precipitaciones. Meteored anuncia 33,4 mm en total.

Los ríos atmosféricos son un fenómeno natural que proveen casi la mitad de las precipitaciones anuales en Chile y en California. “Sin embargo, los ríos atmosféricos categoría superior (5) a 3 pueden producir lluvias torrenciales e inundaciones catastróficos. Ese fue el caso del río atmosférico que afectó a la zona centro sur de Chile hace pocas semanas”, recuerda Cordero.

Uno de los principales peligros asociados a las precipitaciones causadas por ríos atmosféricos son las crecidas de ríos, recalca el académico de la Usach. “Al ser de origen tropical muchas veces las precipitaciones asociadas a ríos atmosféricos incluyen una isoterma cero relativamente alta. En ese caso buena parte de las precipitaciones son líquidas, en forma de lluvia, y no hay forma de nieve”.

Lo anterior puede causar, en el caso de ríos atmosféricos de categoría tres o superior, crecidas anormales en los cauces de los ríos e inundaciones potencialmente catastróficos, repite el climatólogo, “aunque se espera la llegada de un nuevo rio atmosférico a la zona centro y sur del país en los próximos días, no se trata de un evento de gran categoría, por lo que no deberían registrarse”, sostiene.

Presencia ya confirmada del fenómeno de El Niño

Los 51,9 mm de agua caída con los que culminó junio, y la presencia ya confirmada del fenómeno de El Niño, hacen suponer que este invierno, y lo que resta del año serán mejores en cuanto a valores hídricos.

Julio anota 14,7, cifra que se modificaría para bien durante el fin de semana. La presencia de un río atmosférico (categoría 2) permitiría que esto sea así.

El pronóstico estacional de la DMC también es esperanzador para el próximo trimestre (julio, agosto y septiembre). Indica “mayor probabilidad de lluvias sobre lo normal”, El consolidado de los modelos utilizados, muestra que la condición más probable para el trimestre, entre las regiones de O’Higgins y Magallanes, es Sobre lo Normal.

Imagen satelital de un río atmosférico cruzando EE.UU. Foto: Noaa

Esto significaría, añade el documento, superar el percentil 66 de precipitación trimestral. Por ejemplo, en Talca debiesen registrarse más de 254 mm, en Concepción más de 435 mm y en Puerto Montt más de 510 mm. Entre la región de Coquimbo y la región Metropolitana el pronóstico presenta un mayor grado de incertidumbre.

A pesar de esto, el pronóstico indica una tendencia hacia una condición Normal a Sobre lo Normal. Esto implicaría que en Santiago se supere el umbral superior de normalidad para el trimestre de 155 mm.

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