Debido a los últimos incendios forestales que se han registrado en la zona centro del país, diferentes lugares han tenido que convivir con intensas capas de humo que cubren la ciudad.
Pero, convivir diariamente con el humo, puede traer consecuencias para la salud, ya que este puede ser más tóxico que la contaminación del aire normal, y puede permanecer en el aire durante semanas y viajar cientos de millas.
Esto, porque los incendios forestales pueden quemar no sólo materiales vegetales y árboles, sino también ciudades, destruyendo vehículos, edificios y su contenido. Además de partículas de tierra y materiales biológicos, el humo de los incendios forestales suele contener trazas de productos químicos, metales, plásticos y otros materiales sintéticos.
¿Qué tan letal es respirar el humo de un incendio forestal?
Qué tan letal sea respirar el humo de un incendio forestal dependerá mucho del tiempo de exposición que una persona tenga. Si es una exposición breve, “el riesgo de mortalidad no es mayor” explica la Dra. Teresa Balboa Castillo, kinesióloga y doctora en Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Frontera.
Pero si la exposición es prolongada, entonces sí puede aumentar el riesgo de mortalidad, principalmente por enfermedades cardiovasculares y agravamiento de enfermedades respiratorias.
Asimismo, el grado de peligrosidad es variable de acuerdo a las características del ecosistema afectado, ya que la toxicidad de las sustancias involucradas puede variar significativamente. “El peligro radica en la asociación del carácter de las sustancias involucradas, la concentración a la que se expone y el periodo de exposición, así como el efecto sinérgico que pueda establecer su mezcla” añade Luis González, magister Internacional en Toxicología, y académico Escuela de Medicina Universidad de Magallanes (UMAG).
Los principales problemas de salud que se observan más comúnmente ante la exposición al humo son producto de la irritación de la vía respiratoria, pudiendo causar:
- Tos.
- Congestión
- Dolor de garganta.
También, pueden aparecer síntomas derivados del contacto de sustancias tóxicas con los ojos o la piel, expresados en irritación o lesiones dérmicas.
En casos más severos, incluso se pueden observar síntomas centrales como mareos o cefaleas. “Lo anterior, considera a la población sana, porque podrían aparecer síntomas más severos en individuos con alguna comorbilidad preexistente, sobre todo enfermedades respiratorias o cardiovasculares” enfatiza González.
¿Qué es lo más letal del humo?
Dependiendo de lo que se esté quemando y la temperatura del incendio, se pueden producir diferentes gases contaminantes y partículas. El principal gas, es el monóxido de carbono (CO), el cual genera inflamación en la vía respiratoria, o los Óxidos de Nitrógeno (NOx), reconocidos por su toxicidad inmediata, pero también aparecen sustancias como el Benceno y otras sustancias orgánicas que son reconocidas como disruptores endocrinos y potenciales cancerígenos.
Por su parte, las partículas dependerán de su tamaño para saber si son más dañinas. Las que más preocupan, son las más pequeñas que se conocen como: material particulado 2,5 (MP 2,5), que son partículas de 2,5 micras de diámetro.
“Estas partículas son tan pequeñas que son capaces de penetrar en los pulmones y al ser tan pequeña, después nunca más sale, lo que genera daño respiratorio”, señala la académica UFRO.
¿Por qué estas partículas son dañinas para el humano?
Las MP 2,5 son las más dañinas porque son capaces de penetrar el tejido pulmonar, quedando atrapado ahí y generar una reacción de las células inmunitarias, lo que provoca una inflamación duradera de la vía respiratoria.
Carrie Redlich, especialista en medicina ocupacional y medioambiental de la Universidad de Yale, explicó en un comunicado que las partículas MP 2,5 pueden deteriorar la función pulmonar, causar enfermedades, como bronquitis, y aumentar los ataques de asma .
Asimismo, de los problemas respiratorios, la exposición a esta partícula se ha relacionado con un mayor riesgo de infarto de miocardio , ictus , cáncer de pulmón y un deterioro de la función cognitiva.
Además, aunque no se vea ni la persona huela el humo en el aire, “puede afectarte”, añadió la especialista.
¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de estar expuestos al humo?
La exposición a largo plazo se ha asociado a trastornos respiratorios crónicos, enfermedades metabólicas y mayor incidencia de algunos tipos de cáncer, entre otros.
“La exposición repetida, verano tras verano, es más probable que cause enfermedades, pero es difícil hacer predicciones porque es difícil decir a cuántos incendios estará expuesta la gente, cuánto tiempo durarán los incendios o cuál será el humo que contendrá”, dijo a Reuters Keith Bein del Centro para la Salud y el Medio Ambiente de UC Davis.
Las investigaciones actuales también analizan los efectos a largo plazo de las partículas de humo en los suministros de agua, en los cultivos o ingeridas por el ganado. Por ejemplo, los nutrientes transportados por el humo de los incendios forestales pueden contribuir a la proliferación de algas a favor del viento, lo que tiene implicaciones para los depósitos de agua potable y la ecología de los lagos, advirtió una investigación a principios de este año.
¿Qué rango etario es más susceptible al aire contaminado por humo?
Los pacientes pediátricos y adultos mayores, por temas fisiológicos, tienen una mayor sensibilidad a muchas sustancias tóxicas en general, pero más allá de los grupos etarios también hay que considerar como población de riesgo a las pacientes embarazadas, ya que principalmente puede afectar al feto.
Además, afecta a aquellos con comorbilidades cardiovasculares o aquellas que afecten el sistema respiratorio, como los pacientes con asma o EPOC.
¿Cómo podemos prevenir las consecuencias de la exposición?
En caso de presencia de humo por incendio forestal, el principal consejo es evitar salir de los domicilios, o exponerse al humo, señala la Dra. Balboa.
Hay que estar atento a las alertas de calidad de aire, evitando la exposición innecesaria en actividades al aire libre. En la medida de lo posible, señala el Dr. González, se deben mantener las puertas y ventanas cerradas (si la temperatura no lo permite, un paño húmedo que cubra adecuadamente una ventana abierta puede bloquear al menos parcialmente el paso de material particulado), “evitando generar contaminación al interior de los domicilios encendiendo calefactores de combustión o fumando, además de no sacudir ropa que estuvo expuesta al humo, así como asearse para remover sustancias que se pudieron adherir a la piel”.
El uso de mascarillas, puede servir hasta cierto punto, porque muchas de ellas normalmente no son capaces de filtrar sustancias de tamaño de partícula muy pequeños, como las mascarillas de tela o quirúrgicas, “por lo que lo más recomendable sería el uso de aquellas con filtros adecuados para micropartículas, como las N95 o similares” añade el académico UMAG.
¿En qué momento se recomienda visitar un doctor?
Es importante estar atento a los síntomas que pueden ser causados por la presencia de humo, y la gravedad de los mismos, ya que “muchos de ellos constituyen potenciales motivos de consulta, pero la exacerbación de los síntomas respiratorios es normalmente el más habitual, por ende ante casos de dificultad respiratoria marcada o tos persistente, así como pacientes que puedan presentar debilidad excesiva, vómitos o alteraciones de la conciencia podría ser prudente acudir a un médico, especialmente si afecta a alguna de las poblaciones más sensibles” concluye González.