Los sellos de advertencia nutricional indican si un producto es alto en azúcares, calorías, grasas saturadas o sodio cuando sobrepasan cierto umbral de concentración cada 100 gramos. Hoy en día se puede ver que muchos productos traen la advertencia, pero la pregunta es ¿cuántas veces estos sellos han influido en nuestra decisión para comprar más saludable?
En años anteriores diversos organismos internacionales, y en particular la Organización Mundial de la Salud (OMS) han recomendado el uso de etiquetado nutricional como una política que los países deben adoptar para frenar la obesidad.
Chile fue pionero en el desarrollo de los sellos de advertencia y en establecerlos a nivel nacional y de manera obligatoria en 2016. Desde entonces hay otros países que han estado mirando esto y seguido el ejemplo como México, Perú e Israel. La idea de estas intervenciones es proveer a los consumidores de información fácilmente interpretable respecto a la calidad nutricional de un producto.
Sabiendo eso, académicos de la Universidad de Chile y Universidad Católica realizaron un estudio que buscó resolver la interrogante de cómo cambiaría la decisión del consumidor cuando se enfrenta a un producto con los sellos versus cuando no está con sellos.
En junio 2016 el país implementó por primera vez los sellos de advertencia en las etiquetas como parte de la Ley de Alimentos. Sin embargo, unos meses previos los productores ya estaban enviando ciertos alimentos con y sin sellos a las tiendas como marcha blanca de la ley.
Fue entonces que el equipo de investigación aprovechó la oportunidad y seleccionó tres productos (cereales, galletas y chocolates) con y sin sellos para evaluar la variación entre ellos en un periodo de tiempo.
“Es una de las grandes ventajas de nuestra investigación, darle a un grupo de consumidores productos con sellos y a otro grupo el mismo producto sin sellos y ver qué pasa cuando solo varío esa variable”, explica Andrés Elberg coautor del estudio y académico de la Escuela de Administración de la Universidad Católica.
Los resultados publicados en la revista Marketing Science arrojaron que los consumidores de cereales tienden a sustituir productos con sellos hacia otros cereales sin sellos o productos fuera de la categoría cereales. Una posible interpretación para esto es que los consumidores responden a los sellos nutricionales cuando estos son inesperados.
En otras palabras, cuando una persona asocia cierto alimento con algo saludable y de repente se encuentra con los sellos de advertencia, el estudio dice que el consumidor va a elegir un producto sin sellos u optar por otro producto más sano. En cambio, cuando de antemano sabe que el alimento es calórico o con algún “alto”, va a ser indiferente ante los sellos.
“A un consumidor puede sorprenderle que un cereal para el desayuno contenga altos niveles de azúcar y calorías, pero no así en el caso de las galletas y chocolates. Por tanto, la presencia de sellos podría cambiar su comportamiento de compra en cereales, pero no en galletas o chocolates”, explica.
En la categoría de cereales para el desayuno los hallazgos encontraron que el volumen de compra se reduce un 6,2% cuando trae sellos de advertencias. Esto equivale a que, por ejemplo si en promedio cada cereal vendía al día en una tienda 20 unidades de producto, con los sellos de advertencia se reduce de una a dos unidades por día por tienda.
Además, en la misma categoría de cereales, la probabilidad de compra de este producto se reduce en un 5,8% cuando el producto incluye al menos un sello de advertencia. En el caso de las galletas y chocolates no hubo cambios significativos ni resultados concluyentes.
Elberg interpreta lo anterior como algo efectivo: “Los sellos son efectivos en inducir al consumidor a sustituir productos que son menos sanos hacia productos que no tienen sello y que por lo tanto son más sanos”.
Buenas noticias para Chile, que según cifras reunidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reflejaron que en 2019, el 34,1% de los adultos chilenos presentaron obesidad, mientras que el 44,5% de la población infantil también presentó rasgos de esta complicación médica.
Combatir la obesidad es la principal motivación del estudio. La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública en Chile y el mundo. “Este tipo de estudios nos ayudan a entender si estas políticas son efectivas en cambiar el comportamiento de la gente, cuándo son efectivas y en qué tipo de categoría son más efectivas que en otra”, comenta Elberg.
Entender cuáles son los efectos de los sellos de advertencia ayuda a tomar mejores decisiones en políticas públicas para combatir la obesidad.