Entre los 71 millones de casos de coronavirus a nivel mundial registrados hasta la fecha, la variante Ómicron se convirtió en la más transmisible entre la población. Tan solo en Chile, al 13 de enero había una positividad de 6,9%, la que solo 10 días después creció a 13,6%.
Sin embargo, antes de esta variante, la predominante era Delta, así como antes eran Alfa o Beta. Entonces, ¿qué podría pasar después de la ola de Ómicron? Médicos y epidemiólogos teorizan lo que podría pasar en el futuro...
¿La pandemia será más manejable?
Uno de los escenarios probables está abierto a una pandemia más manejable, debido a que muchas personas se habrán contagiado durante la ola de Ómicron. De esta forma, la inmunidad estaría presente en un grupo de la población durante un tiempo y los recontagios tardarían un poco más en aparecer.
“Al infectar rápidamente a un gran número de personas, [Ómicron] también genera inmunidad rápidamente. Y eso cuenta para hacer de Covid-19 una enfermedad más manejable, ya que las capas de inmunidad pueden brindar protección contra futuras oleadas y variantes”, dijo William Hanage, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, a The New York Times.
Un artículo de The Lancet escrito por Christopher J. L. Murray, director del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, apoya esta visión afirmando que una gran porción de la población se habrá visto infectada para marzo de 2022, de modo que la inmunidad –por vacunación, dosis de refuerzo y/o inmunidad adquirida– debería estar en su punto alto durante un tiempo.
“Durante algunas semanas o meses, el mundo debería esperar niveles bajos de transmisión del virus”, dijo Murray.
El problema, dice Hanage, es que “no hay garantía de que este patrón continue”, pues el virus puede sufrir nuevas mutaciones y la inmunidad puede disminuir. “Pero toda la evidencia que los científicos han visto hasta la fecha indica que la protección contra enfermedades graves se mantiene. Si eso continúa, la próxima ola con el virus (y habrá una próxima ola) podría atenuarse”.
Por otra parte, no hay garantías para que este contagio masivo genere la esperada inmunidad rebaño, explicó Jorge Aliaga, físico del Conicet y exdecano de Exactas de la UBA, al medio Tiempo Argentina. “No se sabe cuánta inmunidad te genera frente a otras cepas, puede pasar que se vaya y siga por debajo Delta”.
Próxima variante
Los expertos predicen que a pesar de que ocurra un periodo más tranquilo en la pandemia, mientras el virus encuentre un hospedero, va a seguir replicándose y otras variantes –quizás más o quizás menos letales– van a nacer. Algunas hasta podrían evadir el sistema inmunitario como lo hizo Ómicron.
“Así como lo hemos visto con cada nueva cepa, es bastante por un tema de evolución y sobrevivencia de los virus que ganan este nicho ecológico, tienden a sobrevivir aquellas cepas que son más transmisibles”, explica Christian García, académico y médico doctorado en Salud Pública de la Universidad de Santiago.
“Entonces es esperable que puedan surgir nuevas cepas, es bastante del azar, pero es esperable que tengamos más adelante. Ojalá que las que vayan surgiendo no sean tan transmisibles, podamos controlarlas, que el mundo esté mejor preparado y que esto empiece a reducirse”, agrega.
Scott Hensley, investigador de vacunas en el Instituto de Inmunología de la Universidad de Pensilvania, dijo a Stat News que considera que cualquier variante nueva tendrá una tarea difícil después del paso de Ómicron. “Es difícil imaginar… otra variante que pueda sostenerse en una población que acaba de experimentar esta enorme ola de Ómicron”, dijo Hensley.
Allison Arwady, comisionada del Departamento de Salud Pública de Chicago, coincidió. Durante un evento de Facebook Live dijo que en el mejor de los casos, las variantes futuras serían menos virulentas y transmisibles. Además, no espera que surja una nueva variante de preocupación pronto.
Expertos como la viróloga Vivian Luchsinger esperan que el Covid-19 se incluya en el conjunto de virus respiratorios que circulan habitualmente, pero no con el impacto que tenemos actualmente. Sin embargo, dice que es difícil proyectar un futuro cercano o lejano por el comportamiento del SARS-CoV-2.
“Es difícil proyectarlo, pues uno puede teorizar, pero luego el virus se comporta de otra manera. Si no surgieran nuevas variantes que sean un cambio muy grande del virus –cosa que podría ocurrir, pero esperamos que no–, yo creo que a fines de año deberíamos estar ya en una situación más de normalidad. Además, debería aumentar el porcentaje de población vacunada en el mundo, por lo tanto, debería ir disminuyendo la posibilidad de nuevas variantes”.
Vacunación e inmunización
“Esto es un juego de probabilidades y lo que necesitas es reducir las posibilidades de que nuevas cepas se sigan reproduciendo” y –para que esto ocurra– son necesarias medias organizativas, de prevención, trazabilidad y vacunas, explica García.
Si bien, es difícil predecir qué pasará a continuación en esta pandemia, hay cosas que pueden decirse con un grado de certeza. “Una de estas cosas es que la inmunidad tanto en Chile como en el resto del mundo hoy día es más alta frente al SARS-CoV-2, debido a las infecciones previas (...) y también por las inmunizaciones”, dice Nicolas Muena, investigador de la Fundación Ciencia y Vida sobre las vacunaciones e inmunización.
El experto dice que una de las mayores amenazas en la pandemia está relacionada con la falta de inmunización. “Dejar gente sin inmunizar, susceptibles todavía de ser infectadas y que el virus pueda seguir replicándose ahí y pueda seguir mutando”.
“Creo que hay un riesgo importante en dejar a gente sin vacunar en, por ejemplo, países completos donde la inmunidad sigue siendo muy baja como en África –donde los índices de vacunación son muy bajos todavía– o también los grupos antivacunas”. Estos espacios en que no hay vacunación porque no se puede acceder a ella o no se quiere esta inmunización da lugar a gente susceptible y “el virus va a poder seguir mutando y puede seguir generando variantes de preocupación”, explica Muena.
García explica que “no sabemos si las nuevas cepas van a ser cubiertas con las vacunas que tenemos hoy y, por lo demás, vamos a tener que estar constantemente desarrollando vacunas para nuevas cepas en un futuro cercano”.