Llegó el último mes del año y nos separan solo 18 días para terminar el 2018. Época de balances y término de ciclos, donde aumentan las preocupaciones y compromisos, además de la preparación para las festividades. Se experimenta una carga de responsabilidades mayor, lo que puede provocar el conocido "estrés de fin de año".
Nos referimos a estrés cuando ocurre una situación en la cual el organismo se encuentra en tal nivel de rendimiento que se produce un aumento de cortisol de forma aguda y que puede ser sostenida en el tiempo si es que el estrés se mantiene. Sin embargo, en épocas de muchos compromisos, como en el caso de fin de año, esta condición puede acentuarse en gran parte de la población.
El estrés afecta el estado de ánimo, dificulta la capacidad de memoria, la capacidad de concentración, y se asocia a enfermedades tales como trastornos de ansiedad, depresión, mayor irritabilidad, cansancio y con frecuencia se tiende a estar más sensible.
La buena noticia es que el estrés se puede prevenir, y la mejor forma es manejando las horas de sueño. Estas deberían ser por lo menos de 8 o más. Ese es el tiempo que requiere el cerebro para, durante el sueño, tener toda la reparación necesaria en las distintas áreas cerebrales.
Por otra parte existen otras instancias que permiten la liberación de endorfinas, agentes que son reparadores, como el ejercicio, la risa, priorizar instancias recreativas, mantener una alimentación saludable, meditar y evitar compararse y competir con otros.
*Psiquiatra de Clínica Dávila.