La longevidad es uno de los anhelos más recurrentes en la historia del ser humano. Sin embargo, el deseo de vivir más tiempo debe ser acompañado por otra pregunta: ¿Somos felices? En el marco de Congreso Futuro 2019, la directora del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), Mariane Krause, remarcó la importancia de los vínculos primarios y comunitarios como motores esenciales de la felicidad.
Como parte del panel "Prolongar la vida, Retos y Perspectivas", la doctora en Psicología de la Universidad Libre de Berlín explicó que el "apego, un concepto que hace 30 años era prácticamente desconocido, es la base del desarrollo humano, afectivo, cognitivo y social. Allí desarrollamos nuestra mente y nuestro pensamiento. Por eso hay una transmisión intergeneracional de la depresión. Los padres que no han tenido el apego suficiente en la infancia tienen dificultades para brindar apego seguro a un bebe. Y esos niños crecen más vulnerables".
En su presentación, Krause explicó que los vínculos humanos en Chile, al igual que en el resto de las sociedades de Occidente, han sufrido grandes transformaciones, esencialmente en dos esferas: el proceso de individualización que se intensificó con fuerza a partir de la década del 80 y la transformación de los vínculos impulsada por la tecnología.
"Vivimos en una hiperconexión con el mundo, pero a la vez debemos conectarnos con nosotros mismos. Hay que desarrollar la práctica meditativa, aprender de las culturas orientales. Para lograr el vínculo genuino y empático con los demás hay que primero conectarse con uno mismo. Reforzar los vínculos genera felicidad y por ende aumenta nuestra expectativa de vida", agrega.
Depresión y pobreza en Chile
En diálogo con Qué Pasa, Mariane Krause profundizó algunos conceptos de su presentación: "Hay estudios que indican que el 20% de los chilenos no hablamos de nuestros problemas. Cada vez dependemos más de nosotros mismos y entablamos relaciones de competencia con los demás. Así se rompen los vínculos y quedamos solos".
La psicóloga resalta, en base a datos de la Encuesta Nacional de Salud, que los sectores económicos más vulnerables son más propensos a sufrir depresión: "La cultura del individualismo ha permeado todo. Las personas en situación de pobreza están expuestos a situaciones de estrés, muy solos y desposeídos de las redes comunitarias que existían antes, unos 30 años atrás. Erradicar la pobreza ayudará a disminuir los índices de depresión en Chile".
Asimismo, la especialista observa que entre 16% al 20% de la población chilena tiene síntomas depresivos, por encima del promedio mundial.