Pese a la extrema aridez del norte, hace 7.000 años floreció una de las culturas más fascinantes del país: la cultura Chinchorro. Investigaciones recientes afirman que una inusual alza de las lluvias entre 7.000 y 5.000 años atrás los llevó a momificar mucho antes que los egipcios.

Al ser el clima menos árido, los cuerpos no se preservaban solos como antes, por la sal del desierto, y -por ende- requirieron un trato especial. Y esta cultura robustecida por la bonanza tuvo una respuesta que hoy la hace reconocida universalmente: momificó artificialmente a sus muertos.

Ahora, el Centro de Innovación de Clínica Las Condes está trabajando con el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) para reconstruir, a través de impresión 3D, 15 cuerpos y 30 cráneos de momias que son parte de la colección del museo. El trabajo se hizo a través de un tomógrafo computarizado, que permitió hacer cortes o secciones finas que cubren completamente los cuerpos. A través de un software de segmentación y ordenamiento 3D, las imágenes obtenidas se convirtieron en mallas digitales, para ser manejas como modelos tridimensionales.