Realidad aumentada en la sala clases: nuevos desafíos para docentes y colegios
Muchos conocemos la realidad aumentada (RA), y si bien esta tecnología lleva un tiempo en desarrollo, hoy más que nunca se ha expandido en diversos ámbitos como el de la publicidad y el entretenimiento. Pero ¿qué es realmente? ¿cómo funciona? y, lo más importante, ¿cómo nos puede ser útil para el proceso educativo?
Partamos de lo básico, la realidad aumentada es una tecnología que nos permite nutrir el mundo físico con información digital. Dicha información pueden ser modelos 3D, fotos y/o videos, que se pueden visualizar en cualquier dispositivo que tenga una cámara digital. Para ello es necesario crear una aplicación que detecte algún elemento del mundo real, éste puede ser un objeto o una imagen. Este elemento se llama marca. Una vez que la marca es detectada por nuestra cámara, se carga en la pantalla cualquier información que haya sido programada para enriquecer nuestra experiencia visual. La información puede estar también referenciada a un punto del planeta, en este caso la marca es reemplazada por datos de geoposicionamiento.
Esta ventaja es crucial para el aprendizaje de las ciencias, ya que a los y las estudiantes muchas veces les cuesta visualizar y comprender fenómenos complejos, como los átomos, las propiedades energéticas, o bien, fenómenos que solo se pueden apreciar a niveles microscópicos o macroscópicos. En estos casos, profesores y profesoras recurren a representaciones visuales de estos fenómenos para explicar de mejor manera los comportamientos de cada uno de los componentes.
Por esta razón, es que la RA permite el desarrollo de la habilidad de visualización, entendida esta como la percepción de un objeto que es visto o tocado y la imagen mental que se elabora como producto de esa percepción. Se cree que es una habilidad muy importante en todo pensamiento y especialmente en las ciencias, dado que se busca construir explicaciones causales, a través de las experiencias de cómo es el mundo, a una porción de él que no necesariamente es visible al ojo humano.
Ahora bien, siendo esta una tecnología tan ventajosa, está lejos de ser utilizada con frecuencia en las salas de clases de nuestro país por varias razones. La primera, y más fundamental, es que los profesores no saben que pueden crear sus propias actividades con RA. En talleres que hemos realizado en el Centro Costadigital PUCV, hemos visto que docentes se ven a sí mismos como usuarios de aplicaciones creadas por otros, gratuitas o de pago, pero desconocían que hay softwares que permiten crear sus propias aplicaciones de forma sencilla y ajustada a sus clases, estos software son llamados herramientas de autor.
La segunda razón, es la poca disponibilidad de objetos 3D gratuitos para vincular en sus actividades con RA. Lo ideal es que cuando un profesor o profesora diseñe una actividad, lo haga en función de sus necesidades y con la libertad de que podrá disponer de material para cualquier temática. En el caso de RA, sucede que no es tan fácil encontrar objetos 3D para mostrar exactamente la situación o el fenómeno que el docente desea abordar. Frente a esta dificultad, se hace necesario entregar bancos de objetos 3D desde donde puedan descargar gratuitamente, el problema allí es que la búsqueda de un objeto puede tomar bastante tiempo buceando y en ocasiones no encontrar lo que se buscaba. La elaboración de objetos 3D a través de fotografías o vídeos es una posibilidad, pero no siempre es una solución a lo que se necesita.
Como centro de tecnología educativa, tenemos ambos desafíos, mayor formación para profesores, profesoras y estudiantes de pedagogía, sobre las herramientas para desarrollar actividades con RA y, por otro lado, buscar soluciones para consolidar un catálogo de objetos 3D o para enseñar a profesores a crear sus propios objetos en software de diseño 3D como SculptGL, TinkerCAD u otros.
*Coordinadora del área de Investigación, Desarrollo e Innovación del Centro Costadigital PUCV.
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