Fue a finales de década de 1970 que se descubrieron dos cráneos fosilizados en la cueva Apidima, en el sur de Grecia. Recibieron los nombres de Apidima 1 y Apidima 2. Durante 30 años no se tenía certeza sobre su origen, debido a la distorsión tafonómica o relacionada a sus características de fósil, y la falta de contexto arqueológico y cronológico.

Pero ahora se sabe de ellos y las revelaciones que han hecho son sorprendentes. Es lo que indica un estudio publicado hoy en la revista Nature , en que investigadores reconstruyeron ambos cráneos, proporcionando descripciones y análisis comparativos detallados, y los fecharon. Apidima 2, data de hace más de 170 mil años y tiene un patrón morfológico similar al de los neandertales.

Pero eso no es todo. En contraste, para sorpresa de los científicos, Apidima 1 data de hace más de 210 mil años. Presenta además, una mezcla de rasgos humanos modernos y primitivos. Estos resultados sugieren que dos grupos humanos del Pleistoceno medio tardío estaban presentes en este sitio: un Homo sapiens temprano, seguido de una población neandertal.

Reveló así Apidima 1, nuevos antecedentes sobre la evolución de los Homo Sapiens. "Nuestros hallazgos apoyan la dispersión múltiple de los humanos modernos tempranos fuera de África, y resaltan los complejos procesos demográficos que caracterizaron la evolución humana del Pleistoceno y la presencia humana moderna en el sureste de Europa", detalla la investigación.

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evolución de los Homo Sapiens

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Katerina Harvati, paleoantropóloga de la Universidad de Tubinga (Alemania) y autora principal del estudio, señala que el aspecto redondeado de la parte posterior del cráneo Apidima 1, es una característica exclusiva de los humanos modernos, que se cree que apareció relativamente tarde en su evolución. "Este sería el fósil humano más antiguo y sin distorsiones que muestra dicho perfil posterior del cráneo como el de un humano moderno", señaló al periódico español El Mundo.

Sin embargo, Apidima 1, carencia de otras características identificables, como el hueso frontal, el arco superciliar, la cara, los dientes o la región del mentón, "cualquiera de los cuales podría tener una forma menos 'moderna'", señaló al mismo medio Chris Stringer, antropólogo del Centro para la Investigación de la Evolución Humana del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) y coautor de este trabajo.

En el sitio en que se encontraron los fósiles, no hay datos sobre otras especies animales, ni tampoco de herramientas humanas que aporten contexto a la época en la que se formó, el Pleistoceno.