Entender cómo responden las plantas a la temperatura y cómo la temperatura ambiente impulsa el ciclo reproductivo de las plantas con flor puede proporcionar una visión importante de los efectos del cambio climático en algunas especies.
Las plantas suelen mejorar su capacidad de sobrevivir y reproducirse controlando las señales ambientales clave, como la duración del día y la temperatura ambiente, y utilizando la información para modular las etapas de crecimiento y desarrollo, incluido el momento en que crecen las flores e inician su programa reproductivo.
Un reciente estudio publicado en la revista Science reveló que el secuestro de florígeno en las membranas lipídicas de las células vasculares de las plantas, dependiente de la temperatura, impide que éstas florezcan cuando hace demasiado frío.
El florígeno, una hormona vegetal que inicia el crecimiento de las flores, se produce en las células de las hojas cuando los días se alargan. Se desplaza por la planta, donde induce el desarrollo de las flores en el meristemo apical del brote.
Una de las características ampliamente conservadas del florígeno es su capacidad para unirse a los lípidos. Sin embargo, el propósito de esta función era hasta ahora desconocido. En este estudio, los investigadores evaluaron la actividad del florígeno FLOWERING LOCUS T (FT) y cómo las membranas lipídicas intracelulares regulan el transporte de esta proteína para modular el momento de la floración.
Utilizando la planta de floración ‘Arabidopsis thaliana’ como modelo, han demostrado que el FT se une al fosfolípido fosfatidilglicerol, que secuestra el florígeno en compartimentos de membrana dentro de las células del floema a baja temperatura, retrasando la floración en condiciones de frío.
Esta unión lipídica se ve menos favorecida a temperaturas más altas, lo que permite que el FT se libere en los brotes de la planta para impulsar la floración.