Revelan la imagen más increíble que se haya conocido de la corona del Sol
La misión Solar Orbiter, a través de Extreme Ultraviolet Imager (EUI), logró la mayor y mejor resolución desde que existe este tipo de registro.
La misión Solar Orbiter, una colaboración internacional entre la ESA y la Nasa, operada por la primera, ha experimentado su segundo encuentro cercano con el Sol, logrando algo sin precedentes a la fecha en el espacio.
Se trata de una secuencia fotográfica obtenida con el Extreme Ultraviolet Imager (EUI) que logró la mayor y mejor resolución desde que existe este tipo de registro. El momento de máximo acercamiento tuvo lugar hace unos días, cuando la nave se encontraba a solo 29% de la distancia de la Tierra al Sol.
Cada píxel de este documento abarca 105 km sobre la superficie del Sol, lo que significa que si EUI mirara la Tierra desde esta distancia, todo nuestro planeta abarcaría solo 120 píxeles de ancho. La serie fotográfica contiene 2.048 de ancho, lo que significa que 17 Tierras encajarían una al lado de la otra en esta imagen.
La corona es la atmósfera exterior del Sol y se denomina “calmada” cuando hay poca actividad solar apreciable, como erupciones o eyecciones de masa coronal. Estas imágenes, además de otras tomadas durante el encuentro, muestran la naturaleza dinámica de la corona caliente de un millón de grados del Sol.
Juan Carlos Beamin, astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía, señala que imagen en alta resolución es súper útil, “porque la corona en sí, la podemos ver en un eclipse, pero no sabemos qué es lo que produce que alcance esas temperaturas. El Sol tiene la temperatura más alta en el centro y luego se va enfriando hasta su superficie donde alcanza los 6.000 grados Celsius. A pesar de que la corona debería ser más fría no lo es, ya que se recalienta, hasta más de 1.000.000°C”.
Natalia Inostroza, directora del Núcleo de Astroquímica y Astrofísica de la Universidad Autónoma, establece que esta película que hemos visto hoy corresponde a la segunda (última) aproximación del satélite. “En general, tiene varios ciclos: está calmada cuando hay poca actividad solar; pero en otros momentos tiene eyecciones de masa coronal, por lo tanto, analizarlas da cuenta de los ciclos de la corona y la dinámica que tiene”.
En esa región, en la corona, “hay gas cargado eléctricamente y ese gas que se denomina plasma, está en constante movimiento. Sabemos que nuestro desde nuestro astro se eyectan muchas de estas partículas a través del sistema solar, y por supuesto a nuestra atmosfera terrestre”, considera Inostroza.
El gas cargado eléctricamente aquí, conocido como plasma, está en constante movimiento, guiado y acelerado por los cambios del campo magnético del Sol. Los arcos de plasma brillante se mantienen en su lugar mediante bucles de magnetismo que irrumpen en la corona desde el interior del Sol.
Viento solar, plasma y campo magnético
Actualmente, el Sol está pronto a alcanzar el peak en sus niveles de actividad, conocido como máximo solar, fenómeno que ocurrirá en 2025. Por lo tanto, es probable que las vistas de una corona tranquila se vuelvan más raras en los próximos años, informa la ESA.
Con respecto a su valor científico, Inostroza explica que es importante tener este instrumento analizando la corona, lo que nos va a permitir determinar sus ciclos, “ya que en 2025 habrá una máxima actividad de nuestro sol y veremos en el tiempo si se podrán analizar los diferentes ciclos pasando desde etapas con baja actividad (corona tranquila) hasta etapas de alta (máxima) actividad solar como la que se espera tener ese año″.
“Los físicos que trabajan en estas investigaciones tendrán prontamente acceso a datos inéditos para el estudio de cómo las erupciones solares producen radiación de partículas energéticas que llenan la heliosfera, y cómo y dónde el viento solar, el plasma y el campo magnético se originan en la corona solar. Se espera poder observar con detalle cómo la actividad magnética de la superficie solar desencadena fenómenos como fulguraciones solar o eyecciones de masa coronal”, indica la directora del Núcleo de Astroquímica y Astrofísica de la Universidad Autónoma,
El Sol lanza un viento solar de partículas que fluye a través del Sistema Solar. Se origina en la corona, pero el mecanismo preciso por el cual esto sucede es poco conocido. Investigar este fenómeno es un enfoque clave para los físicos solares y uno de los principales objetivos científicos de Solar Orbiter.
“Espero con ansias que los datos de los diez instrumentos se descarguen durante las próximas semanas, y luego la comunidad científica mundial esté muy ocupada descubriendo cosas nuevas utilizando este conjunto de datos únicos”, reveló Daniel Müller, científico del proyecto de la ESA para Solar Orbiter.
Este encuentro en particular se benefició de que Solar Orbiter volara rápidamente en dirección a la Tierra, lo que permitió que se descargaran muchos más datos. También se pudieron realizar observaciones coordinadas de las características solares con telescopios terrestres.
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