Revisa las impresionantes imágenes que dejó el Telescopio James Webb en su primer año

En diciembre del año pasado el Telescopio James Webb de la Nasa fue inaugurado bajo la insignia del telescopio más poderoso hasta ahora creado por la humanidad. Prometía imágenes impactantes y nunca antes vistas, y no nos defraudó.

Tardó siete meses en enviar las primeras imágenes a la Tierra, pero desde entonces no ha dejado de impresionar al ojo humano con las galaxias más lejanas jamás descubiertas. Su avanzada tecnología de captura de imagen, su resolución y sensibilidad ha captado imágenes dignas de compartir.

A continuación te dejamos una recopilación de las imágenes más impresionantes del año captadas por el Telescopio James Webb:

Esta fue la primera imagen producida por el telescopio que llegó el pasado 12 de julio. Lo que hace especial a SMACS 0723 es que es la imagen infrarroja más clara y completa del universo jamás capturada por un telescopio.

“Esta imagen cubre un trozo de cielo de aproximadamente el tamaño de un grano de arena sostenido con el brazo extendido. Es solo una pequeña porción del vasto universo”, explicó el administrador de la Nasa, Bill Nelson, en un comunicado.

Esta vista en forma de acantilado es en realidad parte de una nebulosa de Carina, a 7.600 años luz de la Tierra en la constelación de Carina, donde se forman estrellas. Conocida también como NGC 3324 forma parte de nuestra Vía Láctea y a este punto de vista en particular se le llama Acantilados Cósmicos.

Esta imagen corresponde a una historia de creación cósmica donde miles de estrellas jóvenes fueron captadas en un vivero estelas llamados 30 Doradus. Apodada la nebulosa de la Tarántula por la apariencia de sus filamentos polvorientos en imágenes telescópicas anteriores, esta nebulosa ha sido una de las favoritas por los astrónomos que estudian la formación de estrellas.

Esta imagen fue captada en la constelación de Pegaso y corresponde a un grupo de cinco galaxias, de las cuales cuatro fueron descubiertas por primera vez.

Las imágenes revelan que dos de las galaxias se están fusionando actualmente y entregan una idea de cómo las interacciones galácticas pueden dar como resultado la formación de estrellas.

Esta imagen revela el nacimiento de una estrella. En el centro de esta especie de reloj de arena hay una protoestrella, un objeto celeste escondido dentro de una nebulosa oscura superabsorbente que, con el tiempo, terminará por convertirse en una estrella.

El telescopio James Webb nos proporcionó nuevos registros de Júpiter utilizando tres filtros infrarrojos especializados. Esto permite a las personas percibir auroras y hermosos espectáculos de luces que se visualizan en la imagen tal como ocurre en la realidad de Júpiter.

Una de las imágenes más impresionantes captada son los llamados Pilares de la Creación, que son nubes de gas y polvo que representan un caleidoscopio de colores frente a la luz infrarroja del telescopio. Los pilares forman parte de la nebulosa del Águila, mucho más grande que se encuentra a unos 6.500 años luz de la Tierra.

Su nombre es M74 o Galaxia Fantasma y la imagen se obtuvo en colaboración con los datos del Telescopio Hubble. Se ubica a unos 32 millones de años luz de la Tierra en la constelación de Piscis y está “casi de frente” a la Tierra.

La Galaxia Fantasma pertenece a la clase conocida como “espiral de gran diseño”, lo que significa que sus brazos de espirales son prominentes y bien definidos, a diferencia de otras estructuras irregulares y desiguales que se ven en algunas otras galaxias espirales.

En esta ocasión el Telescopio James Webb capturó con mucha más claridad las nubes de metano congelado que rodean Neptuno, sus polvorientos anillos y hasta siete de las 14 lunas conicidad del planeta.

Esta imagen muestra el patrón que se crea a partir de los restos de polvo que periódicamente arroja una estrella que orbita en el sistema binario. Su forma se asimila a una huella dactilar.