Gran parte de la población chilena conoce a alguien cercano que ha tenido cáncer, y es que la enfermedad es considerada un problema de salud pública . El cáncer es la segunda causa de muerte en Chile, luego de las afecciones al sistema circulatorio y cardiovascular, según el Plan Nacional de Cáncer 2018-2028. Se proyecta que al final de la próxima década llegue a ser la primera.
El cáncer no solo afecta a la persona que lo padece, sino que también a todo su círculo, repercutiendo tanto en la salud física y psicológica, como en los costos económicos que afecta a sus familias, comunidades, así como al sistema público y al país en conjunto.
Lo anterior lo sabe muy bien el Dr. Rifat Atun, profesor de Sistemas de Salud Global en la Universidad de Harvard, que se ha dedicado a investigar principalmente el desempeño de los sistemas de salud y cómo el diseño y la implementación de reformas impactan en los resultados, además de la adopción y difusión de innovaciones en los sistemas de salud, por ejemplo, con nuevas tecnologías.
El experto se presentó la semana pasada como expositor en el seminario de la Fundación Care: “Inversión en Cáncer: la clave para la salud y progreso”, donde habló de la importancia de invertir en tratamientos de radioterapia en Chile para enfrentar el cáncer de manera más efectiva, brindando beneficios enormes en salud, y además económicos para todas las partes.
La radioterapia es un tratamiento que usa altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores. En uno de sus estudios titulado Ampliación del acceso mundial a la radioterapia, publicado en The Lancet, se dio cuenta que “al introducir soluciones integradas que incluyen diagnóstico, planificación y tratamiento, se pueden llegar a salvar unos diez millones de vidas”.
Pero la inversión va más allá, y en términos económicos el estudio sostiene que por cada dólar invertido los beneficios pueden ser entre tres y cuatro hasta seis dólares de retornos sobre la inversión, siendo entre 100 y 200 mil millones las ganancias netas. Lo que lo vuelve un escenario muy atractivo en términos de beneficios económicos y de salud.
“El cáncer es un desafío de sociedad”, dice en entrevista con Qué Pasa, y agrega que, en base a la gran cantidad de estudios que ha realizado en Chile y el mundo, para atacar el cáncer es necesario invertir en el sistema completo. Esto quiere decir, vacunas preventivas como la del papiloma humano o la hepatitis, diagnósticos tempranos, tratamientos adecuados y avanzados, medicamentos, entre otros.
Actualmente uno de los problemas en Chile, que se ha visto incrementado por la pandemia, es que se realizan diagnósticos tardíos de la enfermedad, y en consecuencia los tratamientos que se pueden aplicar a un cáncer detectado en forma tardía son muy bajos.
Según un estudio encabezado por el Dr. Atun y publicado en The Lancet, que estimó el impacto de la pandemia en el diagnóstico y supervivencia de cinco cánceres en Chile, la presión del Covid-19 sobre los sistemas de salud ocasionó una demora en el retraso y tratamiento de numerosas enfermedades, siendo el cáncer una de las más afectadas.
El estudio arrojó que se diagnosticó un 32,1% menos de casos en 2020 en comparación a un escenario sin Covid-19. Mirando hacia el periodo entre 2022 y 2030, se estimó un total de 2.073 casos de más, debido a la acumulación de casos no detectados en 2020 y 2021.
“Estimamos que debido a este diagnóstico tardío, las tasas de sobrevida van a bajar para los cinco tipos de cánceres que fueron evaluados en este estudio (mama, cuello uterino, colorrectal, próstata y estómago), y los niveles de mortalidad van a subir en un 15%, entonces son desafíos grandes”, explica.
El Dr. Atun menciona que “lo que hay que hacer para garantizar una detección correcta y una derivación temprana, es asegurar que todos los beneficios puedan obtenerse para poder curar y mejorar la sobrevida de esos cánceres”.
Actualmente el acceso a radioterapia es “inaceptablemente bajo” comenta el profesor. Dentro de los motivos cuenta que existe el mito de que ese nivel de inversión no se puede hacer en países de ingresos medios bajos, pero ha demostrado que eso es factible, posible y costeable, si todos los esfuerzos están puestos en ello.
“Tenemos, y digo nosotros porque me siento muy cercano a Chile, que desarrollar las políticas correctas, dejar la política de lado, es muy importante porque esto va en beneficio de los ciudadanos sin importar el gobierno que esté”, expresa el experto.
Invertir en radioterapia en ningún caso es un gasto, dice el doctor y los beneficios son inmediatos. Comenta que en base a lo escuchado en el seminario, el costo de tratar a un niño chileno con tumor cerebral en otro país con radioterapia sería de unos 250 mil a 300 mil dólares (con todo incluído). En comparación se mostró que si se tuviera un centro de tratamiento de radioterapia en Chile, por persona saldría estimado 30 mil dólares, “una tremenda diferencia”.
La importancia de invertir hoy es urgente, pues el cáncer solo va en aumento. Según el investigador, en Chile el cáncer infantil seguirá creciendo, y va de la mano con que la población chilena también envejece más.
El desafío, según el experto, es unir a todos los sectores políticos, la ciudadanía, fundaciones, empresas y más, pues este es un problema de salud a nivel país, por ende, “es una responsabilidad de toda la sociedad y tiene que existir un esfuerzo concertado para poder enfrentarlo”.
Democratizar el acceso al diagnóstico del cáncer
La Fundación Care, organizadora del seminario en el que participó el doctor Atun, se ha propuesto cambiar el panorama de los diagnósticos tardíos y busca que los niños y adultos puedan acceder al mejor tratamiento que la medicina actual ofrece. Es por esto que están en la fase final de la creación de una plataforma digital gratuita para educar y orientar a la población sobre todo lo relativo al cáncer. A través de ella, Care entregará orientación médica y financiera, y segundas opiniones de los mejores centros oncológicos del mundo.
Además, la Fundación proyecta construir el más avanzado Centro Oncológico en Chile, que cuente con la mejor tecnología en radioterapia a base de protones (Protonterapia), lo que permite entregar altas dosis de radiación al tumor, con una mínima dosis a los órganos sanos.
El doctor mira con buenos ojos el potencial de Chile, y confía en que el país puede crecer mucho en esta materia: “Tiene espacio para mejorar y también debe hacerlo”, comenta. “Lo que hay que hacer es tratar de buscar instancias para unir a los distintos sectores políticos porque esto es en pos de la sociedad. Es un desafío pero no es imposible”, finaliza.