"Antes de preguntarnos qué especie queremos ser, debemos preguntarnos qué especie somos. Y les puedo decir que nuestro cuerpo es solo un 43% humano". Así es como inició su charla magistral el doctor en ecología y biología evolutiva de la Universidad de Princeton, Rob Knight (43). En la cuarta jornada del Congreso Futuro 2019, el científico neozelandés compartió con la audiencia el tema fundamental de su estudio: los microbios. Un campo de estudios que podría decir mucho sobre cada persona.
A modo de prólogo, Knight dijo que las personas poseen alrededor de 30 trillones de células humanas, mientras que las células microbiales llegan a 39 trillones. ¿Cambian las personas si cambian sus microorganismos? El científico se adelantó a decir que la expresión génica está determinada casi en su totalidad por el ADN microbial. "Las personas tienen ecosistemas diversos de microbiomas", afirmó Knight.
Y no solo en personas. La flora tiene diferencias y similitudes en su mapa microbiano. Rob Knight tomó como ejemplo su última visita a la Patagonia. Se dio cuenta que los prados y montañas chilenas tienen una semejanza sorprendente con los paisajes de su natal Nueva Zelanda. "Los microbios que hay allí tienen cierto parecido, así como no lo tiene con el Amazonas o el Polo Norte".
¿Cuál es el objetivo de saber sobre microbios? Rob Knight ha realizado hallazgos que podrían revolucionar la medicina convencional. Las personas obesas y delgadas tienen distintos tipos de microbios en sus intestinos. "Esto no sirve mucho para identificar si las personas son obesas o no. Sin embargo, de ahí surgió la duda sobre si la obesidad cambiaba los microbios, o los microbios condicionaban la obesidad", reflexionó Knight.
En un experimento en ratas, se pudo trasplantar microbios de especímenes obesos en roedores delgados. El resultado fue que estas últimas engordaban un 30% más rápido de lo que lo hacían antes, comiendo lo mismo y realizando la misma actividad física. En el caso contrario, las ratas obesas que se le administraban microbios de ratas delgadas solían bajar de peso. Esto podría servir para combatir la obesidad y la hambruna. Además, este mismo procedimiento podría apuntar a buscar mejoras en complicaciones de cáncer de colon, esclerosis múltiple, diabetes, entre otras.
Otro de los descubrimientos que Rob Knight comentó tiene que ver con las diferencias que puede tener el parto normal y el nacimiento por cesárea. Para el recién nacido, impregnarse con los microbiomas del canal vaginal de la madre ayuda a evitar enfermedades como el asma y autismo.
El entusiasmo de Rob Knight por descifrar el mapa microbiano de las personas deja la puerta abierta para nuevos estudios. "Ojalá, en un futuro podamos mirarnos en un espejo inteligente, y que éste analice nuestros microbios y nos diga qué debemos comer o a qué malestar debemos ponerle atención", reflexiona.