El vuelo sin ataduras de un pequeño robot inspirado en un insecto volador ha sido documentado en el último número, este miércoles, de la revista Nature.
Se trata de un diseño de los científicos Noah Jafferis y de Farrell Helbling, de la universidad de Harvard (Estados Unidos), y de Kenny Breuer, de la también estadounidense Universidad de Brown.
El aparato, denominado RoboBee X-Wing, de menos de cinco centímetros de longitud y de 259 miligramos de peso, podría resultar útil para supervisar el medioambiente en espacios cerrados.
En sus indagaciones, los expertos encontraron que los vehículos voladores cuentan con elevados requerimientos de energía, especialmente a pequeña escala.
En este sentido, vieron que las fuentes energéticas disponibles en el mercado, como las pilas de litio, pueden llegar a pesar mucho más que la masa del vehículo del tamaño de un insecto.
Para solventar este problema y diseñar el dispositivo, estos robots tuvieron que ser atados a suministradores energéticos externos.
Noah Jafferis, Farrell Helbling y un grupo de colegas mejoraron la eficiencia del propulsor y optaron por un diseño con cuatro alas, en lugar de dos, a fin de incrementar la fuerza de impulso sin aumentar sustancialmente los requisitos energéticos.
Según comprobaron, la eficiencia de empuje de ese robot iguala la de los insectos de tamaño similar.
En los voltajes bajos empleados en este experimento para mejorar la duración de un vehículo durante su periodo de prueba, vieron que el robot lograba volar de manera sostenida, sin ataduras, durante aproximadamente medio segundo.
Los autores apuntan que es preciso llevar a cabo más mejoras a fin de obtener un vuelo continuado en un espacio abierto y solventar otras dificultades.
El aparato precisa de una luz intensa para generar la energía suficiente para el despegue equivalente a más de tres veces la intensidad del sol.