Rol del sector forestal en la sostenibilidad del país


Durante los últimos 200 años, la humanidad pareciera estar empeñada en dar vuelta el planeta de adentro hacia fuera. Ha consumido los recursos superficiales y ha traído a la superficie lo que estaba bloqueado bajo tierra, revirtiendo en parte los procesos que han generado un ambiente ideal para la vida.

Sin duda, es difícil imaginar cómo sería nuestra sociedad sin los plásticos. Toda la producción y la logística planetaria es absolutamente dependiente de un material barato y estable, pero hemos llegado a un nivel de consumo que no hace viable seguir creciendo de la misma manera. Hasta la fecha, se han producido 8.300 millones de toneladas de plástico, y solo el 6% ha sido reciclado alguna vez. El reciclaje de plástico no va a solucionar el problema. Hoy tenemos presencia de microplásticos en la nieve virgen de la Antártica, en los mares, en el agua potable, en nuestros alimentos e incluso se han encontrado en nuestra sangre. Necesitamos pasar a una nueva etapa de producción de bioplásticos, una alternativa a partir de material biológico, no mineral, biodegradable y biocompatible.

FILE PHOTO: A plastic bag is seen at the bottom of the sea, off the island of Andros
Foto: Reuters

Otro de los efectos de la actividad humana ha sido la contaminación atmosférica, que ha impulsado un cambio climático extremadamente riesgoso. Hace solo unos 12.000 años el clima se estabilizó y recién entonces se pudo desarrollar la agricultura, dando paso a nuestra civilización. El riesgo del cambio climático no es solo subir unos grados, es que con esto se puede desestabilizar el clima y puede volver a ser impredecible, afectando nuestra capacidad de producir alimentos a gran escala con la agricultura.

Uno de los principales gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, es el dióxido de carbono (CO2). La industria de la construcción aporta el 11% de las emisiones globales, más que todos los sistemas de transporte terrestre de personas. El uso de la construcción aporta otro 29% del total global. Nuevamente es difícil imaginar a nuestra sociedad sin edificios de hormigón o acero, pero la construcción está en crisis y no es viable que siga produciendo de la misma forma. Este último gran bastión de la artesanía consume el 40% de las materias primas, genera el 35% de los desechos y es un entorno de alta accidentabilidad. Para mejorar se necesita industrializar la construcción con materiales renovables, carbono neutrales, reciclables, biodegradables y ampliamente disponibles.

Empeoran perspectivas para la inversión en construcción ante fuerte alza en costos de materiales y menor demanda por viviendas

Estos dos desafíos, el reemplazo del plástico y la construcción sostenible, son clave para el desarrollo de la humanidad y tienen un solo denominador común: la madera.

La madera es un material altamente versátil, disponible, biodegradable, reciclable, renovable, resistente pero liviano y trabajable. Además, el árbol captura CO2 durante su crecimiento, liberando el oxígeno y usando el carbono, removiendo efectivamente este elemento de la atmósfera hasta que se pudra o se queme.

En Chile, el volumen de producción actual de madera responde a la exportación, por lo que estamos en una muy buena situación para suplir los requerimientos internos de madera que se necesiten para el desarrollo sostenible del país. Para producir todos los envases de plástico que se usan en Chile, necesitaríamos menos del 5% de la biomasa anual que ya se procesa en el país. Para lograr la carbono neutralidad en construcción necesitaríamos mejorar, gradualmente, la calidad del 30% de nuestra producción de madera aserrada para el año 2050. Estas cifras son demandantes pero posibles.

Desde un punto de vista simplista, podríamos pensar entonces que la solución al cambio climático consiste en plantar y manejar para secuestrar carbono y almacenarlo en los productos que hagamos con la madera. Sin embargo, el árbol y el bosque son mucho más que entes productores de madera, y por lo tanto su gestión sostenible no puede reducirse a una variable. El bosque es un soporte para la biodiversidad, para la cultura, para la actividad de múltiples personas e interactúa con el agua, usándola pero también ayudando a captarla y retenerla.

La Comisión de Desafíos del Futuro del Senado de Chile generó una plataforma de discusión que reunió a más de 170 personas del mundo académico, empresarial, estatal y social, para buscar una visión consensuada respecto al futuro del sector forestal chileno.

El sector forestal de Chile tiene la posibilidad de jugar un rol protagónico en el desarrollo sostenible del país pero para eso la producción de madera tendrá que ser compatible con el cumplimiento de otras funciones ecosistémicas del bosque, y además tendrá que producir encadenamientos productivos locales que le den un sentido de pertinencia y pertenencia social en el territorio.

*Director del programa Polomadera - Universidad de Concepción

Coordinador de la Comisión “Futuro Forestal para un Chile Sostenible” de la Comisión de Desafíos Futuros del Senado de Chile.

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