Basta con abrir la ventana en un departamento en Santiago para darse cuenta de la tranquilidad nocturna producto del aislamiento por el coronavirus. Según un reporte elaborado por por la Universidad Autónoma de Chile y patrocinado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el ruido en la capital durante la noche disminuyó un 75%, considerando la medición de dos estaciones de monitoreo claves: una ubicada en Av. Santa Isabel, próximo a esquina Salvador (Providencia); y la otra, en Av. Irarrázaval, cerca de Pedro de Valdivia (Ñuñoa).

Para la investigación, se compararon los niveles de ruido antes y después del inicio de las medidas que ha establecido la autoridad sanitaria para el control de la pandemia, comparando por hora y haciendo la separación entre el día (07.00 a 23.00) y la noche (23.00 a 7.00 hrs).

De esta forma, ambas estaciones registraron en promedio una baja en 6 dB (decibeles) durante la noche, con respecto al periodo anterior, lo que corresponde a un 75% de disminución, tomando en cuenta que el ruido se mide en una escala logarítmica. “La disminución del ruido ambiental durante la noche es realmente significativa”, concluye el el informe titulado Análisis de los niveles de ruido en Santiago periodo de contingencia sanitaria marzo 2020, y agrega: “Es esperable que esta tendencia se repita en el resto de las vías de la ciudad”.

Personal militar realiza control preventivo en el sector de Providencia, durante el toque de queda. FOTO: Agencia Uno

Así, los datos muestran que por ejemplo, en la Estación de Santa Isabel, en promedio se produjo una caída de 2 dB en el día durante el segmento estudiado, lo que corresponde a un 35% menos. Mientras que en la estación de Irarrázaval, el descenso fue de 1 dB (-20%).

Llama la atención que durante el día, la baja no es tan significativa como en la noche. Según la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt , tiene que ver por el movimiento de personas. “La diferencia se explica porque la mayor parte del ruido es de responsabilidad del tránsito y la locomoción colectiva. Por lo tanto, mientras siga habiendo gente en la calle, el ruido durante el día disminuirá menos”, dice la jefa de la cartera.

De hecho, en términos generales, se estima que el 70% del ruido de la ciudad es responsabilidad del tráfico vehicular y , claramente, esta medición lo demuestra. “Si bien esta reducción se generan a partir de medidas tomadas a raíz de la crisis sanitaria, nos permiten entender que el ruido es un contaminante que está presente diariamente en nuestras vidas y afectan nuestro bienestar”, explica Igor Valdebenito, jefe del Departamento Ruido, Lumínica y Olores del MMA.

Diferencia entre estaciones

Hilando más fino en el análisis, en la Estación de Providencia, se identificó una disminución notoria de los niveles de ruido a partir del sábado 21 de marzo, lo que se acentuó dos días más tarde, cuando la autoridad sanitaria decretó toque de queda para la Región Metropolitana.

Con respecto a la de Ñuñoa, el descenso importante fue a partir del lunes 23 de marzo en la madrugada. “ A diferencia de Santa Isabel, esta avenida tiene una mayor carga de transporte público, siendo la fuente más influyente en los niveles de ruido en su entorno. Ello explica que se haya observado un cambio a partir del toque de queda y no antes”, indica la investigación.