La temperatura más alta de la historia se registró en Estados Unidos, en el Valle de la Muerte (California), cuando los termómetros marcaron 56,7°C en 1913.

En Chile, aunque estamos lejos de estos registros, las temperaturas más elevadas se registran en enero y febrero, sin importar la ubicación geográfica. Según datos de la Red Oficial de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), la cifra récord data de 2017, cuando en Los Ángeles los termómetros anotaron 42,2°C. Se trata de la temperatura más alta en el país desde que hay registro.

Si bien Santiago aún no ha superado los 40°C, en reiteradas ocasiones ha estado cerca. Según mediciones de la Estación Quinta Normal de la DMC, en diciembre de 2016 el termómetro marcó 37,3°C, luego en 2017 subió a 37,4°C, mientras que en enero de 2019, rompió el tablero con 38,3°C, registro al que se suma el pasado 24 de enero, cuando los termómetros anotaron 37,6°C.

En la capital, como evidencian las cifras, las temperaturas son cada vez más altas, y la sensación térmica también va en aumento.

Los meteorólogos coinciden en que el fenómeno de El Niño más el cambio climático solo han elevado las temperaturas en las últimas décadas.

Santiago registra 37,3°C, la tercera temperatura más alta en la historia de la capital

Además del récord en Los Ángeles en 2017, en otras varias oportunidades los termómetros también marcaron temperaturas sobre 40°C en Chile. En febrero de 1952, por ejemplo, Temuco anotó 42,0°C, en enero de 2017 Chillán registró 41,5°C. En 1961, también en Los Ángeles, los termómetros marcaron 40,7°C y en 2002 40,1°C.

Según el climatólogo de la U. de Santiago, Raúl Cordero, solo cuatro veces desde 1912 la temperatura en Santiago ha llegado a los 37°C. “Esto es muy cerca del récord absoluto de 38,3°C que si no cae durante este verano, caerá pronto”, afirma el especialista.

Y este miércoles, la estación de Quinta Normal anotó pasadas las 16 horas, 37,3°C, la tercera temperatura más alta anotada en Santiago desde que hay registros fiables, solo superados por los 38,3°C de enero de 2019 y los 37,4°C de enero de 2017.

Según Cordero, una de las consecuencias del calentamiento global es que los récords temperaturas se rompan cada vez se forma más frecuente. “El récord de temperatura absoluta de Santiago tiene apenas cuatro años”, dice.

El desarrollo de El Niño ha favorecido altas temperaturas en todo el planeta, con particular virulencia en el hemisferio sur y en Sudamérica. Cordero recuerda por ejemplo, que mayo fue el mes más caluroso jamás registrado en esta región.

Ya en octubre pasado, un análisis realizado por el académico Patricio González del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, anticipaba que el verano se extenderá y las temperaturas alcanzarán los 34°C a partir de noviembre. Además, según su proyección se esperaba que se registren olas de calor de larga duración, de 3 a 10 días consecutivos, con temperaturas máximas extremas promedio sobre los 35° C, tal como ya está ocurriendo.

Además, señalaba que habría momentos en que, por uno o dos días, se presentarían “temperaturas máximas extremas diarias que oscilarían entre los 37 a 39°C en Santiago; 39 a 40°C en Talca; y de 41 a 43°C en Chillán y en Los Ángeles”.

Según Miguel Fernández, meteorólogo Fundación Huinay PUCV-ENEL, la actual ola de calor se debe a a una masa de aire cálida similar a la que se produjo el día anterior, que es lo suficientemente estable para que no genere o no favorezca los movimientos verticales del aire, y con ello no permite el intercambio de temperatura con los niveles superiores de la de la capa más cercana a la tierra. “Esto también minimiza el viento que se produce en superficie, generando poco movimiento de las partículas de aire que se genera en horas del mayor calentamiento diurno”.

Todo ellos se traduce en que las temperaturas alcancen los máximos que se pueden esperar, incluso que superen los umbrales del 10% de las temperaturas más altas, calculadas de los últimos 30 años.