Santiago tiene el inicio de otoño más lluvioso de la última década: ¿Cuándo lloverá de nuevo?

Según la Dirección Meteorológica de Chile, la capital registró 5,5 mm de agua caída este domingo, convirtiendo a marzo en un mes récord, y de paso, sin déficit de precipitaciones.
Luego de un sábado extremadamente caluroso para los últimos días de marzo, sorpresa causó en Santiago y otras ciudades del país, la presencia de un día totalmente invernal.
De golpe aparecieron los paraguas, las botas de agua, las parcas y las bufandas. Según el registró de la Dirección Meteorológica de Chile DMC), la capital anotó un total de 5,5 mm de agua caída.
Esta cifra no es solo una estadística, ya que representa un nuevo récord climático. Concretamente, este registro significa que el inicio de este otoño meteorológico (usado por científicos y que va de marzo a mayo) es el más lluvioso en los últimos 10 años en Santiago, o también, el marzo con más agua caída, desde 2015, año que anotó 7 mm.
Santiago tiene el inicio de otoño más lluvioso de la última década: ¿Cuándo lloverá de nuevo?
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, revela que lo ocurrido durante el fin de semana en la capital, además, nos deja sin déficit de precipitaciones para la fecha. “Las precipitaciones se encuentran en buena parte del país moderadamente por debajo de valores típicos a la fecha”.
La reducción de los déficit de precipitaciones que se han observado en el último mes en buena parte del país, “probablemente está influida por el debilitamiento de La Niña. La Agencia Norteamericana de la Atmósfera y el Océano, la Noaa, debería oficializar el final de La Niña en los próximos días”, agrega Cordero.

El fin de La Niña es una buena noticia para Chile central, pues el fenómeno se asocia a las relativamente bajas precipitaciones. “Si La Niña hubiese persistido, probablemente habría afectado negativamente las lluvias. Con el final de ésta, disminuyen las probabilidades de que 2025 sea un año hiperárido para la zona central del país”, indica el climatólogo.
Con respecto a los próximos días, la DMC no visualiza precipitaciones en la capital, tampoco en el norte. Desde Valdivia al sur indica que podrían registrarse algunas jornadas de lluvia. Otros portales climáticos coinciden con la DMC.
Santiago presenta el otoño más lluvioso de la última década: estaciones climáticas
Altas temperaturas en marzo y abril, lluvias intermitentes fuera de temporada y el descenso de los característicos días frescos otoñales son solo algunos de los síntomas de un cambio profundo que se acelera en los últimos años.
Según la académica Rayana Santos Araujo Palharini, del Departamento de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), el cambio climático ha modificado los periodos estacionales. “Ya no podemos hablar de otoños frescos o de inviernos bien definidos. La realidad es que estamos experimentando un clima cada vez más errático, con temperaturas máximas en meses donde antes predominaba el frío y lluvias que llegan sin un patrón claro”, explica la experta.

Uno de los principales desafíos que esto implica es la adaptación de las personas a estas nuevas condiciones. “El calor extendido afecta la salud, el sueño y la productividad. La gente sigue exponiéndose al sol sin medidas adecuadas, porque psicológicamente sigue asociando el otoño a temperaturas más bajas. Esto incrementa el riesgo de golpes de calor y deshidratación”, advierte Palharini.
El impacto de estos cambios también se hace notar en la naturaleza y la economía. “Las estaciones desordenadas afectan la agricultura, el abastecimiento de agua y hasta el turismo. Si no hay un invierno con precipitaciones normales, el verano siguiente traerá más problemas de sequía y calor extremo”, señala la académica.
Además, estos patrones climáticos alteran la flora y la fauna, ya que especies que antes seguían ciclos regulares ahora deben adaptarse a cambios abruptos de temperatura y disponibilidad de agua, indica esta última.
Frente a esta realidad, “debemos cambiar la manera en que planificamos nuestras ciudades, mejorar el acceso a áreas verdes y ajustar las estrategias de salud pública para proteger a la población de los efectos del calor prolongado”, puntualiza Palharini.
A medida que las estaciones se vuelven más difusas y el clima sigue rompiendo los esquemas tradicionales, la necesidad de repensar nuestras estrategias de adaptación se hace más urgente que nunca. “El cambio climático no es sólo un fenómeno global; es una realidad que ya está transformando nuestra vida diaria”, concluye la académica de la UTEM.
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