La empresa SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk, en mayo de este año inició un ambicioso proyecto con Starlink. La iniciativa consiste en enviar miles de satélites al espacio, para obtener conectividad global través de un servicio de comunicaciones inalámbricas de banda ancha a alta velocidad. ¿El fin? Internet para todo el mundo.
Hasta la fecha son más de 60 los mini satélites los que ya orbitan alrededor de a Tierra. La cifra final contempla llegar a 42 mil.
Para astrónomos y astrónomas, la iniciativa no resulta tan positiva. Todo lo contrario, aseguran. Con los satélites lanzados a a la fecha, ya se advierte que "ensucian" las observaciones del cielo nocturno. El riesgo para la astronomía es evidente.
Especialistas del Observatorio Interamericano Cerro Tololo, indican que cerca de 20 satélites parte del programa Starlink de SpaceX, han interrumpido la exposición de los expertos y oscureciendo las imágenes finales.
La astrónoma Clara Martínez, alertó en su cuenta de Twitter sobre el tema: "¡¡Guau!! ¡¡Estoy en shock!! La gran cantidad de satélites Starlink que cruzó nuestros cielos esta noche en [Cerro Tololo]". Agregó que la observación se vio muy afectada por 19 de ellos. "¡El tren de los satélites Starlink duró más de 5 minutos! Más bien deprimente ... ¡Esto no es genial!", sostuvo.
https://twitter.com/89Marvaz/status/1196356715270291456
La investigación de Martínez es parte de un trabajo de estudio de las nubes de Magallanes, parte de una investigación en curso sobre las galaxias enanas alrededor de la Vía Láctea, el que requiere largas exposiciones del cielo nocturno. Los satélites dejaron su paso registrado con largas rayas blancas por las imágenes.
La Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA), entidad que administra Cerro Tololo, emitió un comunicado en el que advierte del impacto futuro que tendrá el creciente despliegue de satélites de la iniciativa Starlink. Una de las instalaciones que podría verse seriamente afectada es el Gran Telescopio de Exploración Sinóptica (LSST, por su sigla en inglés), el cual se está construyendo en el Cerro Pachón, región de Coquimbo. El equipo, que incluirá la cámara digital más grande del mundo, está programado para comenzar a obtener imágenes de campo amplio del cielo nocturno en 2022. Esos registros crearán una imagen en movimiento y a color del universo, por lo que la "humanidad verá el universo óptico con una vista panorámica en el espacio y el tiempo".
Sin embargo, alerta AURA, justo cuando "LSST esté a punto de completarse, el cielo nocturno puede estar parcialmente cubierto por satélites brillantes que orbitan la Tierra". Sus últimos análisis indican que, una vez que se desplieguen todos los satélites planificados por Starlink, casi "todas las exposiciones dentro de las dos horas posteriores al atardecer o al amanecer tendrían una raya por los satélites". Además, durante los meses de verano "podría haber un impacto del 40% en el tiempo de observación del crepúsculo (menos en invierno) y la saturación de los sensores por los satélites puede continuar mucho más allá del crepúsculo astronómico. Debido a la luz reflejada en la óptica por los satélites brillantes, a veces la utilidad científica de una exposición completa se puede perder".
Contaminación lumínica espacial
Los problemas de observación podrían agravarse, por una parte al aumentar el número de satélites de SpaceX, sumados a los que planean lanzar empresas como Amazon, y otra del Reino Unido, One Web.
SpaceX ha señalado que planea tener hasta 1,500 satélites en órbita para fines de 2020 y hasta 42.000 en total.
Se trata de un tema preocupante, sostiene Eduardo Ibar, astrónomo del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, y Director Ejecutivo de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS).
A principio de año, dice Ibar, cuando se propuso la idea de dar internet de banda ancha a todo el mundo por medio de cobertura satelital, ya existían reparos en el mundo científico. "Se necesitan muchos satélites. Y las imágenes de Tololo, fueron producto de que ya se enviaron 60", destaca ejemplificando el alcance.
Originalmente a SpaceX se le dio autorización para 12 mil mini satélites, "pero el proyecto pidió lanzar 30 mil más, con lo que se llegaría a la cifra de 42 mil que anuncian", advierte Ibar. Y si se considera que tras empresas de Rusia o China, podrían hacer algo similar, el escenario sería mucho más complejo.
Que interrumpan en la observación astronómica, explica, es muy dependiente de la posición de dónde uno está el experto, dónde está el sol y los satélites. Para evitar esa interferencia, "se podría estar informado de donde están los satélites para no apuntar donde están, pero eso requiere de una coordinación bastante detallada con la empresa para poder remediar el problema".
El gran problema es el reflejo que dan con la luz del sol. Cómo alternativa, dice Ibar, se están considerando pintar los satélites de color negro, para que no reflejen la luz y no saturen los detectores. "Los satélites que enviaron son de aluminio y no están pintados, para mitigar se podrían pintar. Pero hay varias preocupaciones más, porque el control que se podría tener de empresas de otros países es bajo y no existe un reglamento mundial de contaminación lumínica desde el espacio. La idea de dar internet en todo el mundo a través de enjambres de satélites requiere tener una regulación internacional para regular el brillo de los satélites", sostiene.
La Unión Astronómica Internacional sería el organismo encargado de desarrollar políticas para regular esa contaminación lumínica espacial. "Sino la astronomía podría estar gravemente afectada", advierte Ibar.
El reflejo del sol de los satélites queda registrado en las imágenes como una raya blanca, similar a las que se ven en el cielo con el paso de un avión. "Esos rayones que tendrían las imágenes, dependiendo de que tan brillantes sean, pueden dañar la imagen. Lo que se necesita es generar estudios que refuten con números lo que dice SpaceX de que no será un daño grande, pero como astrónomos estamos preocupados y es algo que tenemos que estudiar más en detalle. Hay que tener regulaciones, de otro modo, la astronomía puede estar perjudicada por muchos años más", sostiene.
Al respecto, AURA dice reconocer "el inmenso valor de estas constelaciones satelitales que aumentan el acceso mundial a Internet de alta velocidad. Como la historia nos ha enseñado, la Humanidad también se ha beneficiado de los descubrimientos de los telescopios terrestres. AURA, junto con nuestra comunidad, quisiera trabajar con las compañías que implementan los satélites para desarrollar formas de mitigar los impactos en las observaciones astronómicas". En ese sentido, el organismo espera "tener la oportunidad de ayudar con nuestra experiencia científica y de ingeniería en el proceso de desarrollo de estándares de la industria que permita que coexistan tanto las constelaciones de satélites como la astronomía terrestre".