El germen de esta celebración se encuentra en el ímpetu del ex senador demócrata estadounidense Gaylord A. Nelson. Él era conocido por su defensa del medioambiente, por generar debates en torno al tema y fue impulsor de la aprobación de las primeras leyes ecologistas en su país.
En 1962, cuando Nelson ganó un puesto en el Senado estadounidense, pronunció un encendido primer discurso donde dejó claro cuál sería el foco de su lucha política:
"Necesitamos un programa para salvar los recursos naturales de América. Nuestra tierra, nuestro aire y nuestra agua están más y más contaminados cada día. Nuestros recursos naturales más preciados están siendo destruidos", recordó El País dos días después de su muerte, en julio de 2005.
En 1969, Nelson llamó a organizar una marcha nacional para advertir al mundo político sobre la necesidad de proteger el medio ambiente. Su llamado tuvo eco: el 22 de abril de 1970 la protesta fue adherida por más de veinte millones de personas que salieron a las calles de todo el país. Fue la semilla de lo que luego se convertiría en el Día de la Tierra, que se celebra en todo el planeta.
En diciembre de 2005, La Asamblea General de la ONU designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Tierra, teniendo en cuenta que ya en muchos países se llevaba a cabo esta celebración, con el objetivo de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones futuras.
En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente. La Cumbre de la Tierra de Estocolmo -del 5 al 16 de junio de 1972- fue una instancia para sensibilizar a los líderes mundiales sobre la dimensión de los problemas ambientales. En ella se adoptó una declaración que expresaba los principios para la conservación y mejora del medio humano, además de un plan de acción con una serie de recomendaciones para la acción medioambiental internacional.