El cáncer de próstata es una enfermedad que representa la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en Chile, luego del cáncer de estómago. El 90% de los casos se diagnostica en hombres mayores de 65 años.
Este cáncer “ocupa el primer lugar de frecuencia en hombres, seguido por el cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. En Chile, el cáncer de próstata representa el tumor sólido más común en hombres” de acuerdo a especialistas de Departamento de Urología de Clínica INDISA.
Un estudio, desarrollado por Carolina Echeverría, doctora en Biomedicina de la U. de los Andes, investigadora chilena, en el que se descubrió la relación entre fructosa de alimentos procesados y desarrollo y agresividad del cáncer de próstata.
El análisis, mostró que el consumo frecuente y en altas cantidades de fructosa procesada estimula la proliferación y agresividad en modelos in vitro e in vivo de cáncer de próstata.
Un descubrimiento que se suma a la relación entre la fructosa procesada y los cánceres de colon rectal, páncreas, mama y pulmón.
El trabajo, financiado gracias a Fondecyt, y realizado en el laboratorio del doctor Alejandro Godoy, en la U. San Sebastián, se realizó de acuerdo a un trabajo previo que encontró unas proteínas que se encontraban sobre expresadas en cáncer de próstata y estas proteínas estas asociadas a la captación de fructuosa.
¿Qué es la fructosa?
Es un tipo de azúcar, que normalmente se encuentra en frutas, vegetales y en la miel, por ejemplo, “digamos que es prima hermana de la glucosa” explica Echeverría.
El azúcar común (sacarosa) que se consume día a día es la unión de una molécula de glucosa, con una molécula de fructuosa.
“Es una molécula que se encuentra en las frutas y en bajas cantidades no hace daño” señala la investigadora. Por eso las personas pueden consumir frutas porque además de tener fructuosa está mezclado con otras cosas: nutrientes, minerales, fibra, etc.
Lo que le aporta al cuerpo es la energía, igual que la glucosa, la única diferencia es que químicamente son diferentes y son degradas metabólicamente de forma diferente.
¿Dónde encontramos la fructosa?
Este tipo de fructosa se puede encontrar en dulces, durazno, piña o porotos en conserva, jugos artificiales, helados con colores artificiales, y bebidas gaseosas, entre otros.
El problema radica cuando una persona empieza a consumir productos que presentan altas concentraciones de fructuosa, es decir, “alimentos que se encuentran ultramente procesados. Por ejemplo, las bebidas azucaradas, o los jugos de fruta que vienen ya listos para tomar, o también se encuentra en todos los alimentos enlatados” cuenta Echeverría.
Consumo frecuente
El consumo frecuente podría generar que alguien que tiene posibilidad de generar cáncer lo haga más rápido o que simplemente el consumo en exceso le produzca la enfermedad.
Los investigadores utilizaron modelos de ratones para la investigación, “porque de cierta forma nosotros pueden extrapolar los meses de vida de un ratón a los años de vida de un humano.
En el estudio, en ratones “lo que se ha visto en cáncer de próstata en investigación que hice yo, que dándole a estos ratoncitos, dosis diarias de fructuosa, desarrollan el tamaño del tumor de próstata que sea más grande, es decir, la fructuosa potencia el crecimiento celular del cáncer de próstata”.
¿Dejar de consumir para prevenir?
“Eso es lo que están investigando mucho es, qué tan beneficiosos sería acompañar al paciente que tiene cáncer, que está bajo tratamiento de quimioterapia, tener una dieta balanceada específica para esa persona” explica la doctora en Biomedicina.
Sin embargo, todavía no se ha estudiado muy bien cuál sería el efecto de la eliminación de la fructuosa en la dieta, “pero tendría mucho sentido que disminuir totalmente el consumo de alimentos procesados y específicamente las bebidas para prevenir, porque además de prevenir, uno está evadiendo todo lo que viene a ser el desarrollo de la diabetes”.
La investigación que tomó alrededor de 6 años, publicó su primera parte en 2021, y los investigadores están pronto a publicar la segunda parte donde demostrarán que la fructuosa es capaz de estimular la generación de lípidos en cáncer de próstata.