En un descubrimiento que podría reescribir los libros de geología, un equipo internacional de científicos ha identificado un nuevo microcontinente en el estrecho de Davis, entre Groenlandia y Canadá.
Este hallazgo, publicado en la revista Gondwana Research, revela que el microcontinente, denominado provisionalmente como el “proto-microcontinente del estrecho de Davis”, se formó hace aproximadamente 60 millones de años, durante una fase compleja de reorganización tectónica que separó Groenlandia de América del Norte.
Se creó hace 60 millones de años pero nadie lo había visto: descubren un nuevo continente en formación
El estudio, liderado por el investigador de doctorado Luke Longley, el Dr. Jordan Phethean (de la Universidad de Derby en el Reino Unido) y el Dr. Christian Schiffer (de la Universidad de Uppsala en Suecia) propone un nuevo modelo tectónico para explicar la formación del estrecho de Davis y la creación de este microcontinente.
Utilizando una combinación de datos de gravedad y reflexiones sísmicas, el equipo identificó una zona de corteza continental excepcionalmente gruesa (entre 19 y 24 km), aislada del margen occidental de Groenlandia debido a una extensión este-oeste previamente no reconocida.
La región del estrecho de Davis, que conecta las cuencas oceánicas del mar de Labrador y la bahía de Baffin, ha sido durante mucho tiempo un enigma geológico debido a la presencia de una corteza continental gruesa en una zona donde se esperaba encontrar corteza oceánica. La investigación sugiere que el proto-microcontinente del estrecho de Davis se formó durante una fase de extensión y transpresión (movimiento combinado de extensión y desplazamiento horizontal) que ocurrió hace entre 58 y 49 millones de años.
El hallazgo tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la tectónica de placas y la formación de microcontinentes. “Los cambios bien definidos en el movimiento de las placas que ocurren en el mar de Labrador y la bahía de Baffin, que tienen complicaciones externas relativamente limitadas que los afectan, hacen de esta área un laboratorio natural ideal para estudiar la formación de microcontinentes”, dijo el Dr. Phethean a Phys.org.
“La formación de microcontinentes y de grietas es un fenómeno que está en constante evolución; con cada terremoto podríamos estar avanzando hacia la siguiente separación de microcontinentes. El objetivo de nuestro trabajo es comprender su formación lo suficientemente bien como para predecir esa evolución futura”, agregó.
Este proceso de calving, o separación, del microcontinente podría ser un mecanismo aplicable a la formación de otros microcontinentes en todo el mundo. La identificación de este microcontinente también resalta la importancia de las características estructurales de la litosfera en los movimientos de las placas.
El estudio revela la existencia de un margen de transformación NE-SW, denominado margen de transformación Pre-Ungava, que desempeñó un papel crucial en la separación del microcontinente del margen occidental de Groenlandia. Este margen se distingue por una transición marcada entre la corteza continental y la oceánica, lo que permitió la identificación precisa de la ubicación y la extensión del proto-microcontinente.
La investigación proporciona una visión más detallada de la evolución tectónica del Atlántico Norte, particularmente en lo que respecta a la separación de Groenlandia y América del Norte. Anteriormente, los modelos tectónicos no lograban explicar adecuadamente la presencia de la corteza continental gruesa en el estrecho de Davis. Sin embargo, el nuevo modelo tectónico propuesto por Longley y sus colegas integra datos de gravedad y sísmicos para ofrecer una explicación coherente de la formación y evolución de esta región.
El estudio destaca que el movimiento de las placas y la reorganización tectónica desempeñaron un papel fundamental en la creación de este microcontinente. “Nuestra reconstrucción sugiere que la separación del proto-microcontinente coincidió con un cambio en la orientación de expansión durante la alineación de los márgenes fracturados de Canadá y Groenlandia, lo que indica un control fundamental de la estructura litosférica en los movimientos de las placas”, señala el estudio.
Este descubrimiento abre nuevas líneas de investigación sobre la formación de microcontinentes y la dinámica de las placas tectónicas. Los autores del estudio sugieren que la formación de microcontinentes podría estar más extendida de lo que se pensaba anteriormente y que la combinación de datos de gravedad y sísmicos podría ser clave para identificar otras regiones similares en el mundo.
El Dr. Phethean señaló: “Un mejor conocimiento de cómo se forman estos microcontinentes permite a los investigadores entender cómo funciona la tectónica de placas en la Tierra, con implicaciones útiles para la mitigación de los riesgos de la tectónica de placas y el descubrimiento de nuevos recursos”.
El descubrimiento del proto-microcontinente del estrecho de Davis representa un avance significativo en la geología y la tectónica de placas. Al arrojar luz sobre los complejos procesos que rigen la formación de microcontinentes, este estudio no solo amplía nuestro conocimiento de la evolución de la Tierra, sino que también subraya la importancia de la investigación multidisciplinaria en la resolución de los enigmas geológicos. Con este nuevo hallazgo, los científicos están más cerca de desentrañar los secretos de la dinámica terrestre y la formación de sus características más enigmáticas.