Se cumplen 50 años del primer correo electrónico: la historia del formato que revolucionó la manera de comunicarse

U.S. scientist  Raymond Samuel Tomlinson attends a news conference in Oviedo
Raymond Samuel Tomlinson en 2009. Foto: Reuters

El 21 de junio de 1971, Raymond Samuel “Ray” Tomlinson, programador informático, envió el primer e-mail utilizando Arpanet, red precursora del Internet. En Chile recién apareció a mediados de los años 80.


El 21 de junio de 1971, el críptico mensaje «QWERTYUIOP» seguido del signo arroba (@) como divisor entre el usuario y el computador del destinatario, se convertiría en el primer correo electrónico de la historia.

Enviado por Raymond Samuel “Ray” Tomlinson, programador informático estadounidense, se trataba de un experimento del MIT, destinado a desarrollar el primer sistema de correo electrónico en Arpanet, red precursora del Internet.

En un comienzo, su uso fue exclusivamente a nivel universitario. Permitió que circularán artículos de investigación entre un punto y otro (incluso entre un continente y otro), además posibilitó el almacenamiento de información, pudiendo gestionarla de manera rápida y sencilla.

José Miguel Piquer, académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile (DCC), señala que los primeros mails fueron todos muy distintos de los actuales. “Cada sistema usaba su propio estándar, y no se había definido aún el formato que se usa hoy en día, que se basa en SMTP, protocolo inventado en 1981 y en el RFC-822 de 1982″.

Tomlinson añadió “el concepto ‘Para:’ y ‘De:’, que venía del formato de los ‘memos’ que se usaban en papel. Aunque, hasta fines de los ochenta se desarrollaron todo tipo de formatos, muchos sistemas incompatibles entre ellos”, explica Piquer, responsable de la primera página web en Chile en 1993.

Por ejemplo, en la serie de programas UUCP “se escribía la dirección como computador!usuario (yo era uchdcc!jpiquer); en DECnet, computadores desarrollados por la firma Digital Equipment Corporation, famosos en la época, era computador::usuario y en BITNET (de IBM) era usuario@computador, más parecido a lo de hoy”, recuerda Piquer.

arpanet
El primer e-mail fue enviado hace 50 años. En la imagen un sistema computacional de la época.

En 1988, apareció Bill Gates y Microsoft, con el primer software que lo incluía en un “pack” para oficinas. En menos de un año ya existían 500 mil cuentas (diez años después la cifra ascendería a 40 millones).

En los noventa la masificación fue absoluta, con la irrupción de Hotmail y Yahoo Mail, orientados a un público más amplio y juvenil. Además, eran gratis. En las casas, ya era posible tener un computador asociado a un correo electrónico, con conexión a Internet.

En los años 2000 el e-mail ya se había consolidado. En 2004 entra en escena Gmail, el mayor actor a la fecha. En un principio ofrecía 1 Gb de capacidad (con fotos, videos y otros recursos multimedia), superior a los dos megas que tenían las otras alternativas. La cifra es muy inferior a lo que ofrecen este tipo de plataformas en la actualidad.

El aporte de Tomlinson fue reconocido en 2009, cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias a la investigación científica y técnica, por su aporte al desarrollo del correo electrónico. “Se encuentra entre las más grandes innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo”, señalaba el jurado, para justificar la distinción.

U.S. scientist Tomlinson shakes hands with Spanish Crown Prince Felipe during a reception for the 2009 Prince of Asturias Awards in Oviedo
Raymond Samuel Tomlinson recibiendo el Premio Principe de Asturias en 2009. Foto: Reuters

Tres años después, fue incluido en el Internet Hall of Fame (Salón de la Fama de Internet, el que reconoce la contribución de personas en el desarrollo de la red.

Piquer explica que “los computadores tenían un nombre corto, no usaban nombres de dominio como los de hoy, y eso se prestaba a confusiones, ya que había muchas universidades y centros con computadores que se llamaban igual (típicamente matemáticos famosos como Gauss o Newton)”.

Los nombres de dominio se estandarizaron para todo el correo electrónico recién a fines de los ochenta, “y fue eso lo que nos hizo instalar la operación del dominio .cl en la Universidad de Chile, ya que necesitábamos ese dominio para tener direcciones ‘modernas” de e-mail’”, añade.

“¿Usted es la persona que envió el primer fax en Chile?”

El primer corre electrónico en el país se envió en 1985, como parte de un proyecto liderado por Piquer. “Lo enviamos entre la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago (programa UUCP). Desde ese momento, se comenzó a volver bastante rutinario usar el e-mail como herramienta de comunicación, incluso dentro del mismo departamento de computación con nuestros colegas”, explica.

“Muy rápido vimos que necesitábamos conexión internacional para que esto sirviera de verdad, y en 1986 ya logramos tener mail con el mundo (antes de Internet, que llegó en 1992)”, añade Piquer.

José Miguel Piquer (de barba), junto al exrector de la Universidad de Chile Jaime Lavados y el decano Mauricio Sarrazín en 1993. Foto: José Luis Piquer

Piquer, en 1987 formó parte de la inscripción del dominio .cl bajo el alero del DCC y desde entonces es el encargado técnico de su funcionamiento.

El académico revela que “desgraciadamente, perdimos los mails más antiguos. En esa época, el espacio en el disco era muy escaso y, al cambiar de computador, uno copiaba lo estrictamente necesario. No pensamos que esos mails iban a ser históricos”.

“Tengo mis mails guardados desde 1993. ¡Ese año tengo 200 mails en total! Claro que debo haber borrado los que no me interesaban, el espacio en el disco era vital. Veo que son todos muy académicos: gestión del departamento, conferencias y proyectos internacionales, ese tipo de cosas”, recuerda Piquer, que ingresó a estudiar Ingeniería en la Universidad de Chile en 1979. Siete años después ya era profesor.

El mail se ha vuelto el medio “formal” de comunicar en estos tiempos. “Los jóvenes no lo usan en su vida cotidiana, pero sigue funcionando en el ambiente laboral, como la comunicación ‘oficial’. Si uno le suma firma digital, podría ser un excelente medio de comunicación seguro y formal. Creo que aún está por verse si va a sobrevivir al futuro. Siempre me asusta que mis nietos me pregunten qué era eso que envié en 1985. Como me dijo una vez un taxista: ‘¿Usted. es la persona que envió el primer fax en Chile?’”.

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