Según avanza la edad, las personas van perdiendo la capacidad de conseguir un sueño continuo. Ya es recurrente sentir que no se duerme largo y profundo como en la adolescencia. Sin embargo, pese a la creencia popular, esto no se trata de algo patológico sino de la evolución natural de las distintas etapas de vida de un ser humano.
"Cuando vamos cumpliendo años, nuestro ritmo circadiano se adelanta y sentimos el sueño antes, eso hace que tendamos a madrugar más. Así también, el porcentaje de sueño nocturno desciende, dormimos menos durante la noche y realizamos pequeñas siestas a lo largo del día", explica el neurólogo de Clinica Somno, Dr. Pedro Moya.
En cuanto a la arquitectura del sueño, ésta también sufre modificaciones. El llamado "sueño profundo" cambia y manteniéndose menos presente en el cerebro, razón que explica, por ejemplo, que los adultos mayores duerman menos: "Este cambio en el sueño, se debe a una modificación en el sueño no REM (que es cuando no soñamos). Lo que ocurre es una disminución significativa del sueño profundo", manifiesta el neurólogo de Clínica Somno, Pedro Moya.
En el caso de los hombres, los problemas a la próstata hacen que muchas veces deban levantarse al baño varias veces en la noche lo que también los despierta. Por su parte, las mujeres post menopaúsicas también duermen menos por temas de sofoco o bochorno que es la sensación de calor, muchas veces acompañada de sudor.
Existen una serie de consejos que sirven para conciliar y ayudar a tener un buen descanso, los que también son aplicables para personas más jóvenes: Levantarse todas las mañanas a la misma hora, incluso los fines de semana o durante vacaciones, no dormir siesta o de hacerlo que esta no sea de más de 20 minutos, hacer ejercicios físico todos los días. No tiene por qué ser algo que requiera gran esfuerzo. Por ejemplo, una caminata al finalizar el día, es una buena idea, evitar las bebidas con cafeína y también las energizantes, no beber en abundancia por la noche para evitar la necesidad de ir al baño a mitad de a noche, la última ingesta de alimento debe ser al menos dos horas antes de ir a la cama, evitar utilizar dispositivos como computadores, celulares, y televisor al estar acostado, eso sólo generará la inhibición del sueño y aprender a relajarse antes de acostarse. Para esto se puede establecer una serie de actividades como yoga, música suave, o un baño con agua tibia.
* Dr. Pedro Moya, neurólogo de Clinica Somno