Se encienden las alarmas por la protección de datos
Un reciente informe publicado por Human Right Watch fue el último llamado de alerta en materia de protección de datos en el mundo.
La organización estudió el comportamiento de 149 aplicaciones utilizadas en 49 países con el consentimiento de los gobiernos, en relación con la infancia. La mayor parte de estas soluciones de software han vigilado a millones de menores, recopilando datos personales de todo tipo sin su consentimiento o el de sus familiares.
Incluso, millones de ellos fueron vendidos para fines comerciales y de marketing (según la ONG, las y los menores son especialmente vulnerables a este tipo de publicidad)
En Chile, la seguridad de los datos está normada por la Ley 19.628, que establece que se requiere contar con el consentimiento previo, informado y por escrito del titular para poder procesar sus datos, o estar habilitado por ley. Sin embargo, el aumento en la adopción de nuevas tecnologías, dinamizado por la pandemia y los confinamientos colectivos, abrió nuevos flancos. La salud digital es, posiblemente, otro de los focos más sensibles.
¿Quién querría ver su historial médico con acceso de cualquier usuario de la internet?
El ecosistema nacional de salud se está moviendo proactivamente. Aun cuando la transformación del sector avanza menos rápido de lo esperado, una señal positiva es el trabajo que las entidades locales han impulsado en los últimos tres años. Un esfuerzo colaborativo liderado por CENS, con apoyo del Colegio Médico y otras entidades públicas y privadas, derivó en el primer sello de calidad en telemedicina a nivel latinoamericano.
La herramienta evalúa la calidad de las soluciones usadas para atenciones remotas y de su obtención depende el financiamiento de Fonasa para este tipo de prestaciones. Actualmente, estamos iniciando un trabajo con empresas locales, tras una primera acción en el Instituto Nacional del Tórax, para acreditar la usabilidad y seguridad de los registros clínicos en un sello de calidad en registros clínicos electrónicos, plataformas para el almacenamiento de datos clínicos claves de la transformación digital.
Contar con registros clínicos electrónicos con protocolos de seguridad robustos, incentivados por regulaciones adecuadas, garantizará que la información y los datos de los pacientes tendrán una menor probabilidad de ser vulnerados. Hoy, vemos que empresas están actuando proactivamente en la materia, entendiendo que se trata de un valor para sus tecnologías.
El ejemplo de lo ocurrido en la pandemia con los datos de estudiantes da cuenta, por una parte, de los enormes beneficios de la tecnología, ya que sin este tipo de herramientas habría sido imposible que los establecimientos educacionales mantuvieran la continuidad de los aprendizajes en un contexto de emergencia sanitaria global. Pero, por otro, también impone como exigencia contar con políticas de protección de datos, seguridad y confiabilidad actualizadas.
Las nuevas tecnologías, en salud y otros sectores clave, facilitarán la vida de los seres humanos en las próximas décadas, dotándolos de mejores oportunidades para enfrentar algunos de los mayores desafíos de la civilización: el cambio climático, las enfermedades crónicas o futuras pandemias. Sin embargo, materializar estos beneficios también dependerá que su existencia no vulnere las garantías y libertades básicas de cada persona.
*Directora de Innovación del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS)
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