Ciudad más verde. Mayor vegetación. Árboles y flores. Esos son los elementos que tiene el barrio ideal para niñas y niños. Así lo pudieron constatar especialistas del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), en los talleres que realizaron en octubre último con estudiantes de séptimo básico del Colegio Quitalmahue de Bajos de Mena, en la comuna de Puente Alto. En ellos se les preguntó ¿cómo se imaginan un espacio público para compartir y disfrutar?

Todos esos elementos son cotidianos en algunas comunas, pero no en todas. Para muchos niños y niñas las áreas verdes no son parte de su día a día. Como indicador del promedio de área verde por persona la Organización Mundial de la Salud, propone como referencia el valor de 9,0 metros cuadrados por habitante (m2/ hab.).   Esa medida presenta una distribución desigual en el Gran Santiago. Y es justamente Puente Alto la comuna con el indicador más bajo: 1,5 metros cuadrados por habitante. Es lo que indica el informe de la Mesa de Áreas Verdes del año 2017, del Centro de Políticas Públicas U. Católica. Diferente es la situación en Vitacura (7,4) y Las Condes (5,6), las que más tienen.

Escuchar su voz

Fueron cuatro los talleres de los estudiantes reflexionaran acerca de los espacios físicos en los que habitan y transitan cotidianamente. Actividades que se desarrollaron en el marco del currículo escolar de la asignatura de Historia y Geografía.

Magdalena Rivera, antropóloga y profesional encargada del Programa Laboratorios Urbanos de Cedeus, cuenta que usaron cartografías participativas, intervinieron fotografías del barrio, además crearon dibujos y construyeron maquetas de la plaza Marta Brunet.

Además de la inclusión de elementos de vegetación en los espacios públicos, también sueñan con espacios que les permitan recrearse a través del juego y del deporte. "La cancha de fútbol, de basquetball, el skate park y las plazas son los lugares que mencionan como más significativos, ya que es ahí donde se encuentran con sus amigos y comparten con la familia", indica Rivera.

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Intervención al barrio de estudiante del Colegio Quitalmahue. Crédito: Cedeus.[/caption]

El consultar la opinión de los niños es relevante, sostiene Luis Fuentes, investigador Cedeus y Director del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. "Los niños y niñas en general son actores que han permanecido invisibilizados en términos de participación ciudadana, sobre todo en políticas públicas. Muy pocas veces se les pregunta sobre sus sueños y anhelos, sobre cómo ven el futuro y como perciben el presente", aclara.

Dar espacio a la voz de los niños, dice Fuentes, es fundamental por dos razones. La primera es que son quienes más usan la ciudad, sobre todos los espacios públicos, y es a quienes más les afecta cuando se vuelven inseguros o se deterioran. "La segunda es que son el futuro y es para ellos a para quienes se está mejorando El Barrio y creando ciudad".

"Los niños y niñas de la villa Marta Brunet sueñan con una ciudad más verde, con mayor vegetación, árboles y flores. Valoraban positivamente los espacios naturales y espacios públicos vegetados, además de la inclusión de elementos de vegetación en los espacios públicos", dice Rivera.

El trabajo se enmarca en el contexto de un plan de Regeneración Urbana llevado a cabo por el Equipo de Rehabilitación Urbana (ERU) del Serviu Metropolitano. La idea es trabajar con los colegios para difundir el plan y conocer cuál es la visión de los niños respecto al barrio. "Niños y niñas transmiten este tipo de experiencias con sus familias. Además refuerza la idea del colegio como un punto en El Barrio que une a la comunidad, estrechando la relación entre las familias, reforzando la cohesión social, ya que se instala la idea de "soñar su barrio" como una forma de construir un "proyecto común de futuro", señala Fuentes.