De acuerdo a la Corporación Nacional Forestal, en Chile existen 14 millones de hectáreas de formaciones boscosas nativas, aunque cuatro millones se encuentran en elevado nivel de degradación y expuestas a la amenaza del calentamiento global.
En ese contexto, un grupo de investigadores, liderado por el ingeniero forestal Christian Salas, trabaja en un simulador de crecimiento de bosques nativos en el país. El objetivo es estudiar la evolución de los árboles para la toma de decisiones que enfrenten los efectos del cambio climático.
"Las especies nativas cumplen un rol ecológico irreemplazable: ayudan a evitar la erosión, albergan mayor cantidad de fauna que las plantaciones forestales, contribuyen a la captación de carbono y protegen las cuencas, entre otros aportes" explica Salas, director del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas de la Universidad Mayor, consultado por Qué Pasa. Su equipo está conformado por Cynnamon Dobbs, ingeniera forestal, y Pablo Donoso, profesor del Instituto de Bosques y Sociedad de la Universidad Austral de Chile.
"Este tipo de simuladores ya existen en países como Estados Unidos y Alemania desde hace 50 años. Sin embargo, los árboles crecen de forma distinta en cada geografía, por eso es importante disponer de un simulador que responda específicamente a las condiciones climáticas y geográficas de Chile", agrega el especialista.
Estudios más complejos
En Chile, observa Salas, existen herramientas de este tipo orientadas a las plantaciones forestales de pinos y eucaliptos. En el caso de los bosques naturales, el estudio del crecimiento es más complejo porque "no se trata de plantas ordenadas y de una sola especie, sino que hay muchas acompañantes".
En ese sentido, Chile se caracteriza por una diversidad geográfica muy grande, con variabilidades de norte a sur, lo cual genera que la predicción de crecimiento de las especies nativas sea científicamente más complicada, en el contexto de la disminución de precipitaciones y el aumento de temperaturas provocadas por el calentamiento global. Por eso el proyecto de Salas es una contribución significativa a la hora de entender los efectos en la dinámica de los bosques.
"Es importante comprender como se ven afectados los ecosistemas que los mismos árboles habitan. Estos bosques están muy preparados para adaptarse al cambio. Asimismo, creemos que va a haber desplazamiento y movimiento de especies nativas, como es el caso de los árboles que se extienden para buscar más precipitaciones y desarrollan cambios genéticos como respuesta de adaptación a distintas situaciones", subraya.
La creación de esta herramienta, que será presentada en 2022, se orienta a apoyar a los que toman decisiones para un manejo forestal sustentable, promover el cuidado en las extracciones, preservar especies emblemáticas (araucaria y el alerce, por ejemplo) y conservar los bosques.
"Necesitamos que las plantaciones forestales imiten el crecimiento de los bosques nativos. Ojalá podamos lograrlo en el futuro, que no se corten grandes superficies y evitemos faenas destructivas para el medioambiente", concluye Salas.