La mayor expectativa de vida, más acceso a exámenes y especialistas que puedan diagnosticar y mejor calidad en el registro explican en parte el porqué del aumento de la mortalidad a causa de cáncer cerebral: si en 1997 murieron 183 personas debido a un tumor maligno de meninges, del encéfalo y otras partes del Sistema Nervioso Central (dentro del que se contabiliza esta enfermedad), en el año 2016 fueron 485 los fallecidos, según el registro del INE.
El neurocirujano de Clínica Las Condes, Manuel Campos, explica que los tumores cerebrales son de baja prevalencia en la población, pero que a medida que pasen los años aumenta la posibilidad de tener uno.
Para esta enfermedad no existe predisposición genética, por lo tanto el riesgo de desarrollar la enfermedad no se transmite dentro de una familia (como sí ocurre con el cáncer de mamá o próstata). Sin embargo, tampoco existe prevención para evitar que se desarrolle.
"Existe genes de riesgo como en todas las enfermedades, pero no hay factores que se asocien a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad como estrés o sobrepeso. Tampoco se puede prevenir", dice el especialista. Este tipo de cáncer aparece en personas sanas. El tabaco, el sobrepeso o la exposición a sustancias tóxicas no están relacionados con su aparición.
"Hay tumores cerebrales primarios que son los que se originan en el cerebro. También hay tumores dentro del cráneo que no son cerebrales y que pueden venir de estructuras que están dentro del cerebro como la hipófisis. Además, hay tumores que son metástasis de otros cánceres (como mama, hígado o pulmón, por ejemplo) que a través de la sangre se alojan en el cerebro", dice Campos.
Tipos de tumores
Según la histología (tipo de célula) los cánceres de cerebro se dividen en benignos y malignos. Los benignos son llamados grado 1, los de bajo grado de malignidad se denominan grado 2, anaplásicos los grado 3 y glioblastoma multiforme los de grado 4. "Los tumores cerebrales, aunque sean benignos, crecen y como están en una cavidad cerrada pueden dar síntomas de aumento de la presión dentro del cráneo si son muy grandes.
Los tumores que son pequeños y que están en una zona importante del cerebro pueden dar síntomas de déficit según el área en el que estén ubicados. Así, puede producir pérdida de función de lenguaje, visión, fuerza, entre otros", señala el neurocirujano. También se puede manifestar como crisis epilépticas porque el tumor al crecer irrita la corteza cerebral cuando la roza.
¿Quiénes tienen que consultar? Según explica Campos, tienen que consultar con urgencia las personas que tienen una crisis epiléptica por primera vez, los que tienen un déficit neurológico que va aumentando (pérdida de visión, fuerza), personas que tienen un dolor de cabeza con náusea y vómitos. "Todas esas personas tienen un cáncer cerebral hasta que se demuestre lo contrario", insiste el especialista.
Respecto del tratamiento, el neurocirujano indica que el tratamiento es la cirugía. Cuando se trata de un tumor benigno, la cirugía es curativa. Si es un tumor maligno, además de la operación se indica quimio y radioterapia. Sin embargo, cuando el tumor está en etapa cuatro, la sobrevida son apenas algunos meses porque es muy agresiva.