Las condiciones de control sanitario que ha impuesto el Covid-19 sobre nuestro sistema escolar, nos han enfrentado al desafío de mantener viva la escuela, el liceo y el colegio. Esta situación, que probablemente se extienda por un tiempo más largo de lo que esperábamos y que se puede volver recurrente, ha llevado al Ministerio de Educación a definir la Priorización Curricular para los años 2020-21.
En esta priorización se seleccionó un conjunto de objetivos de aprendizaje de contenidos, pero se mantuvieron los objetivos de aprendizaje de habilidades. Este es un gesto importante, pues se reconoce que en estos tiempos difíciles sigue siendo importante, es de hecho más importante, el desarrollo de las habilidades transversales y las asociadas a cada una de las asignaturas escolares.
Pero mantener viva la escuela mediante la docencia a distancia no ha sido fácil, ya que no estábamos preparados para ella y tuvimos que asumirla de sopetón, sin tregua, desde el 16 de marzo.
Se tuvo que partir desde la carencia material, para ofrecer formas de trabajo muy distintas a las conocidas, que los docentes tuvieron que diseñar y desarrollar en estos meses, con urgencia, creatividad y compromiso. Este ímpetu y compromiso por los aprendizajes de los estudiantes se ha topado con innumerables obstáculos, muchos de los cuales no están al alcance de los docentes resolver: falta de conectividad, carencia de tecnología, enfermedad de familiares, carencias económicas graves y tantas otras situaciones que conocemos a diario.
Pero aun en esta situación tan adversa, los docentes han logrado ofrecer a sus estudiantes actividades para mantenerlos activos como escolares. Pero en este contexto, pensamos que no es conveniente aferrarse a los objetivos de aprendizaje de contenidos, mediante el uso sostenido de guías de trabajo. Estas no parecen interesar a los estudiantes y pueden dejar una sensación de insatisfacción a los docentes, a los estudiantes y a los padres.
Para avanzar, desde el lugar que ya ha alcanzado con la educación a distancia, proponemos dar mayor énfasis al desarrollo de habilidades, tal como promueve la priorización cuirricular.
¿Se puede aprender a distancia?
Pero ¿es posible el aprendizaje de habilidades en las actuales circunstancias? Nuestra respuesta es que sí y que es necesario tomar la oportunidad que, precisamente, estas circunstancias ofrecen. Que los estudiantes se encuentren realizando actividades escolares, manteniéndose ocupados en labores que los interesen y motiven, permite a los demás miembros del grupo familiar acompañar estas actividades, con la tranquilidad que sus niños, niñas o jóvenes se mantienen aprendiendo. Esto baja la ansiedad familiar y mantiene a los estudiantes activos en términos cognitivos y afectivos en la construcción de sus conocimientos.
Proponemos trabajar las habilidades de resolución de problemas, las de comunicación oral y escrita, la creatividad, el trabajo en equipo, la colaboración y el pensamiento crítico. Y esto no solo en una asignatura, pues estas habilidades se pueden desarrollar con problemas de escritura, de ciencias, de historia, de matemática, de geografía y de ciencias sociales.
Nadie dice que esto es fácil, pero así como los docentes han logrado instalar una docencia a distancia en solo tres meses, partiendo de la colaboración entre los docentes y su creatividad, probando alternativas y tomando riesgos, es posible avanzar en esta dirección.
Pensamos que es tiempo de una segunda ola de creatividad, en que se busquen nuevas alternativas de comunicación con los estudiantes y proponiendo la comunicación entre los estudiantes y su entorno familiar. Es el momento de tomar riesgos y proponer actividades abiertas, donde los estudiantes puedan encontrar estrategias propias de enfrentar los problemas, donde puedan comunicarse entre ellos mientras resuelven un problema, donde puedan comunicar su solución con un texto o un video, donde puedan probar estrategias de coevaluación. Es tiempo de una segunda ola en la educación a distancia.
*Director de Iniciativa ARPA, CMM y CIAE, Universidad de Chile
Premio Nacional de Ciencias Exactas 2011