El seguimiento de contactos de personas infectadas cuando se combina con el distanciamiento social, ha demostrado ser una efectiva herramienta para controlar la propagación de Covid-19.
Esa estrategia rastrea los contactos de las personas contagiadas con entrevistas de cada persona confirmada con Covid-19. Ese minucioso y rápido trabajo de detective, descubre quién más podría haber adquirido el virus o haber estado expuesto. Gracias a eso los contactos cercanos de un caso positivo se pueden aislar si es que estuviera enfermo o poner en cuarentena, si no presenta síntomas, y disminuir la propagación del virus.
En los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés) establecen que ese rastreo incluye además notificar a los contactos de su exposición potencial, monitoreo para detectar signos y síntomas de Covid-19 y conectar contactos con los servicios que puedan necesitar durante el período de cuarentena
Esta técnica se ha utilizado para comprender y limitar la propagación de virus como el VIH, la meningitis y otras enfermedades. En el caso de Covid-19 tiene un claro efecto en la propagación del virus y por ende, del uso de camas críticas.
¿Debería considerarse esa estrategia al levantar las cuarentenas en Chile? Un estudio realizado por el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile (CMM) establece que considerarla o no hace una gran diferencia en los resultados.
El trabajo contrasta dos escenarios de levantamiento de cuarentenas: uno con la aplicación de estrategias “Contact Tracing and Isolation” (localización de contactos y aislamiento o CTI, su sigla en inglés), y otro sin. Esa estrategia implica identificar a los contactos de los infectados reportados y aislarlos de manera focalizada, independiente si han sido sometidos a una prueba diagnóstica, “idealmente, enviando a un porcentaje de estos a residencias sanitarias, donde el aislamiento se considera total”, recalca el estudio.
El modelo considera para la Región Metropolitana datos del comienzo de la pandemia Covid-19, es decir, cantidad de infectados acumulados reportados entre el 17 y 31 de marzo de 2020, y establece una fecha en que la actual cuarentena se mantiene el 30 de junio.
Bajo esos parámetros, simula levantar la cuarentena si no se aplica CTI versus si se aplica de manera suave o no muy efectiva, es decir donde el 25% de los contactos (infectados) de los infectados reportados se identifican y aíslan, y solo a un 10% de esos se les aísla en residencias sanitarias. En ese caso se obtiene un peak de 7.808 sin estrategia de mitigación (CTI), y de 5.661 con CTI leve, ambas en la segunda quincena de septiembre.
En el escenario sin estrategia CTI versus uno de aplicación intensa o más efectiva de dicha estrategia, es decir, rastrear a un 75% de los contactos (infectados) de los infectados reportados, siendo aislados en residencias sanitarias a un 20% de estos, se obtiene un peak de camas críticas de 1.598 con CTI para comienzos de octubre. “Esto constituye una reducción importante con respecto al caso base (sin estrategia de mitigación) que reportaba 7.808 camas críticas para mediados de septiembre”, detalla el trabajo.
Trazar y aislar
El máximo de demanda por camas críticas (peak) aplicando una estrategia CTI intensa (75%) es significativamente más bajo que si no se aplica la estrategia, “pudiendo llegar a un 30% de ese máximo en la Región Metropolitana”, destaca Pedro Gajardo, profesor asociado de la Universidad Técnica Federico Santa María e investigador del CMM.
Esa cifra es cercana a la utilización actual de las UCI y está muy cerca de la capacidad total, dice Gajardo, por eso es importante la implementación inmediata de esta estrategia con una alta intensidad.
¿Cuánto se traza hoy? No es una información que se conozca. Como Gajardo indica “sobre el porcentaje que actualmente se está haciendo de trazabilidad y aislamiento, no hay información disponible que pueda ser analizada”.
Alejandro Maass, director del CMM, complementa que es el dato actual no se sabe, pero lo más importante es detectar muy temprano a los contactos para aislar y frenar la distribución del virus. “Más importante aún puede resultar trazar el contacto del contacto; es decir contactos de orden superior; al menos simulaciones dicen que permite controlar aún mejor”, resalta.
Héctor Ramírez, académico Departamento Ingeniería Matemática e investigador CMM Universidad de Chile, agrega que según lo que las propias autoridades han declarado en sus informes diarios, “en estos momentos un gran porcentaje de los casos nuevos están siendo trazados”.
El trabajo, aclaran los investigadores, no se trata de un pronóstico. Lo que el estudio realiza es modelar con un cierto enfoque y muchos supuestos, la dinámica de la enfermedad. “Esto permite analizar qué medidas tienen un mayor impacto en la demanda hospitalaria, para evitar o minimizar el colapso del sistema”, señala Gajardo.
Ramírez agrega que el enfoque es comparar los impactos de ciertas medidas, ver resultados y ver vías de simulaciones de modelos matemáticos de una medida, como por ejemplo, mantener una cuarentena por mucho tiempo, versus otra de levantar una cuarentena e implementar una estrategia CTI de cierta intensidad.
Mientras más intensa sea la estrategia de trazabilidad de contactos y aislamiento de casos, el peak de demandas por camas UCI será significativamente menor y más tardío en el tiempo. En la situación actual aquello es crucial, subraya Gajardo, “pues la demanda actual por camas UCI a nivel global está muy cercana de la capacidad que tenemos”.
En un “sistema controlado”, agrega Ramírez, si se levantan las medidas que han permitido ese control, seguramente habrán nuevamente alzas en los infectados diarios y un mayor uso de camas críticas.” El sistema está ya con un nivel de ocupación muy alto, cercano al 90% según el último informe de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva”, destaca.
Una estrategia que ya se ha mencionado como efectiva. Lo hizo el Consejo Asesor en su última minuta entregada el 29 de junio y el Colegio Médico en su “Propuesta para un cambio en la estrategia Covid-19 Chile”.
El modelo que el CMM utilizó sirve para dar indicios sobre en qué condiciones se debería levantar una cuarentena. En ese sentido, sostiene Gajardo, sin una alta trazabilidad de contactos y aislamiento de estos, no se pueden relajar las medidas actuales. “El problema es que esto en general es difícil de realizar, más en esta etapa de la epidemia en una región como la Metropolitana”.
¿Leve mejoría?
El ministro de Salud, Enrique Paris, defendió la semana pasada el concepto de “leve mejoría” al referirse a una disminución en el número de contagios por Covid-19.
No existen antecedentes consistentes para poder hablar de una mejoría, dice Gajardo. “En cuanto al peak, se ha instalado la idea de que habrá uno y la pregunta es si ya llegamos o cuándo llegaremos, siendo que dependiendo de lo que se haga podría haber más de uno”.
Ese diagnóstico se relacionaría con el bajo R efectivo que tiene la Región Metropolitana en estos momentos y con la disminución de infectados diarios en los últimos días, explica Ramírez: “Pero estas bajas son producto de las medidas que se adoptaron semanas atrás y el respeto de ellas, es un sistema que se está controlando y si ese control cambia o disminuye la situación sin duda cambiará”..
Levantar esas medidas pueden producir un “rebote” no deseado. Por ello, agrega Ramírez, es muy importante monitorear muchos más indicadores, como los recomendados por el Comité Asesor, y asegurar una trazabilidad muy alta. “Sin esto último, es muy riesgoso levantar la cuarentena tal como todos nuestros estudios sobre estrategias CTI han reportado”.