La decena de investigadores que estaba en ese momento, en el Laboratorio de Transducción de Señales Moleculares, lo vieron llegar exaltado, con la mirada atónita y la voz quebradiza. El académico e investigador de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Chile, Sergio Lavandero, se acercó a sus colegas para contarles la noticia que acababa de recibir.
“Me otorgaron el Premio Nacional de Ciencias Naturales”.
Químico farmacéutico, doctor en Bioquímica, profesor titular de las facultades de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y de Medicina de la Universidad de Chile. Sergio Lavandero González (62) es uno de los científicos chilenos más reconocidos de los últimos años por su aporte al conocimiento de las enfermedades cardiovasculares. En sus más de 38 años de carrera ha logrado describir aspectos relacionados, tanto desde la génesis celular hasta el desarrollo de variadas patologías cardiacas. Trayectoria que los hizo merecedor del Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022, que otorga el Ministerio de Educación al aporte nacional de esta rama del saber.
Se define como un hijo de la educación pública. Del Instituto Nacional logró entrar a la Universidad de Chile para emprender su carrera que viene desarrollando desde 1985. No solamente investiga, no solamente enseña. El Dr. Lavandero también participa activamente en el desarrollo y la gestión de instituciones científicas y formativas. Fue integrante del Senado Universitario, vicerrector de Investigación y candidato a rector por la Casa de Bello.
Además, lidera el primer Centro de Excelencia chileno para el estudio de las Enfermedades Crónicas (ACCDiS), centrada en el estudio de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. Sin duda una dilatada carrera que toma como la posta de un trabajo más grande que él. Desde los académicos que lo formaron, como Mario Sapag o Arturo Ferreira, hasta los más de 200 científicos y científicas que han pasado por las aulas y laboratorios de Lavandero. En entrevista con Qué Pasa, el laureado investigador habla sobre su reconocimiento, el rol de la ciencia y los desafíos de Chile ante un futuro lleno de complejidades.
-¿Cómo se enteró de la entrega de este reconocimiento y cómo lo toma?
Justo estaba atendiendo a una estudiante cuando recibo una llamada. Tomo el teléfono y el ministro Ávila me cuenta que el jurado se había reunido y me habían otorgado el Premio Nacional de Ciencias Naturales. Como yo trabajo en enfermedades cardiovasculares, le digo al ministro que casi me dio un infarto de la emoción.
Pero obviamente estoy muy contento y agradecido de todo lo que he podido desarrollar en mi vida, porque he podido hacer investigación en temas que encuentro que son relevantes para este país y el mundo. También estoy agradecido por la oportunidad de poder formar gente joven. Eso es muy importante para mí, porque esto no es solo un reconocimiento personal. Siento que uno tiene un deber de extender la ciencia hacia el futuro. La pandemia lo demostró claramente que sin ciencia otra hubiese sido la historia. Nuestro deber es seguir formando a las próximas generaciones de científicas y científicos.
-¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo la ciencia?
Entré en 1985 a la Universidad de Chile como académico. Son 38 años de formar gente de pregrado y posgrado. He formado a más de 200 personas, 90 estudiantes de doctorado. Y lo más importante, he formado a científicos que hoy son investigadores o académicos en universidades, tanto en todo Chile como también en el extranjero. Es lo que más me enorgullece de lo que he podido realizar.
-¿Cree que la propuesta de elevar la inversión al 1% del PIB en investigación es necesario para desarrollar la ciencia?
Absolutamente, no vamos a llegar nunca a lo que queremos ser sin eso. He tenido la oportunidad de hablar con el Presidente Boric y también con el ministro Salazar, y esta es una promesa que han hecho muchos. Cuando se cumpla será un hecho digno de celebrar. El diagnóstico está hecho hace mucho tiempo, pero hay que pasar a la acción.
-Dentro de esa inversión se contempla que al menos la mitad esté compuesta por aportes privados. ¿Qué cree que deba pasar para que los privados se motiven a invertir en ciencia?
Entender que el desarrollo no pasa solo por exportar materias primas, sino que también en aplicar tecnologías y darle valor agregado a lo que hacemos en Chile. Existe mucho talento en nuestro país, y lo hemos demostrado en múltiples áreas. Me he dado cuenta que si no se invierte en educación de calidad, en ciencia y tecnología, no hay mucho que hacer. No hay secretos sobre esto, es el único camino.
-¿Cómo está visto Chile en el mapa mundial de la investigación científica?
Siempre habrán cosas que mejorar, pero he podido enviar a muchos alumnos al extranjero, en sitios realmente excepcionales. A pesar de todos los déficits que tenemos, ellos han demostrado que son talentosos, que pueden estar al mismo nivel. Pero necesitamos seguir invirtiendo en la gente joven, darles cabida tanto en las universidades como en los centros de investigación públicos y privados, para que efectivamente lleguemos a otro nivel.
Hay que tener confianza. El futuro depende de una educación de calidad y de la inversión en ciencia.
-¿Cuáles son los próximos desafíos para la ciencia en Chile?
Siempre he podido combinar la investigación con la docencia, y para mí ha sido un privilegio hacer las cosas juntas. Pero también he realizado actividades de gestión académica, tanto a nivel nacional como internacional. Creo que es importante que hayan científicos que podamos hacer estos múltiples roles para cambiar el destino de lo que queremos ser.
No basta solo con investigar, hay que vincularlo con la sociedad. Es importante que ella valore lo que es el aporte de la ciencia, la investigación y el emprendimiento. Actualmente soy senador de la Universidad de Chile, anteriormente fui vicerrector de Investigación, también fui presidente del Consejo Superior de Ciencia. Siempre pude combinar, y es importante que todas estas instituciones tengan en sus filas a científicos activos.
-También fue candidato a rector por la Universidad de Chile, ¿qué encuentra necesario potenciar para que la formación de profesionales en nuestro país sea de alta calidad?
Lo primero es potenciar la inversión. No es un gasto, es necesario invertir en gente. Todavía somos una comunidad científica relativamente pequeña. Hay que financiar la investigación y prepararse para un futuro desafiante porque los problemas que tenemos son complejos, y eso requiere trabajo multi y transdisciplinario. Hoy, ningún problema de los que tenemos lo podemos ver desde una sola perspectiva.
Soy director de un Centro de Excelencia que se aboca en temas prioritarios. Es necesario que el Estado sigan invirtiendo en estos centros de excelencia, los cuales son capaces de congregar masa crítica, que solucione problemas del país, que convoque gente, y que se aboque a materias prioritarias. Es necesario que tanto el programa Fondap como la ANID sigan proyectándose a lo largo del tiempo.
-¿Qué debe hacer ahora que es Premio Nacional de Ciencias Naturales?
Lo primero es trabajar con pasión en todo lo que uno hace. En cualquier aspecto de la vida, no solo el científico. Y además hacerlo junto a otros. Yo ahora me llevo los honores, pero esto representa el trabajo de mucha gente que ha confiado, como estudiantes y muchos colegas que me han formado.
De las instituciones públicas donde estudié, como el Instituto Nacional y la Universidad de Chile, también estoy muy agradecido. Esta es como una posta de 4x100. He tenido la fortuna de tal vez correr la segunda carrera, y espero entregar el testigo a nuevas generaciones para que lleven a nuestro país a otro sitial del desarrollo.
-¿Es próspero el futuro de la ciencia en Chile?
Siempre soy optimista, a pesar de vivir muchos episodios complejos. Tengo mucha confianza en las nuevas generaciones.