Alta mar, el territorio que se extiende más allá de la zona económica exclusiva de cada país está hoy casi en tierra de nadie. Esas aguas internacionales no tienen protección, razón por la que se producen casos de pesca industrial indiscriminada, destrucción de los recursos, islas de plásticos que se mueven a través de las corrientes sin que nadie intervenga por esta contaminación.
Conscientes de esta realidad y tras 10 años de conversaciones e intentos, desde el año pasado se reúnen en la ONU representantes de las naciones para construir un Tratado Global de los Océanos. Esta semana, en Nueva York, se realiza la segunda reunión ocasión en la que la Universidad de York, la Universidad de Oxford y Greenpeace, presentaron el primer modelo de protección de los océanos, una red global de áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
Esta propuesta realizada a partir de un modelo matemático que se obtuvo gracias a un trabajo científico de más de un año, consideró variables como la distribución de especies, características biográficas (montes submarinos), características oceanográficas (producción de fitoplacton), especies en peligro de extinción, hábitats críticos para la biodiversidad y ecosistemas únicos. Con todos estos elementos, proponen proteger el 30% de los océanos de aquí al año 2030 como meta, una cuestión crucial para salvaguardar la vida silvestre y mitigar los impactos del cambio climático en el planeta.
En total, el equipo recopiló y procesó los datos relativos a 458 características de conservación diferentes. Con la ayuda del software Marxan, se realizó un ejercicio sistemático de planificación de la conservación para producir los diseños de la red de áreas protegidas. Los diseños de red se construyeron alrededor de las áreas marinas protegidas existentes en aguas internacionales, en línea con los objetivos de conservación.
Estefanía González, coordinadora del programa de Océanos de Greenpeace Andino, señala que "como nunca antes las aguas del mar están amenazadas por la pesca intensiva, los plásticos y el cambio climático", situaciones antes las que proteger al menos un tercio de los océanos es fundamental.
"El modelo que se presentó en la reunión, es un modelo de pixeles. Divide al planeta en pixeles y muestra las zonas por las que se debe comenzar a proteger. La protección de las aguas internacionales está en directa relación con los recursos de cada país, por lo que proteger alta mar no es solo un compromiso de proteger en el mundo sino todo nuestro borde costero en el caso de Chile. El modelo que se crea, busca precisamente eso, que los demás países se den cuenta de esta realidad", señala.
Las aguas internacionales abarcan el 70% del espacio vital del planeta, donde alberga un impresionante riqueza de vida marina y ecosistemas, esenciales para la salud de la Tierra. Las negociaciones en la ONU hacia un Tratado Global del Océano podrían abrir el camino para la protección de los océanos fuera de las fronteras nacionales, que cubren 230 millones de kilómetros cuadrados, dicen en Greenpeace.
Especies
Con estas áreas protegidas, hay varias especies que hoy están amenazadas y que se verán beneficiadas.
La tortuga laud es una de ellas. Es la más grande de todas las tortugas, también se conoce como tortuga de cuero, por su caparazón. Es una especie puramente oceánica que se encuentra en mares tropicales, subtropicales y subpolares, y migra a lo largo de grandes distancias entre las diferentes áreas de alimentación durante diferentes estaciones, y desde y hacia las áreas de anidación. En su vida, se enfrentan a muchas amenazas durante el camino; amenazas que incluyen la contaminación marina y la captura accidental por parte de grandes palangreros. Suelen confundir las bolsas de plástico con medusas, su presa principal.
El charrán ártico es conocido por la cantidad de kilómetros que recorre durante la migración. Desde la Antártica vuela al Ártico, un viaje que le toma más de 19 mil kilómetros cada año.
Los pingüinos emperador llegan a medir 1,3 metros y pesar hasta 40 kg. Son capaces de descender hasta 550m en el helado océano Austral para pescar peces y calamares.
La ballena jorobada, pasa su vida en todos los océanos ya que es la que más migra: una ballena jorobada viaja hasta 8.000 km entre las áreas de alimentación en verano, en latitudes altas, y las zonas de apareamiento y parto en invierno, en aguas tropicales más cálidas.
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