De acuerdo a un artículo publicado por la revista científica British Medical Journal, médicos advierten de algunas consecuencias poco discutidas de la práctica del sexo anal.
Según el reporte, las mujeres en el Reino Unido están sufriendo lesiones y otros problemas de salud como resultado de la creciente popularidad de esta práctica sexual entre las parejas heterosexuales.
El artículo fue escrito por dos cirujanas del Servicio Nacional de Salud (NHS, su sigla en inglés) de ese país, quienes advirtieron que entre las consecuencias se encuentran la incontinencia y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), así como dolor y sangrado debido a que han experimentado traumas corporales mientras practicaban.
Las autoras, Tabitha Gana y Lesley Hunt, también argumentaron que la renuencia de los médicos a discutir los riesgos asociados con el sexo anal estaba causando que las mujeres se vieran perjudicadas por la práctica y defraudando a una generación de mujeres que no son conscientes de los problemas potenciales.
“Las relaciones sexuales anales se consideran un comportamiento sexual de riesgo debido a su asociación con el alcohol, el uso de drogas y múltiples parejas sexuales”, escribieron las profesionales en el artículo.
También argumentaron que “dentro de la cultura popular se ha pasado del mundo de la pornografía a los principales medios de comunicación” y que series de televisión como Sex and the City y Fleabag (una comedia británica) pueden haber contribuido a la tendencia haciéndola parecer “atrevida y entretrenida”.
Sin embargo, advirtieron que las mujeres que practican sexo anal corren un mayor riesgo que los hombres. “Se han informado tasas más altas de incontinencia fecal y lesión del esfínter anal en mujeres que tienen relaciones sexuales anales”, señalaron en su informe.
“Las mujeres corren un mayor riesgo de incontinencia que los hombres debido a su diferente anatomía y los efectos de las hormonas, el embarazo y el parto en el suelo pélvico”, informaron en el artículo.
Además, “las mujeres tienen esfínteres anales menos robustos y presiones más bajas en el canal anal que los hombres y, por lo tanto, el daño causado por la penetración anal es más importante”.
“El dolor y el sangrado que reportan las mujeres después del sexo anal es indicativo de un trauma, y los riesgos pueden aumentar si el sexo anal es forzado”, dijeron.
Los datos de la Encuesta Nacional de Actitudes Sexuales y Estilo de Vida de Gran Bretaña, describe el artículo, muestran que la participación en relaciones anales heterosexuales entre jóvenes de 16 a 24 años en ese país aumentó de 12,5 % al 28,5 % en las últimas décadas.
Otras cifras muestran que en EE.UU., entre el 30% y el 45% de ambos sexos lo han experimentado.
“Ya no se considera un comportamiento extremo, sino que se presenta cada vez más como una experiencia preciada y placentera”, escribieron Hunt, cirujano en el Hospital de Sheffield, y Gana, cirujano colorrectal en prácticas en el Hospital de Yorkshire.
Sin embargo, muchos médicos, especialmente los de cabecera y de hospitales y clínicas, son reacios a hablar con las mujeres sobre los riesgos que implican, en parte porque no quieren parecer críticas u homofóbicas, añadieron.
“Sin embargo, con una proporción tan alta de mujeres jóvenes que ahora practican sexo anal, no hablar de ello cuando presentan síntomas anorrectales expone a las mujeres a diagnósticos erróneos, tratamientos inútiles y daños adicionales derivados de la falta de asesoramiento médico”, dijeron los cirujanos.
La información de los pacientes del NHS sobre los riesgos del sexo anal es incompleta porque solo menciona las ETS y “no menciona el trauma anal, la incontinencia o las secuelas psicológicas de la coerción que informan las mujeres jóvenes en relación con esta actividad”.
La falta de inclinación de los profesionales de la salud a discutir la práctica abiertamente con los pacientes “puede estar fallando a una generación de mujeres jóvenes que desconocen los riesgos”.
Claudia Estcourt, profesora de salud sexual y VIH y miembro de la Asociación Británica para la Salud Sexual y el VIH (BASHH, su sigla en inglés), respaldó el llamado de los cirujanos en un artículo publicado en The Guardian, para que los médicos hablen abiertamente sobre el sexo anal.
“BASHH apoya firmemente el llamado a una investigación cuidadosa y sin prejuicios sobre el sexo anal en el contexto de mujeres con síntomas anales”, dijo.