Sexo, drogas y desinhibición total: ¿Qué es el “chemsex” y cuáles son sus riesgos?

Sexo, drogas y desinhibición total: ¿Qué es el “chemsex” y cuáles son sus riesgos?
Sexo, drogas y desinhibición total: ¿Qué es el “chemsex” y cuáles son sus riesgos?

El objetivo es aumentar el placer durante las relaciones sexuales y prolongar su duración


Lo que pasó ayer es un borrón. El plato de drogas todavía está en la mesa de café, pero no hay ni un rastro de resaca. Las inhibiciones desaparecieron por completo anoche y el placer sexual parecía ilimitado.

Para muchos, esta es la promesa del chemsex, pero detrás del atractivo de la libertad y la diversión se esconde una realidad de riesgos para la salud, vulnerabilidad y adicción.

Sexo, drogas y desinhibición total: ¿Qué es el “chemsex” y cuáles son sus riesgos?

El término chemsex hace referencia al uso de determinadas sustancias psicoactivas para mejorar o prolongar las experiencias sexuales. Lo practican principalmente hombres que tienen sexo con hombres.

Las sustancias más utilizadas son las metanfetaminas, la mefedrona, la ketamina o el ácido gamma-hidroxibutírico (GHB, comúnmente conocido como “G”). El objetivo es aumentar el placer durante las relaciones sexuales y prolongar su duración, a menudo mediante la inyección de drogas; esta práctica particularmente arriesgada se conoce como “slamsex”.

Peligros físicos y psicológicos del chemsex

El Chemsex puede tener las siguientes consecuencias negativas:

  • Impactos en la salud física: el chemsex está vinculado con un aumento de las conductas sexuales de riesgo, lo que puede aumentar las tasas de transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Los participantes suelen tener relaciones sexuales con múltiples parejas al mismo tiempo, a veces durante períodos prolongados, lo que aumenta la probabilidad de transmisión. Recibe nuestro boletín Entender cómo la IA está cambiando la sociedad
  • Impactos en la salud mental: a menudo, las personas que practican chemsex sufren estigmatización, estrés o incluso culpa o sentimientos de soledad. También se deben evaluar los motivos que llevan a alguien a practicar chemsex en primer lugar.
  • Abuso y dependencia de sustancias: el uso de drogas psicoactivas puede provocar intoxicación aguda y problemas de dependencia a largo plazo, con repercusiones tanto en la salud física como mental. Los usuarios pueden experimentar fatiga física y mental, ideación suicida, psicosis, comportamiento agresivo o sobredosis debido a la pérdida de control sobre las sustancias.

Barreras para obtener ayuda

Las personas que practican chemsex a menudo sienten una falta de apoyo y comprensión, y experimentan varias barreras para acceder a la atención médica :

  • El estigma y la discriminación, ya sea por consumo de drogas, orientación o prácticas sexuales, pueden ser causados o exacerbados por prejuicios y falta de conciencia cultural entre los profesionales de la salud.
  • Barreras legales y sociales. El Chemsex implica el consumo de sustancias ilegales, lo que conlleva un estigma social.
  • Falta de conocimiento entre los consumidores y los profesionales sanitarios. Los primeros suelen desconocer en gran medida los riesgos que implican las sustancias y las prácticas implicadas en el chemsex, mientras que los segundos pueden no comprender la posible gravedad de una sobredosis de metanfetamina o GHB.
  • Accesibilidad, financiación y falta de servicios multidisciplinares . Cada profesional se ocupa de su propio campo y hay pocas estructuras que aúnen estos conocimientos. Cuando existen, no hay financiación suficiente para que sean útiles.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Todos podemos ayudar y hay muchas cosas que podemos hacer. Sin embargo, debemos tener en cuenta varias cosas:

En definitiva, el chemsex plantea un desafío complejo que trasciende al individuo: es una cuestión de salud pública, derechos humanos y justicia social. Para abordar los riesgos de esta práctica se necesitan no solo medidas sanitarias y jurídicas, sino también un cambio en la forma en que entendemos y apoyamos a las comunidades afectadas. La educación, la reducción de daños y la empatía son esenciales para encontrar soluciones eficaces y sostenibles.

*Benjamín Gaya-Sancho, personal docente e investigador en USJ. Enfermero del servicio de urgencias del Hospital QuirónSalud Zaragoza., Universidad San Jorge

**Borja Romero Bilbao, personal docente e investigador en Ciencias de la salud en Universidad San Jorge. Enfermero en el Servicio Aragonés de Salud, Universidad San Jorge

***Daniel Sanjuán Sánchez, fisioterapeuta y personal docente investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud en Universidad San Jorge

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