Sin duda, después de la pandemia y la nueva forma de enfrentarse a los recintos hospitalarios, la forma de hacer Salud ha estado bajo constante cambio. La incursión de tecnología de vanguardia, el compromiso de mejorar la gestión y el acceso a los servicios harán que la forma de ir al médico tenga un considerable cambio de aquí a los próximos 20 años.

Así al menos lo concluyó Deloitte en un estudio realizado sobre el futuro de los hospitales. Según la investigación que realizaron, indagando a distintos actores y prestadores de servicios en este rubro. Una de las principales proyecciones que detectaron es que los centros hospitalarios están mutando a convertirse “sin paredes”, un concepto que desarrollaron para explicar que solo serán las atenciones de mayor complejidad las que se realicen en el establecimiento clínico. Mientras que, en paralelo, la implementación de la tecnología y las telecomunicaciones contribuirán a mejorar el acceso a una atención desde el hogar, un centro comunitario o incluso un mall.

Eso sí, esto no significa el fin de los hospitales como instituciones físicas, pero sí un cambio en los objetivos de cada instancia. La existencia de hospitales se centrará principalmente en atender procedimientos de alta complejidad. Todo esto se materializará gracias a las tecnologías digitales, el seguimiento a distancia de los pacientes, los descubrimientos científicos y el avance en comunicaciones impulsado por 5G, entre otras cosas. “Serán hospitales sin paredes, y veremos cómo se diseñarán los hospitales y cuáles serán sus principales áreas de cambio, así también cuáles son las señales tempranas que nos muestran que estamos caminando hacia allá”, explica Antonio Martínez, socio líder de Life, Science and Healthcare en Deloitte Chile.

Según detalla el responsable del estudio, el diseño de los hospitales del futuro se centrarán en instituciones que concentren servicios de alta especialización, destinados a atenciones quirúrgicas y de cuidados de alta complejidad. “Cuando pensamos particularmente en el caso de los hospitales nuevos, estos tienen una gran cantidad de camas que tendrán que ser optimizadas para dar una mejor atención”, explica.

Además, Martínez añade que, de acuerdo a las conclusiones obtenidas en la investigación, los hospitales van a centrarse en servicios de urgencia, unidades de cuidados intensivo (UCI) y tratamiento de pacientes críticos. “Lo que va a pasar es que el resto de la atención se va a prestar más en la comunidad, en hospitales y clínicas de baja complejidad, centros comerciales, escuelas, etcétera. Y, en mayor medida, en el domicilio del paciente”, complementa.

En síntesis, el responsable de esta proyección explica que las áreas de impacto de este cambio avanzan principalmente en seis áreas. El primero es la transformación digital. “Hay un aceleramiento importante en la digitalización de procesos y se está acelerando la incorporación de nuevas tecnologías. Lo que prolifera mucho en las plataformas de tratamiento con paciente”, agrega. A esto también se suma la fuerte inversión en tecnología médica de vanguardia para monitorear la salud, lo que se suma a la irrupción de Inteligencia Artificial para prevenir eventos graves de salud.

Otro de los factores que motivarán a cambiar el sistema hospitalario apunta a la equidad en la atención, sostenibilidad y cuidado con el medio ambiente. Según agrega Martínez, los movimientos establecen como imperativo moral que se contribuya a reducir la desigualdad. “Chile tiene una geografía compleja con acceso a la salud dispar. El concepto de mejorar el acceso y la equidad, unido a la necesidad de disminuir la huella de carbono está muy en boga. En Chile hay un ejercicio de conciencia para prepararnos hacia hospitales más sustentables, más eficientes”, comenta. Incluso, el experto ejemplifica que el monitoreo en casa ayuda a reducir la huella de carbono, ya que no se requeriría gastar energía no renovable para visitar al médico.

Asimismo, otro de los aspectos que cambiarán en la atención hospitalaria, según el informe de Deloitte, apunta a la fuerza laboral de cada recinto de salud. “Todo este cambio va a desafiar el modo en que médicos y personal clínico atienden a los pacientes. La forma en que gestionan y analizan la información estará influenciada por esta innovación tecnológica. Las universidades acá están jugando un rol muy importante, al enseñar cómo atender de manera remota”, asevera Martínez.

Finalmente, el investigador asegura que otro de los aspectos que tendrá fuertes cambios en la forma de hacer salud apunta al futuro de la regulación. Tradicionalmente, según comenta, la legislación sobre el uso apropiado de tecnología de vanguardia en salud ha estado varios pasos atrás. “Ahora están incorporándose a estos cambios. Lo hemos visto esto en Europa, con la Agencia Europea del Medicamento para acelerar los procesos de autorización de vacunas”, ejemplifica.

El futuro de las listas de espera

El concepto “hospitales sin paredes” apunta a cómo establecer un sistema integrado donde la misma atención que se entrega convencionalmente en un recinto de salud salga y se implemente en distintos puntos geográficos. La pandemia del Covid-19 fue un acelerador de algo que ya venía, pero el contexto actual no ha hecho más que aumentar la rapidez de los cambios que afectarán al sistema de salud.

Si bien, esta proyección promete mejorar en muchos aspectos las principales dolencias del sistema hospitalario, también existen preocupaciones sobre dichos cambios. Sobre todo en la forma de saber explicar los beneficios que tiene esto, tanto para los pacientes y profesionales clínicos, así también como para superar la barrera de alfabetización digital y no excluir por motivos tecnológicos. ”Cuando se agrega tecnología, se debe saber qué hacer cuando algo falle. Ese vacío por ahora es una preocupación y en algunos países ya se está regulando”, afirma Martínez.

Modelo de hospitales del futuro. Imagen: Deloitte Chile

Con respecto a las listas de espera de cirugías, que tiene a cerca de 300 mil personas a la espera de una operación, Martínez afirma que este nuevo sistema que adoptaría la atención hospitalaria está vista como un complemento a enfrentar este problema. “El desafío es mejorar la productividad. Desde 2009 hasta el 2019 se vio que el número de camas aumentó un 5%, las cirugías un 4%, los egresos decrecieron un 3%, mientras que el gasto en salud aumentó desproporcionadamente un 48%. Es complejo, porque el mensaje es que las listas de esperan han aumentado, pero la utilización de los pabellones entorno al 50%, viene siendo similar, lo que denota un problema de gestión”, asegura el experto.

Telemedicina

Este estudio es, entre otras cosas, un llamado a la acción, según el responsable de este estudio. “Se hace una mirada a 2040, y en Chile hay una vía potente. La creación del hospital digital, que hoy se convirtió en un servicio de salud más, es una de las señales que indican que la atención se debe mover hacia allá”, concluye.

Aunque, Martínez reconoce que aún se debe desarrollar la forma de crear una ruta consensuada de este plan, abarcable, entendible y ejecutable para la realidad nacional. Además, proyecta que el principal desafío es trabajar un compromiso claro, el rol de los distintos actores de la industria, de los prestadores y aseguradores. “Esa discusión es necesaria tenerla ahora, porque el país está en un momento dulce y puede estar preparado para acelerar este proceso, pero vemos que las iniciativas no siempre están bien gobernadas. Cuando eso ocurre, las inversiones no son las adecuadas, se cuestionan los proyectos y comienzan a detenerse”, proyecta.