Los años universitarios son un período crucial para el desarrollo y aparición de trastornos mentales. La sintomatología depresiva y ansiosa en estudiantes de primer año se inició, en promedio, entre los 15 y 16 años, detectó un estudio realizado por la Universidad de Chile. El trabajo además reveló que las estudiantes mujeres, jóvenes con padres de menor nivel educacional y jóvenes no cisgénero (cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual), presentan mayor sintomatología depresiva y ansiosa, mayor riesgo suicida y menor bienestar subjetivo.
Vania Martínez, psiquiatra del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente, (Cemera) de la U. de Chile y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), realizó este proyecto ELSAM –sigla de Estudio Longitudinal de Salud Mental Universitaria, cuyo nombre coloquial es “EnlaUvamosjuntxs”. Esta iniciativa desarrolla distintas actividades para evaluar la salud mental de los alumnos de educación superior, mejorar su bienestar y ofrecer intervenciones innovadoras basadas en internet y tecnologías digitales para la prevención e intervención temprana de los problemas de salud mental.
El trabajo además, forma parte de la colaboración internacional The WHO World Mental Health International College Student Initiative (WMH-ICS) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y liderada por la Universidad de Harvard. La Universidad de Chile es la primera en el país en incorporarse, y progresivamente también lo harán otros planteles académicos nacionales.
Sintomatología depresiva
La “Encuesta Salud Mental en Estudiantes Universitarios” se aplicó durante junio y julio de este año a estudiantes de primer año de toda la Universidad de Chile, de manera autoaplicable por internet, con el fin de detectar trastornos mentales de diferentes tipos, así como el consumo y posible abuso de alcohol y sustancias, pensamientos y comportamientos suicidas, autolesiones sin intención suicida, conocer el acceso y las barreras a tratamientos en salud mental, características de personalidad, percepción del bienestar subjetivo y la experiencia vivida durante la pandemia Covid-19, entre otros.
El equipo estuvo compuesto, además de Martínez, por Ricardo Araya, investigador senior de Imhay y profesor titular del King’s College London; Álvaro Jiménez, investigador postdoctoral, Scarlett Mac-Ginty, investigadora joven, y Graciela Rojas, investigadora asociada de Imhay y directora Hospital Clínico de la Universidad de Chile, los que han realizado, además de la aplicación de la línea base de la encuesta longuitudinal ELSAM a la generación 2020, una campaña de educación y promoción de salud mental para universitarios y prevención del suicidio.
Los análisis preliminares de ELSAM muestran mayor sintomatología depresiva y ansiosa en estudiantes de primer año de la Universidad de Chile, con un inicio de esos síntomas, en promedio, entre los 15 y 16 años. A ello, se añade que las estudiantes jóvenes con padres de menor nivel educacional y jóvenes no cisgénero presentan mayor sintomatología depresiva y ansiosa, mayor riesgo suicida y menor bienestar subjetivo.
En las fases siguientes, los investigadores harán un seguimiento a la cohorte de estudiantes 2020, así como encuestarán a los nuevos alumnos de la generación 2021, tanto de la Universidad de Chile como de otros cuatro planteles educativos. Además, implementarán, evaluarán y difundirán intervenciones digitales probadas que apoyen el bienestar y la salud mental de los jóvenes.
La mayoría de los trastornos mentales aparecen por primera vez en la edad adulta temprana. Por ello, la investigación sobre intervenciones preventivas y tempranas, es muy importante. En ese sentido el Núcleo Milenio Imhay busca generar evidencia sobre intervenciones para mejorar la salud mental de adolescentes y jóvenes con el propósito de aportar en la creación y fortalecimiento de políticas públicas.
“Pienso que uno de los aspectos más importantes y en los cuales quiere destacar Imhay es el considerar la opinión y la participación de los mismos jóvenes en las intervenciones e investigaciones que llevamos a cabo. Otro aspecto distintivo de nuestro centro es incluir de manera protagónica a las tecnologías digitales en nuestras investigaciones, ya que los jóvenes son cercanos a ellas y permiten diseminar a un menor costo y con menor estigma intervenciones para favorecer su salud mental”, destaca Martínez.
Y ante el efecto en la salud mental que ha tenido la pandemia en ese grupo, Martínez recalca que es difícil dar consejos simples para una situación compleja como la que estamos viviendo y que además, no afecta de la misma manera a todos los jóvenes. “Sabemos que la mayoría de ellos están sometidos a altos niveles de estrés, sin embargo, también sabemos que la mayoría superará esta situación de manera natural e incluso algunos saldrán fortalecidos de esta crisis. En estos tiempos debemos aprovechar la oportunidad de fortalecer nuestros vínculos, crear sentido de comunidad, cuidándonos mutuamente. También es importante solicitar a tiempo ayuda a profesionales de salud mental si se necesita. Padres, profesores y amigos pueden estar atentos a esta necesidad”, subraya.