El sirope de savia es un dulcorante natural. Se produce del fluido circulante o savia, de los arces de azúcar. Estudios han indicado que posee propiedades beneficiosas para la salud, principalmente como reemplazo del azúcar.

Pero esas investigaciones, indican nutricionistas, se ha realizado en el laboratorio, no en humanos. Aún así, en los últimos años se ha masificado su uso, no sólo como dulcorante, sino también como el elemento principal de una dieta. Un método para perder kilos que además han popularizado personajes del espectáculo, en el cual es el único alimento que se consume.

Sirope de savia, la dieta de moda: ¿Saludable o riesgosa?

La denominada "dieta del sirope de savia" se clasifica dentro de las dietas tipo "detox", explica Ximena Martínez, nutricionista del Centro de Tratamiento de la Obesidad Red de Salud UC CHRISTUS. Ese tipo de dietas son aquellas, dice, "que se promueven con el objetivo desintoxicar el organismo por medio de un proceso de ayuno o semiayuno".

Existen estudios preliminares sobre el uso de este tipo de dietas que sugieren que poseen ciertos componentes nutricionales con propiedades de desintoxicación. Sin embargo, acota Martínez, rara vez se identifican las toxinas específicas que se pretenden eliminar o los mecanismos por las cuales se eliminan, entre otras falencias metodológicas. "Esto genera dificultades para validar científicamente sus resultados, por lo que se considera que no hay evidencia suficiente que las respalden", aclara.

Actualmente, y teniendo en cuenta la gran cantidad de productos químicos sintéticos a los que estamos expuestos, señala la experta, ésta es un área de investigación interesante y valiosa.

Sin embargo, el cuerpo humano ya ha desarrollado mecanismos altamente sofisticados para eliminar toxinas, explica Martínez, "como son las vías de excreción de productos químicos y sus metabolitos en orina y heces, además del sudor y la respiración, por lo que incentivar este tipo de patrones dietarios no sería necesario".

¿Saludable?

El sirope de savia -mezcla entre sirope de arce y savia de palma- tiene un índice glicémico (IG) de 55 y aportan una media de 3 kcal por gramo. En su composición, dice la nutricionista, el 56% corresponde a fructosa, el 17% a glucosa y sólo el 5% a oligoelementos como minerales y vitaminas.

Aclara que el porcentaje de minerales y vitaminas que posee es muy pequeño, por lo que habría que consumir una elevada cantidad para conseguir una porción significativa de nutrientes, lo que traería consigo un mayor aporte de fructosa.

Por lo tanto, dice, el riesgo de tener una dieta alta en fructosa es que el organismo la reserva como grasa en el hígado, "lo que puede favorecer la resistencia a la insulina, aumentar la exportación de triglicéridos a la sangre e incrementar los riesgos de hiperglicemia en pacientes diabéticos".

"La dieta del sirope de savia consiste en un programa de 10 días en el que todas las comidas se remplazan por una bebida a base de agua filtrada, jugo de limón, sirope de savia y pimienta de cayena. Habitualmente se recomienda una preparación de tres días antes y después de estos 10 días de dieta consumir zumos de frutas y verduras", indica Martínez.

El resultado es una pérdida de peso se logra con una restricción energética severa y una insuficiencia nutricional ya que durante los 10 días de dieta solo se permite el consumo de este preparado. "Como he mencionado anteriormente, estas dietas restrictivas carecen de evidencia y están lejos de ser recomendadas por un profesional de la salud debido a que los riesgos pueden exceden los supuestos beneficios. Al promover una rápida pérdida de peso también se pierde musculatura, esto repercute directamente en una disminución de la taza metabólica basal", advierte.

Las extremas condiciones a la que se somete el organismo pasan la cuenta. La nutricionista indica que quienes han seguido la dieta del sirope experimentan -principalmente en los primeros días- nauseas, dolor de cabeza, malestar general y un aumento de los niveles de estrés.

"El aumento del estrés eleva los niveles de cortisol lo que llevaría a un mayor apetito, preparando así un escenario idóneo para posibles atracones o trastornos alimentarios, recuperación del peso perdido y mayor dificultad de pérdida de peso en el futuro", indica Martínez.

Pero eso no es todo. Si el ayuno es extremo puede conducir a mayores deficiencias de proteínas y vitaminas, desequilibrio electrolítico, acidosis láctica y en algunos casos la muerte, "debido a que el aporte nutricional es insuficiente incluso bebiendo el líquido del sirope", señala la nutricionista.

Por todo lo anterior, dice, no hay dejarse tentar por el poder seductor de dietas que establecen una relación poco saludable con los alimentos y la nutrición. "El término 'desintoxicación' es muy atrayente. Según algunos psicólogos puede ser por la promesa de 'purificación' que es un ideal arraigados en la psicología humana. Estas dietas son basadas en ayunos religiosos que han sido populares a lo largo de la historia".

La mejor recomendación 'detox', destaca Martínez, es facilitar el trabajo de los órganos encargados para tal tarea. Un proceso que se puede realizar, ejemplica, bebiendo dos litros de agua al día -idealmente purificada idealmente- ya que permite eliminar toxinas por la orina facilitándole el trabajo al riñón.

"Mantenga una vida activa realizando ejercicio físico. De esta forma eliminará toxinas a través del sudor y la respiración, además de mantener un peso corporal saludable. Aliméntese sanamente limitando el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas -remplazarlos por grasas saludables- y evitando el exceso de fructosa -que se almacena como grasa en el hígado- así el hígado realizará su noble tarea de desintoxicar el organismo sin problemas", aconseja.

Y antes de iniciar una dieta, el primer paso, dice, es consultar a un profesional de la nutrición y asesórese adecuadamente, “para poder mantener un peso saludable o si es necesario, perder los kilos de más con algún plan individualizado que promueva una mejor calidad de vida”.