A nivel mundial, Chile es el décimo país con mayor territorio marítimo y si solo se considera a los países latinoamericanos, es el que más tiene. Sin embargo, a lo largo de toda la costa hay menos de 10 boyas oceanográfica costeras con sensores que permitan obtener información de la superficie del mar.
En cambio, para estudios climáticos hay repartidos en el país 1.145 pluviómetros, 295 termómetros y 788 medidores de río con datos disponibles en forma gratuita. Para los registros y estudios sismológicos hay 492 instrumentos que incluyen 65 estaciones permanentes de banda ancha y movimiento fuerte en tiempo real, 130 sistemas de satélites de navegación global y 297 instrumentos de movimiento fuerte instalados para comprender mejor el impacto de los terremotos. ¿Lo más importante? Toda esta información está en red.
Precisamente, contar con información sistematizada y en red es lo que recomiendan los investigadores del Comité Científico de la COP25 y que formaron parte de la mesa Océanos, una de las siete instancias de trabajo que desde abril de este año se reunieron para consensuar una visión global del país en cada una de las áreas específicas y generar recomendaciones para que las autoridades puedan tomar decisiones frente al cambio climático pero con información científica disponible.
Lo que propone la mesa Océano, en la que trabajaron más de 40 investigadores de distintas universidades y centros de estudio a lo largo del país es la creación de un Sistema Integrado de Observación del Océano Chileno (Siooc).
Según reconoció Maisa Rojas, coordinadora del Comité Científico COP25 y experta en cambio climático, en varias áreas hay una falta de información y monitoreo pero existe especialmente en lo que respecta a los océanos. "Prácticamente no tenemos nada de información de nuestro océano, tenemos esta es la COP azul, somos el décimo país en el mundo con más costa oceánica y tenemos una cantidad muy pobre de estaciones que monitorean el océano", reconoció en Madrid.
Laura Farías, coordinadora de la mesa Océanos y académica de la Universidad de Concepción, explica que Chile es un "país netamente marítimo", con una gran extensión de costa y que por su situación geográfica "posee muchos tipos de ecosistemas marinos que tienen un rol muy importante no solo en el clima, sino en los servicios eco-sistémicos y en la biodiversidad". "No es una masa homogénea, cada región, cada bioma se comporta de forma diferente, con distintos procesos oceanográficos y comportamiento de variables como vientos, temperaturas, salinidad, oxígeno, microalgas y acidificación".
Conocer este tipo de información es fundamental. "Si yo no mido esas variables, no puedo saber que está pasando con el océano, si está cambiando como en otras regiones, y tampoco puedo predecir a qué nos tenemos que adaptar", recalca Farías
¿Qué es el Siooc?
El Sistema Integrado de Observación del Océano Chileno (Siooc) es una iniciativa que pretende impulsar e integrar un sistema de observación en el océano chileno que proporcione, de forma rutinaria y continua, datos e información de relevancia y calidad sobre el estado actual y futuro.
Este sistema comprende plataformas de observación fijas (radares, boyas, anclajes, cables submarinos, estaciones meteorológicas costeras y otros) y plataformas móviles como buques voluntarios, satélites, planeadores marinos, boyas a la deriva, vehículos no tripulados, entre otros. Todas estas plataformas poseen diversos tipos de sensores y tecnologías que proveen datos de las variables más relevantes para el sistema climático.
Su implementación tiene una inversión aproximada de 65 millones de dólares y está pensando en tres fases en un horizonte de 6 a 8 años. Se propone que en la primera etapa se consolide la integración de los sistemas ya existentes (universidades, armada, sociedad civil, servicios públicos) con distintas fuentes de financiamiento; en la segunda, incorporar nuevos equipamientos e infraestructura y en la tercera, incorporar en pleno el Siooc a otras redes internacionales.
Patricio Winckler, profesor de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica de la U. de Valparaíso y uno de los autores de la propuesta de la mesa Océanos, explica que lo que se busca es contar con un monitoreo continuo de información. "Hoy hay muchas mediciones que se hacen a través de instrumentos que se ponen y se sacan en el mar. Es difícil medir porque, por ejemplo, para instalar una boya hay costos operacionales que no son menores, hay que meterse, llevarla a terreno, conseguir embarcación y las boyas tienen una corta durabilidad porque empiezan a crecer algas y cambian las propiedades de la medición que se está haciendo. La inversión inicial es muy alta. Yo creo que por eso tenemos una red de medición más precaria en el mar en comparación con tierra", dice el investigador.
El sistema propuesto, no solo busca medir variables oceanográficas, sino también atmosféricas. "La idea es que nos permita tener una base de información que complementada con modelos numéricos permita predecir. Hoy los sistemas están disociados, la idea es integrarlos y que además esta información sea de libre acceso, estandarizada y con protocolos que permitan que cualquier persona pueda utilizarla", agrega Winckler.
Entre las variables oceanográficas a medir están la temperatura superficial del mar, la salinidad, oxígeno disuelto y otras mediciones físicas como las corrientes, el oleaje y el nivel del mary al mismo tiempo, variables meteorológicas del aire como la presión atmosférica, viento, temperatura, humedad y radiación solar. Otras son variables medioambientales que tienen incidencia en la pesca y la acuicultura como el CO2, los nutrientes que están en la columna del agua, la clorofila y el plancton, señala el académico de la U. de Valparaíso.
Falta de información general
Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad de WWF Chile, dice que existe "una brecha muy grande en cuanto a la información oceanográfica que podemos utilizar para entender los efectos del cambio de temperatura, cambio de PH, acidificación o disminución del oxígeno en el mar, entonces esa es una de las cosas en que estamos fallando".
Ella destaca el trabajo y la propuesta de la mesa Océano y agrega que ahora se necesita "realmente poner equipos en el agua para poder saber lo que está sucediendo".
"No tenemos información sobre movimiento de la biodiversidad de las especies, de factores físico químicos, datos oceanográficos. Lo que hay es información reciente y de algunos puntos específicos pero no de todo el borde costero. Es necesario contar con más recursos".
A juicio de Montecinos, se debe mirar la zona costera como un todo, no por regiones ni tramos.