Skiper: ¿Cómo es la mantarraya robot creada por estudiantes chilenos para explorar la Antártica?

La criatura robótica, creada por un grupo de estudiantes de ingeniería, explorará las profundidades del mar antártico sin crear alteraciones al ecosistema marino.
Cuatro estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez se adjudicaron 15 millones de pesos gracias al Fondo Inicia Sostenible de Corfo. Esto les permitirá desarrollar durante un año un robot mantarraya para la futura exploración submarina de la Antártica.
El proyecto, llamado Skiper, responde a los desafíos del emprendimiento científico basado en innovación, tecnología y sostenibilidad, según anunciaron los creadores de esta incursión.
Skiper: ¿Cómo es la mantarraya robot creada por estudiantes chilenos para explorar la Antártica?
La estudiante de Ingeniería Mecánica UAI, Natalia Wensioe, comenzó el primer semestre de 2024 un trabajo de investigación y desarrollo sobre soft robots para investigación submarina antártica. Así, durante el segundo semestre, siguió con la investigación junto a Nicomedes Pommier de Ingeniería en Diseño y Mecánica, Benjamín Loubies de Ingeniería en Diseño y Comercial, y Nicole Castro de Bioingeniería. Así, este grupo de estudiantes podrán llevar a cabo el análisis y construcción de un robot que llamaron Skiper.
Durante un año, las principales actividades asociadas al proyecto consistirán en aquellas relacionada al área de I+D, tales como el diseño del dispositivo y sus mecanismos, desarrollo y testeo robótico y electrónico de prototipos de media y alta resolución, análisis de materiales, desarrollo de una interfaz para la visualización y análisis de datos recolectados y exposición del dispositivo a un ambiente que simule las condiciones a las que se enfrentaría en un futuro.

El Fondo Corfo “Inicia Sostenible” permitirá que los jóvenes ingenieros e ingenieras apliquen estos conceptos en sus soluciones, contribuyendo a la exploración e investigación submarina antártica con bajo impacto en ecosistemas marinos.
“La Antártica es un termómetro del cambio climático, pero explorar su ecosistema submarino sigue siendo un desafío enorme. Las condiciones extremas y la fragilidad de su biodiversidad requiere soluciones innovadoras y seguras para el entorno”, dijo Natalia Wensioe. Además, agregó que actualmente las tecnologías disponibles “son rígidas, disruptivas o arriesgan tanto al personal como al ecosistema”.
Por otra parte, Nicomedes Pommier expresó que el equipo propone un robot inspirado en la móbula chilena o manta cornuda (mobula tarapacana), una de las especies de rayas existente en el territorio nacional. “Con un diseño flexible y no invasivo, este robot recopila datos críticos en entornos extremos sin alterar el ecosistema, y el diseño biomimético permite una integración más natural del dispositivo en el entorno”, expresó.
Además, complementó Loubies, su capacidad de incorporar múltiples sensores y alcanzar áreas remotas lo vuelve más eficiente que las tecnologías tradicionales”.

Los responsables de este proyecto destacan también la importancia de la investigación de biodiversidad, “dado el enorme porcentaje que desconocemos de este entorno submarino. Esto es crítico tanto para brindar una protección adecuada a las especies, como para la anticipación a consecuencias provocadas por el cambio climático, como lo sucedido con los microorganismos metanogénicos liberados con el derretimiento del permafrost, por ejemplo. No sabemos con lo que estamos trabajando, por lo que siento que es nuestra responsabilidad como seres humanos, causantes principales del deterioro del planeta, conocer y proteger esta biodiversidad”, sostuvo Castro al respecto.
Durante 2024, Natalia Wensioe exploró las condiciones que impone un ambiente tan inhóspito como la Antártica en cuanto a geografía, clima y todas las condiciones con las que se han enfrentado los vehículos de exploración submarina polar. A través de un exhaustivo análisis bibliográfico, pudo dimensionar el desafío tecnológico al cual se quería enfrentar y determinó las variables principales para el desarrollo de su prototipo. Posteriormente, junto a su equipo, desarrollaron un análisis de la tecnología de Soft Robotics, los materiales y el diseño de ingeniería requerido para el desarrollo del prototipo.
“Como Facultad tenemos la tarea de que nuestros estudiantes desarrollen el pensamiento crítico y creativo, liderazgo colaborativo, transformación positiva del entorno, y la ingeniería y las ciencias aplicadas. Adjudicarse este financiamiento demuestra que ya poseen estas competencias, incluso antes de egresar, lo que nos llena de orgullo”, comentó Paula Rojas, directora de la carrera de Ingeniería Civil Mecánica de la UAI.
Inicia Sostenible es un programa de Corfo diseñado para apoyar a emprendedores y emprendedoras con ideas innovadoras y de alto potencial de crecimiento en sus etapas iniciales. Este programa está orientado a quienes buscan crear un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, a través de soluciones que equilibren beneficios económicos, sociales y ambientales. Se enfoca en apoyar actividades que ayuden a los emprendimientos a consolidar su propuesta de valor, construir modelos de negocio escalables y generar una operación sostenible.

Ahora, los cuatro miembros de este grupo de estudiantes buscan participar de eventos y ferias para así ganar exposición en la industria y presentarse ante posibles alianzas y clientes.
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