Triplicar el presupuesto para la investigación científica en Chile y el desarrollo del conocimiento es el mantra de Flavio Salazar (56). El actual ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación busca realizar cambios de forma y fondo para alcanzar este objetivo que reafirmó en su Cuenta Pública el Presidente, Gabriel Boric. Allí, el mandatario expresó que uno de sus objetivos es lograr la destinación del 1% del PIB, unos 2.400 millones de dólares, a investigación y desarrollo durante los próximos años.
Sin embargo, el modo de poder llegar a esa cifra debe pasar aún por varias barreras, algunas que están más allá de la voluntad política de un ministerio. Entre otras cosas, alcanzar este monto depende de la inversión privada en un 50%, y también de sucesos como el Plebiscito Constitucional de salida y la legislación de una reforma tributaria. Eso, sin considerar otros objetivos que se autoimpuso la entidad de Gobierno, más allá de la inversión monetaria. En entrevista con Qué Pasa, el ministro Flavio Salazar cuenta cómo baraja sus naipes para impulsar la inyección de recursos más ambiciosa que ha tenido esta secretaría de Estado, desde su creación en 2018.
Todo esto, en paralelo a la búsqueda de iniciativas que fomenten la incursión de Chile en ser referente mundial de investigación científica y fabricación de combustibles sustentables, el fomento de una estrategia aeroespacial y la producción de vacunas. De hecho, este miércoles parte su gira por Cuba y Argentina, donde participará en el Congreso Latinoamericano y del Caribe de Inmunología, junto a la ministra de Salud, Begoña Yarza, además de otras reuniones con instituciones públicas y privadas de dichos países.
¿Cuáles son los principales objetivos de esta gira por Cuba y Argentina?
Dentro del contexto de esta recuperación de capacidades regionales para poder producir vacunas y biofármacos, nosotros tenemos la alianza de países desarrollados de la Unión Europea y a China, en específico. Pero son realidades un poco distintas a la nuestra, entonces necesitamos ver la experiencia regional, y acá en Latinoamérica solamente hay cuatro países que tienen la capacidad de producirlos: Argentina, Brasil, México y Cuba.
De esta forma vamos a poder generar una articulación regional, ya que la producción de vacunas no puede estar reducida a un mercado interno. En Chile, particularmente es muy difícil porque tiene una población muy pequeña. Hay que tener una mirada internacional a nivel de Latinoamericano. Esta visita va en ese sentido: intercambiar experiencias, promover la cooperación, y avanzar en soberanía científica en investigación en América Latina.
-¿Cómo tomó el mensaje del Presidente Boric, en su Cuenta Pública, sobre la inversión en Ciencia y Tecnología?
Algunas personas sintieron que faltó algo en específico. Pero cuando uno lee el discurso del Presidente transversalmente, no puedo estar más que satisfecho y contento. En el sentido de que es una reafirmación de la importancia que tienen la ciencia, la tecnología, innovación y conocimiento en todas las estrategias a largo plazo del Gobierno.
Creo que el tema de la reafirmación del compromiso de avanzar hacia el 1% del PIB genera un espaldarazo bien importante al ministerio, al querer promover el tema científico. No solo a los académicos, sino que con los otros ministerios estamos impulsamos estrategias para ver qué rol va a tener la ciencia en una nueva estrategia de desarrollo integral del país.
-¿Cuáles serían los principales focos de inversión?
Cuando uno piensa en el tema presupuestario, generalmente se piensa en los instrumentos o programas que existen en la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) para el financiamiento de la investigación académica. Eso es una parte importante y crucial, pero no lo es todo.
Hay muchas otras partes donde existe la necesidad de inversión. Y nosotros trabajamos en un fortalecimiento de la investigación, abordar los grandes desafíos nacionales, como la sustentabilidad, los temas medioambientales, que son claves para establecer una estrategia de desarrollo. Por otro lado, también están los Fondap, que son investigación en áreas prioritarias. Forman parte de esta estrategia, pero también está el tema de la formación de recursos humanos, abordar la precarización laboral en todos los niveles de investigación.
Habrá una serie de cosas que serán favorecidas en número, pero también en fondo. Para permitir una mejor calidad del conocimiento que se genere. Tanto en la academia, como en el propio Estado.
-¿Qué factores deben ocurrir para poder llegar a ese 1% del PIB y cuánto tiempo demoraría?
Esto siempre tiene que hacerse con un complemento, que es la voluntad política, además de considerar los factores que se pueden y que no se pueden controlar. El plan que tenemos está pensando para 2023, antes de la reforma tributaria. Pero también, los cambios sustantivos tendrán que producirse en torno a la reforma tributaria, que también tiene que ver con el desarrollo de la articulación del control de recursos naturales, etcétera.
Hay varios elementos que van a ser indispensables para poder avanzar hacia el 1%, en un periodo de ocho años más o menos. Quizás se supere el objetivo en ese tiempo, pero nosotros queremos avanzar lo más posible en estos cuatro años, y ojalá lograrlo. Pero no es algo que dependa solo de las directrices de un ministerio, de un Gobierno, sino que tiene que ver también con una serie de discusiones que está llevando a cabo del país: si va a aprobar o no la Constitución, si va a aprobar la reforma tributaria. Todos esos elementos los tenemos que evaluar a medida de que esas cosas se vayan despejando.
-¿Cree que si se aprueba la nueva Constitución en el Plebiscito de salida ayudaría a mejorar la inversión en Ciencia?
Para las estrategias que nosotros estamos planteando, tanto desde el Ministerio y particularmente en este fortalecimiento desde lo público para la articulación de proyectos de interés nacional, creo que la nueva Constitución abre un espacio mejor para ello. Hoy, la Constitución actual limita mucho el papel del Estado, lo enmarca solamente en un rol subsidiario. Y eso muchas veces impide que pueda participar en proyectos de interés nacional.
Eso es lo que más valoro de una nueva Constitución. Luego viene también el reconocimiento de los pueblos ancestrales, la descentralización, el rol del Gobierno regional. Todo eso abre expectativas importantes para poder generar una estrategia de crecimiento de la Ciencia y la Tecnología, en un rol de modelo de desarrollo que sea más inclusivo y sustentable y respetuoso con el medio ambiente.
-Sobre la inversión en Ciencia, el ex ministro, Andrés Couve, afirmó que también es necesario preguntarse con qué mecanismos se va a canalizar esa inversión, que no es sólo cosa de un aumento del PIB.
Esas apreciaciones del ex ministro Couve fueron realizadas para justificar el hecho de no generar aumentos presupuestarios durante los años que estuvo en el Gobierno. Más bien hubo un retroceso, particularmente justificado por esta falta de estrategia y por otros acontecimientos coyunturales que tienen que ver con la pandemia. Pero ahí no hubo aumento.
Desde el punto de vista de nuestra experiencia, claramente el objetivo de incentivar la inversión privada a través de exenciones tributarias no funciona. Y eso se intentó durante décadas y no ha sido un elemento que haya incentivado la inversión privada.
Nosotros planteamos un fortalecimiento de lo público, pero centrado en proyectos concretos. Por ejemplo, el tema del Hidrógeno verde, la recuperación de la capacidad de generar vacunas y de desarrollar una estrategia aeroespacial. En esos grandes programa va a existir un fortalecimiento desde el Estado, que va a abrir oportunidades para la inversión pública. Al generar espacios de inversión, no solamente de a nivel local sino que también internacional, vamos a aumentar la inversión equilibrada en Ciencia y Tecnología.
Deuda pendiente
-¿Qué temas cree que quedaron pendientes de la administración del anterior Ministerio de Ciencia?
Un tema que quedó muy al debe tiene que ver con las condiciones laborales de los investigadores, en general. No solo de los directores de proyectos, sino de quienes sustentan y apoyan las investigaciones: los técnicos, los doctorantes, los pregraduados. Generalmente ellos avanzan sin posibilidades de inserción. Y en ese sentido, una de nuestras responsabilidades está en hacernos cargo de ese problema, que es estructural.
Actualmente manejamos un plan, donde involucramos al Ministerio del Trabajo, a la ANID y a las universidades. Incluso el Ministerio de las Culturas está interesado en el tema, porque hay situaciones que son transversales, para generar una mayor estabilidad en las nuevas generaciones. Así podremos promover que más personas se dediquen a la investigación.
-¿Qué rol juegan las universidades en esta incursión por potenciar la investigación? ¿Cómo es posible mejorar la retribución mutua entre financiamiento y aporte al conocimiento?
Las universidades casi siempre tienen un rol protagónico. Principalmente porque allí está concentrada una parte muy importante de la generación del conocimiento, innegablemente. También porque tienen un posicionamiento de distribución regional que hace posible, no solamente concentrar recursos en Santiago, sino que llegar a estos laboratorios naturales que están en regiones extremas.
A las universidades les vamos a exigir, sobre todo a las del Estado y a las regionales con compromiso público, que sean articuladoras con el sector productivo, con la comunidad, para generar una estrategia de desarrollo de estas tecnologías, y que mejore las condiciones de vida de los habitantes. No queremos que el principal objetivo sea el desarrollo económico, sino que sea la calidad de vida de las personas y la conservación de los territorios.
-Cuando era vicerrector de la U. de Chile dijo que la investigación realizada en nuestro país destaca “a costa de una precarización de las condiciones con las cuales la gente hace ciencia, especialmente los estudiantes pregrado y posgrado” ¿Cómo pretende atender esa situación de precarización, ahora desde el Ministerio de Ciencia?
Mantengo lo dicho. El tema de la precarización es uno de los temas de mayor preocupación que tiene este Ministerio. Por eso queremos profundizar, aumentar el presupuesto en Ciencia y Tecnología. Creo que mantener las mismas condiciones de hoy día sería un contrasentido, porque se estaría tratando de apuntar a mejorar la calidad de vida del país, pero a costa de la calidad de quienes están involucrados en la generación del conocimiento.
Trabajamos fuertemente en temas que requieren hacer cambios en la legislación, incluso, porque deben cambiar las condiciones de contratación que se ha visto en algunas universidades y que tienen que ser abordadas desde un punto de vista legislativo. Es una coherencia en la estrategia, si no mejoramos la condiciones de los trabajadores, no podemos mejorar la calidad del conocimiento en Chile.
-Existe un tema puntual, sobre un grupo de beneficiarios de Becas Chile que tuvieron que postergar sus investigaciones durante los meses más difíciles de la pandemia, y ahora hay muchos que no van a poder terminar sus estudios porque se les va a cortar el financiamiento ¿Cuáles son los pasos a seguir desde el Ministerio para tratar de que la interrupción por el confinamiento no afecte a estos investigadores de posgrado?
Lo primero que hicimos fue hacernos cargo de este problema coyuntural muy importante, respecto a la condición de los becados. Mandatamos a que se generaran cambios para acudir en apoyo financiero, con fondos del propio Ministerio, en ayuda de aproximadamente 500 becarios. Luego de esos avances, hemos recibido algunas quejas con respecto al número o a la cantidad de casos favorecidos con esta iniciativa. Estamos evaluando poder generar cambios que permitan ir en ayuda de la gran mayoría.
Esto no es un tema solamente de voluntad política, no hay un fondo ni en el Ministerio, ni en la subsecretaría, ni en la ANID, que pueda decidir solamente por voluntad el otorgar esta ayuda. Cada uno de esos casos está avaluado por un contrato firmado, que para modificarlo requieren una serie de acciones, donde se involucran además diversos elementos del Estado. Entonces, no es tan fácil, pero tampoco es imposible. La voluntad de este Ministerio está en hacernos cargo de la mayoría de los casos, pero vamos a tener que buscar formas que combinen la urgencia con los pasos adecuados que hay que realizar para establecer beneficios complementarios especiales de forma legal, en este tipo de casos.
Lo vamos a hacer con las mismas organizaciones de los propios becarios. La voluntad está, pero queremos que se entienda que esto no es solamente una decisión unilateral, sino que tiene que ser pensada para que no nos sucedan estos elementos que, por razones específicas, queden afuera algunos casos.
-Más allá del presupuesto para la investigación ¿Qué valores se deberían reforzar sobre la importancia que tiene la la formación del conocimiento en nuestro país?
Tenemos que mover la ciencia, desde el interés particular, desde los investigadores, la comunidad científica, para abrirla a un objetivo mayor, que es el bienestar mayor de las personas, de las comunidades, del pueblo en general.
Para ese enfoque nosotros debemos cambiar algunos elementos que son sustanciales en los valores que tiene la gente. Primero, el tema de la sustentabilidad, que no es un atributo más, es un objetivo central. No podemos avanzar en ningún tipo de sistema tecnológico-científico si no tenemos asegurada la sustentabilidad, si no tenemos garantizado que no nos amenace como humanidad, como especie.
Segundo, el tema de la colaboración por sobre la competencia. Tenemos capacidades científicas que están dispersas, que tenemos que articularlas entre lo público y lo privado, entre las universidades del Estado y las no estatales con visión pública; entre el sector productivo, el sector regional, etcétera. Además, tenemos que promover la incorporación de la mujer a la ciencia como un tema estratégico. Allí tenemos valores intelectuales y capacidades que se están desaprovechando, a partir de la exclusión de atributos femeninos, que tienen que ver con ciertas decisiones que tienen una mirada muy masculinizante.