Sobrepeso y salud mental: riesgo de obesidad en personas con depresión aumenta hasta siete veces

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En las personas que sufren enfermedades mentales, la prevalencia de obesidad es el doble, alcanzando hasta el 60% según estudios internacionales. Es por esto que se lleva a cabo un monitoreo para el diagnóstico oportuno de la obesidad y factores de riesgo cardiovascular, levantando información sobre la prevalencia de ellos, lo que impulsó la planificación de un programa de intervención.


Chile lidera los rankings de prevalencia mundial de obesidad y trastornos mentales. La última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 constata que la obesidad afecta a 1 de cada 3 chilenos tiene exceso de peso, y sólo el 24,5% tiene un peso saludable. Con ello aumenta la mortalidad y el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Pero el problema es más grave aún, porque pese a que la obesidad es una de las más importantes pandemias en crecimiento a nivel mundial, parece estar culturalmente normalizada, tal vez porque muchos desconocen los problemas que conlleva. A esto se suma que en Chile la malla académica médica de pregrado excluye una formación profunda de la obesidad, a diferencia de lo que pasa con otras enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, lo que implica que los profesionales de la salud no son instruidos a cabalidad en un tema tan urgente”, afirma la Dra. Marcela Parada, psiquiatra del Centro Comunitario de Salud Mental de Lo Prado.

La profesional explica que los psiquiatras constatan que la enfermedad se agrava en las personas que sufren problemas de salud mental, porque la prevalencia de obesidad es el doble, alcanzando al 60% de los pacientes, y el acceso a oportunidades de tratamiento es menor. A ello se suma que, en sectores de nivel socioeconómico más bajo la prevalencia tiende a ser mayor.

Además, la Dra. Parada explica que en el caso de personas con trastornos mentales graves, tales como esquizofrenia, bipolaridad y algunos tipos de depresión, los psiquiatras deben favorecer el control de los factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, hipertensión, diabetes, dislipidemia y el sedentarismo, entre los más importantes. Esto, de acuerdo con los lineamientos, impulsados por la Asociación Psiquiátrica Europea, quienes desarrollaron planes de monitoreo e intervención que apuntan a favorecer la búsqueda y el acceso coordinado a atención.

En virtud de ello, el Centro Comunitario de Salud Mental (Cosam) de Lo Prado en conjunto con los residentes de psiquiatría de la Universidad de Santiago de Chile, inició en 2021 un monitoreo para el diagnóstico oportuno de la obesidad y factores de riesgo cardiovascular. Esto, para pesquisar, diagnosticar y levantar información de la prevalencia de estos en más de 600 pacientes con problemas de salud mental.

Tras percibir una alta prevalencia no pesquisada ni tratada, se impulsó la planificación de un programa de intervención que busca ampliar y consolidar el trabajo ya iniciado en la intervención de hábitos de vida saludables y prevención de obesidad y factores de riesgo cardiovascular. Esta iniciativa pretende avanzar en la respuesta de salud pública al problema, realizando el diagnóstico precoz y facilitando el acceso oportuno a tratamientos multidisciplinarios e integrales de la enfermedad a nivel primario y especialidades nutricionales, psicológicas, kinesiológicas, deportivas, farmacológicas, como también el acceso a cirugías y seguimiento posquirúrgico.

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“Como parte de los académicos que trabajamos en capacitación profesional, desarrollamos una alianza inédita entre el Instituto de Psicofarmacología Aplicada (IPSA) y el Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, en virtud de la necesidad de aumentar el conocimiento de esta enfermedad crónica, su detección y tratamiento oportuno. Esto, para capacitar a 300 funcionarios de la red de salud pública, tanto nutricionistas, psicólogas, kinesiólogos, médicos, psiquiatras, enfermeras, terapeutas ocupacionales, y en general a los funcionarios que trabajan con estos pacientes”, detalla la psiquiatra.

Junto a eso, la Dra. Parada establece que este programa busca dar una educación de vanguardia, con énfasis en una visión integral de las personas y abordajes individualizados. “Así podremos impulsar la desestigmatización y la superación de la discriminación en salud mental y obesidad”, agrega.

La relación entre obesidad y salud mental es bidireccional, con una fuerte relación que existe con la depresión. El riesgo de obesidad aumenta en las personas que sufren enfermedades mentales: 1.4 veces en trastornos de ansiedad, 1.5 en trastorno por déficit atencional, 2 veces en depresión y bipolaridad, 2.5 veces en el síndrome de comedor nocturno, 3.5 veces en esquizofrenia, y hasta 7 veces más en personas con trastorno por atracones.

Más alarmante aún son los prejuicios en torno al tema. Así lo deja de manifiesto el estudio internacional ACTION-IO, que también se llevó a cabo en Chile, advirtió que el 79% de los que viven con obesidad cree que la obesidad es absolutamente responsabilidad del que la sufre. “Un hecho profundamente erróneo dado que la obesidad es multicausal, porque influyen factores genéticos, biológicos, mentales, metabólicos, económicos, culturales, educacionales ente otras causales”, concluye la Dra. Parada.

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